Estrena este miércoles en el Teatro Lido el unipersonal que lleva siete años de éxito en el off porteño. Estará de miércoles a domingos.
Después de protagonizar la exitosa obra “En la cama”, de Muscari, hace más de 10 años, Gerardo Romano vuelve a hacer temporada en Mar del Plata. Esta vez, con el unipersonal “Un judío común y corriente”, escrita por Charles Lewinsky en versión en español de Lázaro Droznes, en la que se refleja el conflicto que debe resolver un judío alemán que vive en la Alemania de hoy, cuando recibe la invitación de un profesor de ciencias sociales de una escuela secundaria, cuyos alumnos, luego de estudiar el nazismo quieren conocer a un judío.
En ese contexto el protagonista pasa revista a los principales puntos de argumentación por los que debate si aceptar o no la invitación y de esa manera ilustra a la audiencia sobre la problemática contemporánea de los judíos fuera de Israel y sobre los problemas específicos que plantea para un judío la vida en un país cuya población vive bajo el peso psicológico de las consecuencias del nazismo.
“En realidad no existe un judío común y corriente”, aseveró Romano en una charla con LA CAPITAL, en la que, además, enfatizó que su personaje Emmanuel Goldfarb “tiene una mirada crítica, también de los judíos”.
Con un texto que tiene humor, gran peso dramático y una carga emotiva, Romano vuelve al formato del unipersonal que lo han hecho merecedor de incontables elogios, bajo la dirección de Manuel González Gil.
“Lo que la obra plantea es que no hay judíos comunes y corrientes en Alemania después del nazismo”, explicó el actor y abogado en la nota en la que recordó el genocidio que se desató 9 de noviembre de 1938 con la llamada Noche de los Cristales Rotos en Berlín, con el asesinato de cien judíos, el encarcelamiento de 30.000 judíos, seguido por las medidas que, primero les impidieron trabajar, hacer compras, ir a establecimientos públicos, los obligó a utilizar una estrella amarilla cosida en sus ropas, el confinamiento en ghetos, hasta la instauración de más de 5.000 espacios concentracionales en los que fueron explotados, torturados y asesinados.
De todas formas, indicó que “este judío es progre y crítico y también se plantea la situación de hoy en día, posterior al genocidio, la creación del Estado de Israel y cuál es el protagonismo de Estado Israel dentro de la situación que vive el judaísmo en el mundo”.
Es ahí, donde Romano destacó que “Goldfarb hace crítica y autocrítica de las religiones monoteístas y se plantea diseñar una nueva religión, con nuevos santos y el propone cuatro: Freud, Marx, Einstein y Jesús, todos judíos que decidieron crear sus propias reglas en este mundo, que no vinieron al mundo y se callaron la boca sino que vinieron a la rediseñar el orden espiritual” .