Reseña de "Y dormirás cien años", libro de Sebastián Vargas que reescribe cuentos de hadas y que contiene innovadoras propuestas de lectura y escritura.
Y dormirás cien años
Sebastián Vargas
Buenos Aires
SM
2019
200 páginas
Por Carola Hermida (*)
Y dormirás cien años integra la colección “Clásicos contemporáneos” de editorial SM. Es un libro que es muchos libros: una reescritura de “La bella durmiente”, una invitación a reescribir “La bella durmiente”, una antología de microrrelatos, un poema que se desgaja con su tipografía anaranjada en las distintas páginas, una compilación de las versiones “clásicas” del cuento (la de Basile, Perrault y los hermanos Grimm), un texto teórico-crítico sobre esta compilación… y podríamos seguir.
Esta pluralidad convoca a un lector que se anime a atravesar esta “zarza espinosa” y encantada para abrir su propio camino. Podrá comenzar leyendo en orden los diez capítulos que iluminan el cuento desde una perspectiva particular: “El cuento recontado”, “el dormir hechizado”, “el príncipe valiente”, etcétera. Cada uno de ellos, conformado por diez ¿microrrelatos?, juega con el punto de vista, la intertextualidad, la elipsis, la parodia, etcétera. Otra senda que puede elegir el lector es perseguir la estela anaranjada del poema, o incluso, puede escoger comenzar por las versiones clásicas. En un juego cortazariano, el libro nos invita y desafía a recorrerlo sin un camino impuesto, convocando a una lectura activa, comprometida, participante, hermanada con la escritura.
El volumen se presenta así como un dispositivo que no se dirige a UN lector encasillado en una edad (cada uno, de acuerdo con su experiencia, hará interpretaciones diferentes), ni a UN contexto de lectura específico (no es un clásico libro para la escuela, ni para un taller de escritura, ni para leer antes de dormir, pero es a la vez todo eso); no impone tampoco UNA única práctica, dado que quien lo explore encontrará en su trayecto páginas que, en lugar de incluir un texto, presentan renglones y algunas palabras o frases convocantes, sin consigna alguna: son guijarros en ese camino del bosque que solo dirán algo si el lector se apropia de ellos para transformarse en escritor.
Y dormirás cien años, paradójicamente, nos conduce a una vigilia, a una actividad alucinada y mágica, a una lectura activa, si tenemos la osadía de enfrentarnos a sus espinas y abrir caminos entre sus páginas.
(*) Miembro de la ONG Jitanjáfora