Opinión

Gerontología: el paradigma del curso de vida

Por Martha Elena Rivas

“No sólo el objeto debe ser adecuado a la ciencia. La ciencia debe ser adecuada a su objeto” (Marcel Proust).

A lo largo del siglo XX en el campo de estudio del envejecimiento predominaron teorías gerontológicas que legislaban a partir de generalizaciones acerca de lo que “se suponía” les pasa a las personas mayores aplicando modelos mecanicistas u organicistas, estableciéndose así una “perspectiva deficitaria” respecto de la vejez. La vejez era abordada desde un modelo decremental, de base biologicista, en el que se resaltaban las pérdidas y el deterioro de las capacidades cognitivas, (Zarebski,2016). Este modelo atravesaba las ciencias y no fue cuestionado durante mucho tiempo; intentó ser superado mediante propuestas de “modelos ideales a alcanzar” por las personas, propuestas que continúan guiando investigaciones e intervenciones en la actualidad. En las últimas décadas del siglo XX se fue conformando, a partir de investigaciones longitudinales, contemporáneas al paradigma de la complejidad en las ciencias, el Paradigma del Curso de Vida.

Gracias a este viraje epistemológico, podemos pensar el envejecimiento como proceso en continuo movimiento y transformación, integrando procesos biológicos, socioculturales, psicológicos y espirituales en los sujetos en la construcción de sus envejecimientos, dando cuenta de las diversas “vejeces” que van apareciendo en el escenario planetario actual, mostrando y requiriendo demandas cada vez más complejas.

Desde el paradigma de la complejidad, en las ciencias del envejecimiento se investiga, trabaja e interviene interdisciplinariamente, es decir, con una metodología de intercambio, de cooperación y horizontalidad en los vínculos entre las disciplinas, de coordinación en la pluralidad que permite el enriquecimiento mutuo y la transformación en cada uno de sus miembros. Como resultado del trabajo en equipos interdisciplinarios es posible arribar a la construcción conjunta de algo nuevo. Es desde esta modalidad de trabajo, intentando dar cuenta de la vacancia existente en la formación de profesionales de la salud, que fue gestándose la conformación de la primer Diplomatura Superior en Gerontología en la Universidad Nacional del Sur (UNS).

En los últimos 50 años, como consecuencia de la disminución de las tasas de fecundidad y de natalidad, así como en las de mortalidad y el aumento de la esperanza de vida, los países se encuentran atravesando un proceso de envejecimiento poblacional, fenómeno heterogéneo que implica un incremento en el número y proporción de personas mayores (60 años y más) en la sociedad, que impacta en todas las dimensiones humanas: económica, política ,de salud biopsicosocial y espiritual de las personas.

La Argentina es uno de los países más envejecidos de América Latina. En el 2010 la proporción de personas mayores respecto a la población total ascendía a un 14,3% y las estimaciones prevén que, para el 2050 un cuarto de la población tendrá más de 60 años (OISS,2007).

Esta realidad en continuo cambio impone nuevos desafíos a los diversos sistemas para adaptarse a esta nueva población y dar respuestas acordes a sus necesidades, en relación a la salud biopsicosocial y espiritual , la seguridad social y políticas de cuidado (Peláez,et.al.,2017).

Partiendo de esta carencia en la formación gerontológica de las/los profesionales e intentando dar una respuesta desde la academia es que, en junio de 2022, el decano del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNS, doctor Pablo Badr, convoca a un equipo interdisciplinario de docentes universitarios, con formación gerontológica, a armar una Cátedra Abierta “Envejecimiento y salud”, dictada durante dos meses, dirigida a estudiantes y egresada/os de carreras de salud de la Universidad y que contó con 50 inscripto/as.

Al finalizar esta cursada, el alumnado reclamó continuar y profundizar los aprendizajes, lo que motivó al decano y al equipo docente a iniciar la construcción de una Diplomatura Superior en Gerontología, pensada para profesionales con título de grado, con un cursado mixto (presencial y virtual). Cabe señalar la buena acogida y acompañamiento de las diferentes comisiones por las que fue transitando este proyecto instituyente, colaborando cada uno/a de los integrantes con aportes, críticas y señalamientos para que pudiera dar a luz.

La apertura de esta Diplomatura, en septiembre de este año, marca el inicio de un recorrido posible, incipiente, instituyente. La respuesta de la comunidad fue inmediata: con 36 inscripto/as y cuatro personas mayores, egresadas de la diplomatura en derechos de los adultos mayores, que se inició en el 2010 en la misma UNS en un convenio con PAMI y que produjo dos cohortes de egresado/as. Convocarlas a los encuentros presenciales tuvo y tiene la intención de escuchar las voces, necesidades, demandas de las personas mayores, destinatarias de nuestras intervenciones y prácticas gerontológicas.

(*): Licenciada en Psicología (M.P. 121), especialista en Psicogerontología, coordinadora de la Diplomatura Superior en Gerontología de la Universidad Nacional del Sur.

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