La ONG Jitanjáfora, que promueve la literatura infantil y juvenil, reseña esta novela de Andrea Ferrari que abre interrogantes sobre los cánones de belleza femeninos.
“El retrato de Verónica G.”
Andrea Ferrari
Buenos Aires
Loqueleo
2020
Por María Ayelén Bayerque y Carina Curutchet (*)
Verónica Gris es una chica hermosa que responde a los cánones de belleza hegemónicos: su cabello es largo y rubio, tiene ojos azules, es blanca y delgada. Toda su vida se ha visto favorecida por poseer estos rasgos, cuestión que ya está naturalizada entre su grupo de amigas, una de las cuales es Lucía, la narradora de esta historia. La foto de una campaña publicitaria conduce a Verónica a la fama, inmortalizando esa belleza que la caracteriza. A partir de este momento, la joven comienza a obsesionarse con su imagen y con la certeza de que envejecerá, de que su rostro no se conservará para siempre como el de aquel retrato. Por eso, decide someterse a un tratamiento de belleza que ya están eligiendo las celebridades de Hollywood: el Stoptime. Pero no todo lo que reluce es oro.
En explícito diálogo con “El retrato de Dorian Gray”, la novela está fuertemente atravesada por los discursos del feminismo vigentes en los últimos años en Argentina. Simultáneamente a los temores de Verónica con respecto a su imagen, surge un movimiento feminista llamado #fuckbeauty, que se pronuncia en contra de los estándares de belleza tradicional y cuestiona “los intereses comerciales que se imponían a nuestras voluntades, la manipulación masculina, el sometimiento”.
Como en otras novelas de Andrea Ferrari, la amistad ocupa un lugar relevante en la construcción del vínculo entre los personajes principales. La narradora nos cuenta la historia de su amiga, pero también su propia historia, la de sus contradicciones, sus afectos, sus límites: “Por supuesto, sé que en el fondo lo que a mí me desvela es algo diferente. Surge en los momentos en que me siento más frágil, más vulnerable. La pregunta que me devora es qué podría haber hecho yo para cambiar lo que pasó. Dónde le fallé”.
“El retrato de Verónica G.” nos invita a reflexionar sobre el pasado, a cuestionar el presente y a imaginar futuros escenarios para una problemática que no nos es ajena y que cobra relevancia en un mundo de redes sociales donde la imagen lo es todo.
(*) Integrantes de la ONG Jitanjáfora. Redes sociales para la promoción de la lectura y la escritura.