Por Rocío Malacarne // Integrante de la ong Jitanjáfora
Cuentan que cuentan, de Silvia Schujer, Laura Devetach, Ema Wolf, Aída Marcuse y Canela, Buenos Aires: Primera Sudamericana, 2016
Que la leyenda es un cuento, tal vez, no sea novedad; que la leyenda se cuenta, tal vez no sea novedad; que la leyenda se escucha, tal vez, no sea tampoco algo nuevo. Esta antología que recupera leyendas de Argentina sostiene ese carácter repetitivo de este tipo de género, uno que necesita de la repetición como forma de subsistencia: relatos de tradición de oral que, para no ser olvidados, deben seguir siendo contados.
Cada uno de los textos se reeditan nuevamente, pero, ahora, reunidos en único libro: “La leyenda del oso hormiguero”, “La leyenda del picaflor”, “La leyenda de la piedra movediza”, “La leyenda de la ballena” y “La leyenda del ceibo”, todas ellas manteniendo las ilustraciones de las primeras ediciones. Cuentan que cuentan podría pensarse, así, como una propuesta más de la colección “Cuentamérica naturaleza” que, si bien no es novedosa, sí esencial para que las historias de orígenes e identidad no queden en el olvido.
Un pájaro que pica pica, los latidos del corazón de un puma, una ballena que cambia sus patas por un par de aletas, el nacimiento de un árbol con flores rojas como la sangre y un viejo cuyo bastón se transforma son formas de pensar el origen de animales, árboles y minerales. Todas ellas, respuestas para un mundo lleno de preguntas como puede ser el del niño, un tiempo de inquietudes, por qués, cuestionamientos y búsquedas, una forma de posicionarse en el mundo que debiera atravesar la vida completa.