El colombiano Carlos Galván desnudó errores y lo plantó en el novedoso escenario de remar desde atrás en las tarjetas. En una noche errática, lo mejor del “León” fue su capacidad de adaptación y reacción para salvar el invicto.
En la pelea más difícil de su corta carrera, el púgil marplatense Franco Acosta retuvo el cinturón Fedelatin de la AMB de la categoría crucero con un trabajoso empate ante el colombiano Carlos Galván en el combate de semifondo de un festival organizado por el promotor Osvaldo Rivero en el club Sportsmen de Rosario.
Para “El León”, ahora invicto en catorce presentaciones con un récord de 13 triunfos y una igualdad, la oposición del “cafetero” supuso un duro aprendizaje. El “Guerrero”, un rival de otra madera con relación a casi todos los que enfrentó con anterioridad, lo llevó al límite, le desnudó problemas defensivos y las contraindicaciones de calcular casi todo el tiempo.
Es que Galván, por el sólo hecho de asumir la iniciativa de las acciones, fue casi siempre al frente en las tarjetas. Y Acosta, confiado en que un golpe le podría resolver todos los inconvenientes, se vio doblemente sorprendido. Por un lado, el colombiano, con una guardia cerrada, no le dio muchas oportunidades de meter una mano contundente. Por otro, cuando pudo hacerlo, se encontró con un rival capaz de asimilar el castigo.
Galván no desbordó al marplatense, pero colocó los mejores golpes y lo vulneró repetidamente voleando la mano derecha por sobre una guardia casi siempre baja. Así ganó los dos primeros rounds, el cuarto y el sexto y puso a Acosta contra la espada y la pared.
En consecuencia, el plan de pelea de dejar hacer y esperar el descuido para resolver de manera categórica tuvo que ser abandonado sobre la marcha. El “León” debió salir a asumir la iniciativa, a arriesgar un poco más, a abandonar su pasividad para descontar terreno. Así logró marcar el ritmo en los rounds tercero y quinto y, sobre todo, a partir del séptimo cuando su experimentado rival ya no lucía con las mismas energías de las primeras vueltas.
Acosta, en definitiva, logró adaptarse a un match de largo aliento -apenas por segunda vez en su carrera llegó a los diez asaltos-y a ir de atrás en las tarjetas y esa capacidad de reacción fue lo mejor que mostró en una noche difícil. Cometió el pecado de volver a su pasividad original en el noveno round, de dejar hacer a Galván, y esa decisión tal vez le haya costado el triunfo. Y salvó la ropa con una postura más ofensiva y decidida para ganar la última vuelta.
Los jueces fallaron empate en un fallo dividido. Alberto Magaró vio ganador a Galván por 96-94, Emilce López dio 97-93 para Acosta y Daniel Alcaín la vio empate en 95.
¿Es un paso atrás para Acosta no haber ganado? En modo alguno. Galván le marcó errores defensivos y que necesita mayor agresividad a la hora de enfrentar exigencias mayores. Pero si capitaliza la enseñanza, la frustraciòn de hoy puede ser el punto de partida de las alegrías de mañana.
En la pelea de fondo, Carlos Alanís venció por nocaut a Marcos Martínez en el sexto round y se consagró como nuevo campeón argentino superpluma al tiempo que retuvo su cinturón latino OMB.