El plazo de 180 días para la readecuación caducó en octubre. Empresarios alegan dificultades para conseguir materiales y de costos, y solicitaron otra prórroga. Entre sanciones por incumplimiento, el gobierno municipal busca equilibrar el respeto a la ordenanza y las dificultades económicas esgrimidas.
El plazo otorgado por el gobierno de Guillermo Montenegro para la readecuación de los decks gastronómicos, establecido en 180 días, venció en octubre sin que la mayoría de los establecimientos cumpliera con la ordenanza aprobada a fines del año pasado. Ahora, los empresarios solicitan una prórroga de seis meses, para ajustarse a la normativa, con la temporada en el medio y las veredas copadas por las estructuras.
Los decks fueron una salida estratégica en medio de la pandemia de Covid-19 para la actividad gastronómica, y se volvieron parte del paisaje urbano y de la identidad de la gastronomía marplatense.
Hubo quejas de vecinos por tener menos lugares para estacionar, y rechazo de comerciantes, la Cámara Textil y el Colegio de Arquitectos, sobre todo por la dimensión, en muchos casos ocupando toda la vereda y duplicando el tamaño de los locales, y también por el tipo de materiales utilizados para las estructuras. En consecuencia, se debatió una nueva ordenanza (N° 25.757) y se brindó un tiempo considerable para ajustarse a los parámetros, pero nada cambió.
Los empresarios gastronómicos alegan ahora, con el plazo vencido, dificultades para conseguir materiales debido a las fluctuaciones económicas nacionales y buscan una nueva prórroga de seis meses, argumentando su caso ante el Concejo Deliberante.
En la nota que elevó la Cámara Gastronómica al cuerpo deliberativo, con la firma del presidente, Jesús Osorno, y el vicepresidente, Hernán Szkrohal, solicitan “la extensión del plazo para presentar el Plan de Readecuación de los decks hasta el 9 de diciembre”, pero fundamentalmente “la modificación del correspondiente a la ejecución de la obra a 180 días contados a partir de la aprobación del respectivo plan”.
El pedido aclara que desde la promulgación de la norma, “el país se ha visto sumergido en una severa crisis económica que se ha agravado en los últimos meses”, lo cual “ha impedido que la mayoría de los comerciantes se vean imposibilitados” (SIC) de “encarar esos proyectos” debido a la “disparada de los precios de los elementos necesarios y la dificultad de conseguir algunos de ellos” ante “la escasez de materiales producto de la elevada inflación y la traba a las importaciones”.
Luego, en declaraciones mediáticas, el vicepresidente planteó: “Hubo un fuerte aumento de los materiales, en algunos casos son inalcanzables, y muchos no se consiguen o no hay precios. Pedimos establecer un nuevo plazo para afrontar el proceso inflacionario”.
El empresario dijo también que debido a los cambios que plantea la -ya no tan- nueva ordenanza, “conviene hacer los decks nuevos”, porque “es más económico que levantar lo que tenés y hacer los cambios”. En ese sentido, aseguró que “la inversión para montar un deck” con las características contempladas en la normativa vigente (ya prorrogada en abril), sería de “entre 6 y 10 millones de pesos” por estructura, según sus estimaciones.
Lo cierto es que existe una ordenanza que fue consensuada con los empresarios gastronómicos y que se acordó un plazo para adecuarse, y en seis meses poco y nada cambió: los decks siguen iguales y el incumplimiento a la adecuación ha sido generalizado, salvando algunas excepciones.
El incumplimiento, por cierto, no ha sido bien recibido por el gobierno municipal, que ahora convocó a todas las áreas involucradas para abordar la situación. De hecho, habría habido algunas sanciones, aunque desde el gobierno no precisaron cuántas. Sí hubo inspecciones, reconocieron algunos gastronómicos.
A partir de la solicitud al Concejo Deliberante de otorgar otros seis meses de gracia (con la temporada de verano en el medio) para la ejecución de las obras, el gobierno de Montenegro convocó a todas las áreas que intervienen en el tema para determinar los pasos a seguir. El martes próximo se tomarían definiciones en este sentido.
Fuentes del Ejecutivo señalaron a LA CAPITAL que, por un lado, resulta entendible el planteo del problema para conseguir los materiales, como así también el hecho de no encontrar precios en el mercado.
Sin embargo, “tuvieron seis meses”, repararon. Puertas adentro, comprenden que hubo un tiempo más que suficiente para cumplir con la adecuación, y que otorgar una prórroga por seis meses más sería “demasiado tiempo”, por lo que se buscará llegar a un punto de acuerdo intermedio.
La idea es encontrar un equilibrio, reconociendo las dificultades argumentadas por los gastronómicos, pero destacando que el tiempo otorgado inicialmente fue más que suficiente.
El municipio buscaría evitar una ola de sanciones, pese a que las mismas están contempladas en la ordenanza por el incumplimiento en el que incurrieron los empresarios gastronómicos.
Al mismo tiempo, entienden que en este escenario, resulta complejo lograr la adecuación total entes del verano y en medio de la incertidumbre política por el balotaje. En principio, podría haber una prórroga, pero por menos tiempo y con ciertos condicionamientos. Habrá mayores certezas la semana que viene, mientras el diálogo entre las partes sigue abierto este fin de semana.
La ordenanza N° 25.757, aprobada a fines de 2022 fija criterios precisos para la adaptación de los decks en el marco del programa “Comemos Afuera”. Las estructuras deben ajustarse a dimensiones específicas, materiales permitidos y normas de diseño.
Según la ordenanza, los decks pueden tener hasta 2,5 metros de ancho en calzadas de 11 metros donde no transiten colectivos, reduciéndose a dos metros en aquellas donde sí lo hagan. En calles de 9 metros de ancho, el ancho permitido es de hasta dos metros.
Las estructuras deben ser de hierro estructural galvanizado o metalizado, exclusivamente de color negro, gris o blanco. Se permite el uso de elementos verticales decorativos de otros materiales como madera, siempre y cuando estén tratados para resistir condiciones climáticas en exteriores, pero no pueden formar parte de la estructura portante del deck.
En cuanto a los pisos, deben ser realizados en formato “decks”, entendidos como una sucesión de piezas de madera natural. Además, se establece la obligatoriedad de contar con una tapa de al menos 40 centímetros que pueda levantarse desde el cordón, facilitando la limpieza y remoción de posibles obstrucciones al escurrimiento del agua por las cunetas.
La ordenanza permite el techado de los decks, ofreciendo tres opciones de diseño: toldos a dos aguas o con una pendiente a la calle, estructura con parante central o estructura con parantes en perímetro. Se especifica que el techado debe ser de toldos, lonas, o media sombras de calidad. También se autoriza el uso de chapa de policarbonato transparente con cielorraso de lona o material similar, así como pérgolas de madera.
En cuanto al cerramiento lateral, objeto de debate, se habilita un cerramiento perimetral en vidrio laminado o blindex transparente, sin superar la altura de 1,80 metros. Este punto generó opiniones encontradas, pero fue incluido en la normativa.
La normativa estableció originalmente que los titulares de los decks tenían plazo hasta el 30 de abril para adecuar las instalaciones. Sin embargo, días antes a cumplirse el plazo, el gobierno sorprendió con una extensión por medio año.
La promulgación también aclaró que “vencido ese plazo sin culminar la adecuación comprometida, será pasible de las sanciones y remociones a costa del contribuyente”.
Con esta advertencia, el municipio buscó garantizar el cumplimiento de la normativa y la revitalización planificada de los espacios gastronómicos en la ciudad.
Sin embargo, la historia se repite: venció el nuevo plazo, los gastronómicos no se adecuaron y piden tener la temporada de verano con las mismas estructuras a la calle con otros seis meses de gracia.