El primer basquetbolista marplatense que llega a la NBA ofreció una conferencia de prensa ayer en Unión, su segunda casa.
Por Marcelo Solari
Y de pronto, la sede “celeste” pasó de su relativa tranquilidad vespertina a una verdadera revolución. No era para menos. El Club Atlético Unión le tributó ayer una merecida recepción a su hijo dilecto. El deportista más importante que haya dado la entidad de la calle 9 de Julio en casi 90 años de historia.
Patricio Garino, por supuesto, tras el anuncio correspondiente, hizo su ingreso en el gimnasio Nº 1 de su club, recibido con un afectuoso aplauso por jugadores de las divisiones inferiores, padres, profesores, allegados, directivos y, por los periodistas, porque al fin y al cabo, también hubo una conferencia de prensa. Y a diferencia de lo habitual, la conferencia resultó amena, ordenada y, en su mayoría, con preguntas pertinentes.
Junto al flamante jugador de San Antonio Spurs de la NBA, compartieron la mesa el presidente de Unión, Leonardo Cordeiro, el secretario, Rodrigo Otamendi, el titular de la Asociación Marplatense de Básquetbol, Pablo Huarte, y el entrenador Norberto De Paz.
“Unión es como mi casa, de hecho desde que llegué a Mar del Plata estuve más en el club que en mi propia casa. Tengo amigos, hermanos para toda vida acá adentro, y si no fuera por todos ellos, seguramente no estaría donde estoy. Así que es un honor para mí poder hacer esta reunión aquí en el club”, abrió la conferencia Garino, luego de recibir como obsequios por parte de la AMB su primera ficha como jugador federado (del 23 de abril de 2001) y su primer carnet, además de un plaqueta dedicada su “ejemplo de esfuerzo, trabajo y dedicación”.
Consultado sobre la renovación que inevitablemente se producirá en el seleccionado argentino, en el cual el alero marplatense ya se ha ganado un lugar de privilegio, Garino indicó que “estamos muy confiados con nuestro presente. Tal vez había cierta incertidumbre antes del Preolímpico de México. Incluso nosotros estábamos dubitativos porque no sabíamos en qué nivel íbamos a estar. Pero se formó un muy buen grupo y nos sentimos muy cómodos. Pasamos una prueba de fuego y clasificarnos directamente para los Juegos fue algo muy grande. Y en Río también nos sentimos muy bien. Fue una experiencia increíble, que nos sirve a futuro porque aprendimos muchísimo adentro y afuera de la cancha de los cuatro de la Generación Dorada. Ahora se viene un desafío diferente. Somos conscientes de que esta etapa ya terminó y nos toca a nosotros”.
Acerca de sus primeros contactos con San Antonio Spurs y el momento en que iniciará los trabajos con la franquicia texana, Garino indicó: “Antes de los Juegos viajé a Estados Unidos, estuve en las instalaciones de San Antonio, y tuve un contacto fugaz con el entrenador Gregg Popovich y el presidente Mark Buford. Dentro de una semana y media tengo que viajar y sumarme a la pretemporada de los Spurs. Tengo una chance para quedar entre los 15 que van a estar en la temporada de la NBA y voy a dejar lo mejor de mí para poder lograrlo”.
En otro pasaje de la conferencia, el alero marplatense también se refirió a todo lo que genera Emanuel Ginóbili en el básquet internacional. “La despedida de Manu Ginóbili en la cancha fue algo realmente muy emotivo. Es increíble el respeto que le tiene a él y a la Generación Dorada. No sólo desde la NBA, sino desde otras instituciones de todo el mundo. Se sentía dentro de la cancha y afuera también. Manu inspira un respeto que lo convierten en un espejo a seguir no sólo para los argentinos sino para los basquetbolistas del mundo entero”.
El propio Ginóbili tuvo numerosos elogios para con Garino, y seguramente tuvo mucho que ver con la llegada de “Pato” a la NBA y los Spurs. “Es difícil describir lo que se siente cuando el héroe de todos los argentinos dice tantas cosas buenas de uno. Me llega muy adentro. Es algo increíble y al mismo tiempo lo tomo como una motivación. Saber que cuento con su respaldo me da una gran tranquilidad. En los Spurs será como tener un padrino ideal (risas). Es probable que le deba una comisión por su gestión por haberme llevado a la NBA (más risas)”.
Por último, y antes de ser literalmente desbordado por las decenas de pibes de las inferiores de Unión que lo esperaban, Garino indicó que aquel título en la Liga Nacional de Cadetes con sus amigos de Unión (varios de ellos presentes ayer) “figura en el Top-3 de las memorias de toda mi vida”. Y explicó que eligió el número 29 justamente en recuerdo de ese año 2009, en el que logró el título nacional y también le fue muy bien con el seleccionado argentino.
Después, con su humildad de siempre y la paciencia de los grandes, pasó un largo rato interactuando con los pibes. Fotos, firmas, abrazos, besos, y mucho más. Aunque todo seguirá el sábado, cuando Garino brinde una clínica en Unión, y por la noche, con una cena que seguramente será inolvidable.