El legislador de Unión por la Patria le reclamó a Martín Menem que le "encuentre la vuelta" a la política salarial. Habla sobre la imagen de Milei y la interna del peronismo.
Por Sebastián Hadida
El presidente del bloque de Unión por la Patria en la Cámara baja, Germán Martínez, le reclamó al titular del cuerpo, Martín Menem, que le “encuentre la vuelta” a la política salarial ya que a su entender “los diputados necesitan efectivamente aumentos inmediatos en sus dietas”, que están “congeladas” por debajo de los dos millones de pesos desde noviembre del año pasado.
“Los problemas que tiene cualquier argentino hoy lo está teniendo un diputado nacional. Ese problema existe y hay que tener en cuenta además cómo afecta la vida parlamentaria”, advirtió el santafesino en una entrevista con Noticias Argentinas.
Martínez también dejó importantes definiciones sobre la imagen del presidente Javier Milei, la reorganización del peronismo, la resistencia y “la agenda propositiva”, y una autocrítica sin concesiones a la experiencia de Gobierno del Frente de Todos, de la que fue parte y a la que también le asigna méritos.
– ¿Qué opina sobre el aumento que avaló Victoria Villarruel para los senadores?
-No me corresponde ni soy evaluador de decisiones que toma otro cuerpo. Sí quiero hablar de las situaciones en que estamos los diputados. El último aumento que tuvimos fue en el mes de noviembre. Y en el medio realmente hubo un descalabro económico fenomenal. Y los diputados están llevando adelante como todos los argentinos sus vidas con dietas congeladas desde el mes de noviembre. Con todo lo del proceso inflacionario que se vive en la Argentina, eso tiene un doble impacto. Los problemas que tiene cualquier argentino hoy lo está teniendo un diputado nacional. Ese problema existe y hay que tener en cuenta además cómo afecta la vida parlamentaria. Si vos te fijás en las agendas de las últimas semanas, se están concentrando en dos días de cinco. ¿Por qué? Porque si se repartiera la agenda en más días, los diputados del interior se tienen que quedar más noches a dormir en Buenos Aires.
Entonces, la decisión de desenganchar a los diputados de los aumentos que tenía la planta permanente de la Cámara de Diputados fue una decisión del presidente de la cámara a mi entender equivocada. El problema es que ahora no le encuentra la vuelta a ver cómo hace para volver a dar incrementos razonables que tienen que tener los diputados y diputadas para que puedan ir despacito recuperando poder adquisitivo. Los diputados necesitan efectivamente aumentos inmediatos en sus dietas, en sus salarios.
Hay que hacerlo con la prudencia y la razón del caso. No hacerlo no solamente va a complicar más la vida cotidiana del diputado en su dimensión personal, sino que además va a hacer que no puedan cumplir como corresponde con su tarea.
– Pese a haber aplicado un ajuste muy severo, Milei conserva niveles altos de imagen y popularidad. ¿Cómo lo explica?
– Me parece que administró muy bien tanto en su campaña como en su gobierno dos ejes de la comunicación que son peronismo-antiperonismo y casta-anticasta. En función de esas dos dicotomías construyó su posicionamiento electoral y el sigue justificando en gran parte las atrocidades que hace desde el gobierno alrededor de estos dos temas. Me parece que a los argentinos les está cayendo la ficha, no solamente en la cabeza sino en el bolsillo que lo que viene proponiendo es más casta que nunca y al y es más anti popular que nunca. Ahora, yo no recuerdo un gobierno que a seis meses de la elección tenga un rechazo alto. A esta misma altura del año, Mauricio Macri tenía imagen positiva y también Alberto Fernández, pandemia mediante, estaba por arriba de esos valores.
Hay un piso de apoyo alto, sí, más alto de lo que nos gustaría también. Ahora, hay un piso de rechazo alto. Me parece que está todo en disputa, por eso es que hay que relativizar el dato de las encuestas, porque son fotografías muy del momento. Lo que hay que ver son procesos más largos que requieren que nosotros seamos muy coherentes en las cosas que le decimos y le proponemos a la sociedad.
– ¿La disputa se libra exclusivamente en el terreno institucional o se resiste en las calles?
– Soy peronista. Ambas cosas siempre van de la mano. Siempre tiene que haber construcción de poder en las calles, en las organizaciones, en los ámbitos institucionales, y tiene que haber una fuerte interlocución e interacción entre los distintos dispositivos de un espacio político: los frentes parlamentarios, el movimiento obrero organizado, las organizaciones sociales, los gobernadores de las provincias, los intendentes de los municipios, las pequeñas y medias empresas, el movimiento de derechos humanos, la comunidad universitaria. Nosotros necesitamos la institucionalidad expresada en los palacios, y necesitamos la fuerza en las calles para poder tener organización popular.
Necesitamos que todo el dispositivo institucional y político de nuestro espacio político este lo más coordinado posible para hacer las dos cosas que tenemos que hacer: resistir a las políticas de Milei, pero también generar alternativas que se puedan ofrecer a la sociedad.
– En este marco, ¿cómo observa la reorganización del peronismo en este etapa? Uno lo ve desgarrado en mil internas. Máximo contra Kicillof, Grabois contra Massa.
– Sinceramente, siento que todos están tratando de aportar de la mejor manera en conjunto. A veces no sale armónicamente. A veces tenemos dificultades y no hay que volverse loco cuando hay alguna situación de tensión en algún momento. Yo creo que tenemos objetivos comunes y tenemos un plan de acción en común.
– ¿Cuál es el papel de Cristina Kirchner en este reordenamiento?
– Yo creo que líderes de la trascendencia y la importancia de Cristina, referencias como las de Sergio Massa y líderes provinciales muy importantes empezando por Axel Kircillof y siguiendo con cada uno de los gobernadores de las provincias que nos toca gobernar, tienen que ser siempre tenidos en cuenta y escuchados. Siempre. Nos puede gustar un poquito más, un poquito menos, incomodar un poquito más o incomodar un poquito menos. Pero lo que uno no puede hacer es desconocerlas, mirar para otro lado o no poner el oído ahí, porque ahí hay experiencia y mirada de futuro. Yo espero que nuestros grandes líderes contribuyan a la unidad del conjunto de tal manera que nos permita proyectarnos hacia adelante con claridad ideológica. Pero todos en cada uno de los niveles, tenemos que poner lo nuestro.
– En su despacho tiene un cuadro de Alberto Fernández…
– Sí, junto a Cristina. Fui diputado por primera vez en la boleta de Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner.
– ¿Tiene alguna autocrítica de ese proceso que terminó con Javier Milei en la Casa Rosada?
– Decir que Milei es solamente el resultante de una experiencia de gobierno…el PRO salió tercero y no escucho ninguna autocrítica de ellos. Nosotros hacemos la autocrítica a cielo abierto. El principal tema es no haber encontrado un alineamiento de la política económica con la política de ingresos. Llegamos al final de nuestro mandato con menos desocupación, aunque mucha informalidad. Intentamos generar trabajo registrado y dimos herramientas pero costó. Hay un pedazo del sector empresario poco propenso a la registración de su trabajadores. Cada vez que subió la inflación fue por la situación de la restricción externa al acceso a los dólares, tanto por la pandemia como por la sequía. No pudimos sostener la actividad y ni la política redistributiva.
Claramente nos faltó más redistribución. Tuvimos un problema ahí.
Déficit de gestión también. Ahora estamos mucho peor: tarifas de transporte mucho más caras, salarios más bajos, menos acceso a medicamentos, menos acceso a alimentos, las universidades no tienen un horizonte deA544 n k financiamiento, el fondo de incentivo docente se cortó, hay menos industria, se vende menos maquinaria agrícla, menos autos y motos. No éramos la panacea. Teníamos un montón de problemas, pero lo que decidió este presidente, en lugar de mejorar las cosas, fue destruir todo. Y así no se construye un país. No se construye un país destruyendo todo lo anterior. Eso es lo que está haciendo Milei. Creo que es un gravísimo error que va a afectar el desarrollo económico en la argentina por varios años
– ¿Considera que Milei está embarcado en un proceso similar al que transitó el kirchnerismo en su última etapa, cuando exacerbó el componente de la batalla cultural y se empezó a hablar a sí mismo?
– Nada de lo de Milei es equiparable con nada de lo que vivió la argentina entre el 2003 y 2015. No hay convicción ahí. No hay intento de de construir una matriz cultural distinta sino una orientación política económica destinada a favorecer a un sector muy chiquito de argentinos y a un sector importante del sector financiero internacional que está agazapado atrás de los fondos de inversión. A Milei no le creo nada, cambió de discurso tres veces en la campaña.
– ¿Le gustaría ser candidato a gobernador de tu provincia?
– Yo trato de no de no poner nunca el carro delante del caballo. Me encanta lo que hago. Y creo que se me nota, me apasiona la tarea parlamentaria.ÿMe gusta la tarea ejecutiva. He sido parte de equipos en el ministerio de Defensa. Pero no me gusta ponerme objetivos que después, en un memento tan sensible como este, nos pongan barreras de diálogo con otros compañeros y compañeras. Después el futuro dirá.
NA.