El actor analiza su personaje en "Animal", la película dirigida por Armando Bo y en la que comparte cartel con Carla Peterson, y habla de su pasión por Mar del Plata.
El personaje de Antonio Decoud en el filme “Animal” parece diseñado para la materialidad actoral de la que es dueño Guillermo Francella. El episodio agudo y dramático que enfrenta está matizado con esa suerte de empatía que el intérprete tiene con el espectador. Y a cada momento, mientras la historia se complejiza, el público espera algún gesto, alguna complicidad -los tics del universo Francella- que lleven al humor y descompriman la trama.
“Es un humor medio negro, porque ante la tragedia hay cositas pequeñas que se ven, algo buscado por Armando (Bo, el director), por esa empatía que tengo y que es muy linda, tengo un idilio extraordinario con la gente de hace décadas, haga el contenido que haga me siguen, siento que hay una incondicionalidad”, analizó el actor, que dijo haber sido tentado por el guión y por “la profundidad de la historia, que es identificable para cualquiera”.
– En el filme desarrolla una desesperación sumisa por el órgano que necesita y que no aparece. ¿Coincide?
– Sí, sí, traté de controlarlo, me ayudó Armando, no hay nada peor que una persona estructurada asustada, no sabés quién es peor, si el marginal o el estructurado. Antonio llega a un momento en el que no puede controlar su impulso, no puede controlar lo que le pasa. Yo traté de no ser visceral, hablamos de despojarnos, de hacer algo contenido, cuando yo soy la antítesis. Traté de hablar distinto, de trabajar el cuerpo. Hicimos una construcción del personaje en conjunto con el director, por eso fueron vitales los ensayos. Y ver qué necesitaba Armando de mí.
El intérprete, que viene desarrollando desde hace años una fructífera carrera internacional, defendió las películas cuyo contenido se vuelve “identificable” para el público. “Nunca me gustó hacer películas que le dieran la espalda al público”, reconoció. Y confesó “amar con locura” a Mar del Plata, una ciudad clave en su biografía: la infancia, la juventud y la madurez están vinculadas a este sitio. Primero como espacio de vacaciones, más tarde como lugar de trabajo. “Solo, con amigos, como actor, casado, con hijos, en temporada, Mar del Plata ha sido siempre mi ciudad, la conozco del derecho y del revés”, dijo Francella sobre el rodaje de “Animal” en estas costas y hasta confesó que no descarta pasar su retiro aquí y convertirse en un marplatense más por adopción.