Reseña del texto escrito por Laura Wittner e ilustrado por Natalia Bruno, ideal para acompañar el ritual nocturno de leer antes de ir a dormir.
“Justo antes de dormir”
Laura Wittner
Natalia Bruno (ilustraciones)
Mar del Plata
Lecturita
2021
Por Elena Stapich (*)
“Justo antes de dormir” es un libro que puede describirse de varias maneras, según desde donde lo miremos. Por la estructura de su texto, podríamos decir que no es un cuento, sino un diálogo, un movimiento binario de pregunta / respuesta, una niña que pregunta y una mamá que responde: “¿Por qué se hace de noche? / Para que me siente al lado de tu cama y te dé un beso en la pequita de la nariz”.
Si hacemos foco en las respuestas de la mamá, podemos pensar que es un libro fantástico, ya que ella no trata de darle a su hija explicaciones lógicas o científicas, sino que sus intervenciones son más bien poéticas: “Pero ¿cómo fue que se hizo de noche? / Nos taparon con una manta gruesa y suave. / ¿Y el sol? / Miró para otro lado”.
Si tenemos en cuenta la articulación texto-imagen, pensaríamos en “Justo antes de dormir” como un libro álbum, ya que una gran cantidad de significados se despliegan a partir de las imágenes y no son redundantes en relación con el texto. Por ejemplo, frente a la pregunta “¿Por qué veo espirales de colores cuando cierro los ojos?”, la madre sencillamente responde “Magia”. Pero esta palabra queda sola sobre una imagen a doble página, en la que aparece la niña rodeada por un bosque de hongos maravilloso, en el que asoman otros personajes (ciervos, un niño en piyama, un conejito) mientras ella asiste al espectáculo montado por un conejo que hace malabares.
Las ilustraciones están llenas de detalles para descubrir y suelen jugar con el contraste entre la oscuridad de la noche y las luces (guirnaldas, estrellas, faroles). En la dedicatoria que se encuentra antes del texto propiamente dicho, Laura Wittner dice: “A mi mamá y a mi papá, por todos esos ratitos antes de dormir”. Creo que por ahí va la clave de este libro: crear y recrear una atmósfera cercana al sueño, donde realidad y fantasía se cruzan, donde los rituales que preceden al dormir se van sucediendo uno tras otro (hacer pis, lavarse los dientes) acompañados por el vaivén amoroso de preguntas y respuestas. Hasta que los ojos se cierran para entrar en lo nocturno, con canciones de cuna, que, como dice la mamá, “Son canciones de luna”. Mientras, la luna llena mira todo desde arriba: niña y madre, casa y bosque, gato y conejos. Obviamente, un bello libro para agregar a los rituales nocturnos, justo antes de dormir…
(*) Miembro de la ONG Jitanjáfora.