por Alejandro Finocchiaro
Es de vital importancia que se haya logrado la aprobación del Senado a este proyecto de Ley que el Poder Ejecutivo envió a la Legislatura bonaerense para sancionar con penas más duras a los adultos que, invocando alguna relación con un alumno, agredan física o verbalmente a un trabajador de la educación.
Es una ley que juzgamos necesaria debido al incremento de agresiones que han sufrido directivos, docentes, profesores, secretarios, porteros y cocineros en los últimos tiempos. Esta problemática deviene de un cambio cultural que provocó la pérdida del respeto de la institución escolar.
Seguramente no sea la solución a todos los males. En principio, porque creemos que lo que tenemos que hacer es un fuerte trabajo cultural para volver a jerarquizar la labor del docente. Desde hace mucho tiempo predomina un discurso que tiende a disminuir la importancia de su rol en nuestra sociedad. Creemos que hay que cambiar ese discurso y volver a ubicarlo en un sitio preponderante.
La escuela fue siempre un lugar sagrado, el guardapolvo blanco del docente, el del médico, eran señales de respeto. Mientras trabajamos para producir ese cambio, y como entendemos que la situación lo amerita, presentamos este proyecto y valoramos su media sanción.
Sentimos que hay determinadas acciones que actualmente no tienen castigo. No podemos resignarnos a naturalizar que una persona ingrese violentamente a un lugar donde se está transmitiendo conocimiento para agredir a un docente o romper bienes materiales.
Por ese motivo, mientras trabajamos en revertir esta realidad, buscamos a partir de esta norma que quien sienta la tentación de plasmar esa transgresión pueda tener un freno inhibitorio, algo que lo haga reflexionar.
Inclusive, está previsto que las penas se dupliquen cuando las faltas se produzcan delante de los alumnos, porque de ese modo se lesiona la autoridad que otorga el saber.
Esta ley tiene un gran peso simbólico y es un fuerte signo político. Va a funcionar como una herramienta para que la comunidad educativa vuelva a sentirse protegida. A nosotros, como gobierno en general, y a María Eugenia Vidal, como gobernadora de la provincia de Buenos Aires en particular, nos interesa por sobre todas las cosas cuidar a los docentes y a los trabajadores de la educación para que ocupen un rol central en la sociedad bonaerense.
(*): Ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires.