De diversas maneras se preserva la obra de estas tres directoras vinculadas a la independencia en el arte. Bemberg y Hirsch, en Argentina, y Robertson en Estados Unidos.
“Cuánta mayor profundidad tienen sus películas y cuántas perspectivas posibles” abre la obra de María Luisa Bemberg a la luz del movimiento feminista que ganó las calles y creció en los últimos años en Argentina, se preguntó Paula Félix-Didier, integrante del equipo de trabajo del Museo del Cine y a cargo del archivo que, desde esa entidad, preserva la obra de la directora de “Camila”.
“Pasaron muchas cosas en relación al cine de mujeres desde la década del ‘90 a 2020, por el camino recorrido por los feminismos, (sus películas) van a tener una complejidad mayor por el modo en que miramos” en la actualidad, agregó la especialista, conciente de que en el presente se resignifican las historias creadas por Bemberg.
Félix-Didier integró una actividad especial del Festival de Cine de Mar del Plata que indagó en la necesidad de preservar las obras de las cineastas mujeres, un modo de resguardar la voz original de las cineastas. En ese sentido, se expusieron los casos de la directora experimental argentina Narcisa Hirsch, actualmente radicada en Bariloche, y de la norteamericana Anne Charlotte Robertson, fallecida en 2012 en Estados Unidos.
En el caso de Hirsch, las películas están al resguardo de su nieto, Tomás Rautenstrauch y de quien fue su asistente, Daniela Muttis, al tiempo que Haden Guest es el encargado de velar por la integridad de las cintas de Robertson, en Estados Unidos.
Podés ver acá la charla completa:
La figura de Bemberg es central en esta edición del Festival de Cine. Cabe señalar que además de la presentación de un libro sobre su cine, también hay dos películas (“Momentos” y “De eso no se habla”) que integran la programación. Se trata de una acción que busca seguir difundiendo su cine, que ponía a la mujer en un lugar de total centralidad.
Félix-Didier adelantó que desde el Museo del Cine, que posee sus cintas, el vestuario de sus películas (sobre todo de “Camila” y “Yo, la peor de todas”), fotografías, cartas, guiones, un archivo digitalizado con las entrevistas que brindó a diversos medios y la biblioteca personal de Bemberg, realizará en 2021 una muestra con sus elementos personales.
Volverá así a presentar al público sus películas, incluídos sus cortos que aún en este siglo siguen interpelando a las audiencias siempre bajo la luz poderosa del feminismo.
El trabajo de recopilación de materiales de Bemberg y de restauración de sus películas, realizadas en material fílmico, se desarrolló bajo la aprobación de los cuatro hijos de la directora, quienes decidieron donar su obra al Museo del Cine.
Diferente resulta el recorrido que hacen los familiares de Hirsch, cineasta nacida en Alemania, radicada en Argentina y con una gran obra en el campo de lo experimental. Su nieto contó que la tarea de preservación recién comenzó: una de las primeras medidas fue reconvertir un departamento de la directora en un espacio que albergue sus películas y que de a conocer su filmografía.
“Su living se convirtió en un microcine y la habitación en la filmoteca”, dijo su nieto, en una charla que fue virtual, se pudo seguir por el canal de YouTube del Festival de Cine y estuvo coordinada por Pablo Marín.
Rautenstrauch definió al cine de Hirsch como una obra hecha con amor, que se enclava en la independencia absoluta. “Hizo lo que quiso sin presiones de ningún tipo, es el símbolo de la independencia y el lugar que estamos construyendo tiene que ver con eso, con ese amor”, contó. Un amor que incluyó a sus amigos, con quienes solía reunirse para ver películas de ella o de terceros y para discutir sobre cine.
Una de las tareas que emprendieron es la digitalización de sus películas, con la idea de volver a proyectarlas y de asistir a la demanda académica que empieza a generarse en torno a su vasta obra.
El caso de Anne Charlotte Robertson también es diferente al de sus colegas. En vida, decidió realizar un acuerdo con el fin de asegurar la preservación de su trabajo. Su cine, dijo Haden Guest, “es clave para el cine experimental de Estados Unidos, era no solo una directora radical, también pionera del cie hecho en primera persona”.
Acaso la cinta central de Robertson sea “Diarios filmados”, que realizó sobre su vida a lo largo de dos décadas y que está dividida en 80 capítulos.
“Ha usado su cine para criticar los estereotipos de la mujer artista, su cámara era un tipo de espejo y un tipo de consuelo para ella”, señaló Guest y recordó que la cineasta pasó varios meses internada en hospitales psiquiátricos, de donde también extrajo material para sus películas.