Se compró una camioneta en Oregon, Estados Unidos, y llevó su música a pequeños lugares. En paralelo, prepara "Targo", nuevo disco que recibió la mirada de productores de Los Ángeles. El artista marplatense regresa ahora para contar lo vivido y estrenar nuevas canciones. Canta este sábado.
“Gaudí dice ‘la originalidad está en volver al origen’ y cuando leí esa frase justo estaba en la búsqueda musical de algo nuevo, me identifiqué por completo, no dudé en ir por mis orígenes y ahí empezó a desglosarse Targo”, contó Nahuel Santos, el cantautor marplatense que se presentará este sábado en Vorterix Club (Diagonal Pueyrredon y Bolívar) desde las 21.
“Targo” es el nombre del disco de tango que prepara con entusiasmo, apoyado por productores musicales de Los Ángeles, Estados Unidos, y por otros argentinos. Será su tercer material de estudio, que tiene un objetivo claro: “Fusionar mis orígenes con mi experiencia”.
Nahuel Santos.
Antes de ese paso, Nahuel -33 años- recalará en su ciudad natal para ofrecer “canciones populares” de su cancionero y para adelantar algo de su nuevo material, después de un 2022 en el que llevó su música a lugares perdidos de Estados Unidos junto a su compañera de vida y su camioneta.
“Es divertido tocarlas”, expresó. “El público lo valora, las canta y eso como autor se disfruta tanto como volver a ver a un amigo que extrañaste mucho o volver a estar en la casa de tus viejos. Eso es Mar del Plata para mí, siempre me espera y me recibe como un hijo que anda con sus aventuras por ahí, pero que siempre regresa a contar sus anécdotas y, en mi caso, ese anecdotario son las canciones”.
Junto a su compañera, en pleno viaje.
El cantante, que estrenará parte de “Targo” en Mar del Plata en vivo y frente a su comunidad de seguidores, dice que necesita la aprobación de su gente para “tomar fuerza y volver a Los Ángeles a terminarlo”.
Algo de nostalgia bordea a su “Targo”. Nahuel recordó que volver al tango, ese primer género que lo enloqueció siendo muy pibe, supone regresar a varias cosas: “Mis primeros pasos en la música, los torneos Bonaerenses, mi maestro Alberto de Ulzurrum con su bandoneón en su casa de Chile y Bolívar, los ensayos y conciertos con la Orquesta de Tango de quince músicos siendo un niño soñador y atrevido sin saber que esas locuras me marcarían para siempre”.
Ese pasado musical se vincula con el presente. El tango lo encuentra hoy “más experimentado”. “Con muchas cosas vividas gracias a la música y el tango que fue mi primer amor, el género que me enseñó a interpretar y a decir con sentimiento y pasión todas las canciones”, explicó.
“Pasaron discos, festivales, compartí escenario con artistas increíbles en lugares míticos donde siempre soñé cantar y en el parate pandémico empezó a resonar cada vez más ‘Targo‘”, repasó.
Respecto de lo musical, reconoció que el nuevo disco viene “con bases de trap, hip hop y sonidos electrónicos, pero siempre parado en el origen rioplatense y porteño, siempre que estén las pinceladas de la lírica de Castillo, de Mansi y los acordes disonantes de Astor (Piazzolla). Es un desafío muy grande que me tiene entusiasmado y me ayudó a volver a enamorarme de mi profesión”.
-Venís de vivir un 2022 de aventuras, ¿cómo fue cantar en Estados Unidos?
-Viajé mucho. Con mi compañera nos compramos una camioneta que apodamos “la Oregoncita” porque la compramos en Oregon, y comenzamos a bajar hasta llegar a San Diego. Tocamos en pueblos inhóspitos de California donde se apagaba la rockola en la que sonaba Bob Dylan y aparecía yo con mi guitarra y les cantaba “Naranjo en flor” para romper el hielo. Bastante surrealista, a veces personas con sombreros texanos, botas, algunos jóvenes más surfistas con looks californianos y tatuajes, gente de campo que terminada la jornada y pasaba a cerrar el día por ese bar y ahí estaba nuestra música, conviviendo perfectamente con esa postal como si fuese un bar o bodegón de San Telmo. Ese fue el mejor acierto del año: emprender esta búsqueda en movimiento, compartiendo el camino y llevando mis orígenes a lugares impensados. El tango te cuida, gracias al tango sostuvimos ese viaje un año y medio y recorrimos más de 90 mil millas de rutas. Creo que no quedó nada pendiente. Solo las ganas de repetirlo.
-¿Cómo fue tu experiencia musical en Los Ángeles?
-Es difícil resumirlo. Por un lado, extrañé mucho, todo, somos un pueblo hermoso, compañero, empático y con ganas de ayudar y estar cerca de los nuestros. Eso lo extrañé todos los días, pero, por otro lado, pude distraerme bastante con las experiencias. Creo que todos los viajes enriquecen y más cuando no tenés fecha de regreso, cuando estás saltando al vacío porque decidiste ir en búsqueda de algo. Los Ángeles para un soñador empedernido es definitivamente la ciudad, es atractiva, dura, muy dura por momentos, desafiante y es una combinación hermosa para que crezcan nuevas canciones. Hace una semana terminé de rodar mi videoclip por las calles donde se filmaron el 80 por ciento de las películas que vio mi generación. Y grabé las últimas voces del disco en Igloo, uno de los estudios más importantes de la ciudad comandado por Gustavo Borner, productor multipremiado en la industria por sus aportes en los discos más vendidos de la música latina. No sé. Necesito volver a mi barrio Fortunato de la Plaza a contar todo esto, porque ni yo me lo creo. El sábado en el teatro van a venir muchos a confirmarme que no estoy soñando. Y después se viene “Targo”, hay mucho por contar y mucho por cantar todavía.