Cultura

Frente al mar

Por Fabio Herrera

Para Caetano.

Busqué en los rincones una fragancia semejante

y me quedé pensativo parado en la orillita.

Ni cuando me nació el primer diente tuve tanta impresión.

No pude hacer nada.

Algunos cantos de sirena, creo, llegaron hasta mí

entonces solo me dejé estar.

Sin alas o aletas ni branquias,

sin las escamas suficientes para viajar a través de ese túnel salino

tan majestuoso como inabordable.

Y ahí él. Y ahí yo. En el mismo lugar

en el mismo minuto propuesto por el orden

para ser yo mismo con mis ganas, frente a él mismo con su silbido.

Abstraídos de las economías y los aviones que según parece

les dá por despegar y aterrizar cerca de esta playa.

Alguien me dijo: mirá el mar.

Yo me vi a mí mismo. Por dentro.

Con una vida húmeda y recientemente placentosa

La risa que me viene y va en plenitud de mareas

el llanto de sal que me florece por el sueño y el cansancio

y esa cadencia de siesta que me da por disfrutar.

El mar y yo. Mis pies en su oro tibio.

La suave caricia del viento de un Enero que también soy yo,

porque, o se es todo lo que uno quiere ser, o no se es nada.

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