El papa recomienda a víctimas de abusos por parte de religiosos que llamen a la policía. Además, habló de los desaparecidos en Argentina durante la última dictadura cívico militar.
El papa Francisco defiende que en el Vaticano “hay que ir limpiando” porque es un Estado que no se salva de los pecados y vergüenzas de otras sociedades: “Tenemos los mismos límites y caemos a veces en las mismas cosas (…) El trabajo es ir limpiando, limpiando, limpiando”.
El papa reconoce que en el Vaticano también existen “mercaderes” como los que Jesucristo expulsó del templo, en una entrevista que emitirá este domingo la cadena de televisión española La Sexta, de la que adelanta un extracto el diario catalán La Vanguardia.
En ella, Francisco califica de “injusticia” que los países cierren la puerta a todos aquellos que migran por la guerra, el hambre, o la explotación, y apela a la “actitud cristina” para recibir, acompañar, promover e integrar.
El papa reprueba la retención en Barcelona del barco de la ONG Proactiva Open Arms, conocido por sus tareas de auxilio a migrantes en el Mediterráneo, y pide a los católicos que rechazan la inmigración que lean el Evangelio y sean coherentes con él.
Y considera que “en general” es causa de las migraciones un sistema económico capitalista “concebido como salvaje” que provoca desigualdad y guerras: “Sostengo que estamos ya en una tercera guerra mundial, a pedacitos”.
Francisco también condena propuestas como la de erigir un muro fronterizo con México que propugna el presidente estadounidense, Donald Trump: “El que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó. Y eso es ley universal”.
Bergoglio se declara apenado por la venta de armas a Arabia Saudita desde países como España: “Me da pena. Pero te diría que no es el único gobierno”, le dice al periodista Jordi Évole.
Defiende el derecho a la verdad, a una sepultura digna y a encontrar los cadáveres de los familiares de las víctimas de la Guerra Civil española, un caso que compara con los más de 30.000 desaparecidos durante la dictadura argentina.
“En Argentina se sigue haciendo eso, lentamente… Es un derecho. No sólo un derecho de la familia, de la sociedad. Una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos”, argumenta.
Defiende que la cumbre sobre los abusos recientemente celebrada por la Iglesia permitió “iniciar procesos” para “curar” a los afectados y “por supuesto” recomienda a víctimas de abusos por parte de religiosos que llamen a la policía.