El papa es criticado por alguno obispos y parte de un sector conservador de la Iglesia por algunas ideas expresadas en sus documentos.
El papa Francisco afirmó que “reza para que no haya un cisma”, pero que no le tiene miedo porque se han producido varios durante la historia, al ser preguntado sobre los ataques contra él por una parte de la Iglesia estadounidense y la posibilidad de una división.
Francisco respondió así en la rueda de prensa de regreso del viaje a Mozambique, Madagascar y Mauricio después de que en el vuelo de ida afirmara que eran “un honor” las críticas por parte de los sectores conservadores de Estados Unidos.
“Antes que nada, las críticas siempre ayudan. Cuando uno recibe una crítica tiene que hacer una autocrítica y decir, esto es verdad o no. A veces te hacen enojar, pero siempre hay ventajas”, puntualizó Francisco sobre los ataques que está recibiendo su pontificado sobre algunas materias doctrinales.
Aseguró que las críticas no le llegan sólo de los estadounidenses, sino “de todos lados, incluso desde la Curia”.
Francisco ha sido criticado por alguno obispos y parte de un sector conservador de la Iglesia por algunas ideas expresadas en sus documentos y que incluso han sido tachadas de herejías.
“Al menos, aquellos que lo dicen, tienen la ventaja de la honestidad. A mí no me gusta cuando las críticas se hace por debajo de la mesa, que sonríen y después te clavan el puñal por detrás. Esto no es leal, no es humano”, agregó.
Lamentó que “lo que no ayuda es quien tira la piedra y esconde la mano” y que estas críticas “llegan de pequeños grupos cerrados que no quieren escuchar la respuesta”.
Aseguró que el escribir artículos sobre lo que no gusta del papa y pedir una respuesta “es algo leal” y “es amar a la Iglesia”, pero que en cambio “hacer una critica sin diálogo, y sin querer una respuesta, es no querer a la Iglesia y seguir con una idea fija”.
Sobre la posibilidad de cismas, explicó que en la Iglesia hubo varios cismas tanto después del Concilio Vaticano I como del Concilio Vaticano II ya que “siempre está la opción cismática en la Iglesia. Es una elección que el Señor deja a la libertad humana”.
“Yo no le tengo miedo a los cismas. Rezo para que no se den, porque está en juego la salud espiritual de tantas personas” y agregó “que el camino del cisma no es cristiano”.
Aseguró que sus pensamientos sociales son los mismos que Juan Pablo II. “Pero a mí me dicen que soy un poco comunista”, añadió.
“Cuando la ideología entra dentro de la doctrina, ahí se da la posibilidad del cisma”, explicó y agregó que lo que hay son “tantas escuelas de rigidez dentro de la Iglesia, que no son cismas, son vías cristianas pseudocismáticas, que terminarán mal”.
EFE