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Un sector del bloque de concejales del oficialismo, y obviamente, el intendente y algunos de sus secretarios están convencidos de que la solución de los grandes males del tránsito local pasa por la aplicación de las fotomultas. En realidad, se trata de un sistema a desarrollar para recaudar fondos, como lo considera el 60 por ciento de los marplatenses, de acuerdo a lo que surge de una encuesta realizada por www.lacapitalmdp.com con 3.500 votos. Como se sabe, el municipio cobraría apenas un 40% de la recaudación de las multas, un 26% menos de lo que percibiría a través de un llamado a licitación. “Vamos a ser millonarios con lo que vamos a recaudar”, dijo alguna vez el intendente sobre el polémico convenio con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de La Plata. El intendente dejó sin efecto la licitación realizada durante el gobierno anterior y optó por una contratación directa con la UTN, que se ocupará de generar el software para las fotomultas ¿Qué hay detrás de la UTN? Como se informó en estas páginas, detrás se encuentra la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (Cecaitra).
Un poco de historia. Al conocerse el polémico proyecto intervino la Justicia. La denuncia recientemente fue archivada por la sencilla razón de que no se había cometido ningún delito ya que no fue aprobado el proyecto. Tras esa decisión judicial, desde el oficialismo se volvió a la cancha con el tema. De hecho llegó el lunes a la comisión de Legislación, aunque ya con ediles abriendo el paraguas. Los mismos concejales de Crear, Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio, cercanos al oficialismo en algunas cuestiones, pusieron el grito en el cielo. “Esto perjudica a los marplatenses”, señalaron, y también llegaron opiniones en contrario de Acción Marplatense, el Frente para la Victoria y hasta el Frente Renovador, ya que Cristian Azcona presentó modificaciones al proyecto (un período de prueba de seis meses con apercibimientos por infracciones y que el monto para el municipio sea del 60% y no del 40%, lo cual se destinaría a la realización de campañas de concientización vial y el arreglo de calles). “El convenio es entre una universidad estatal y el municipio, no hay intervención de ninguna empresa privada”, decía el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, hace unos meses ante la prensa cuando vaticinaba que las fotomultas ya estarían en marcha antes de la temporada. Queda claro que el convenio con la UTN es al menos desprolijo. Pese a ello, el concejal Nicolás Maiorano acompañado por algunos ediles oficialistas, sigue hacia adelante con la venia que llega desde el Ejecutivo. Pero…
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Cuesta entender el énfasis del oficialismo en impulsar este convenio cuando en realidad, aunque suene inexplicable, ya está caído, algo que aparentemente desconocen las autoridades y los concejales de Cambiemos que insisten. “El acuerdo no existe más. Está caído. Nosotros por más que avance el proyecto en el Concejo Deliberante no lo vamos a refrendar. Que le quede claro: ese convenio, ese acuerdo, no tiene más vigencia. Se cayó. No existe más”, asegura categórico y firme ante LA CAPITAL un alto representante de la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (Cecaitra). Cualquier funcionario o concejal puede tomar el teléfono y ratificarlo con llamar a Cecaitra. La pregunta del millón entonces es la siguiente: ¿qué se está discutiendo en estas horas en las comisiones del Concejo cuando la Cámara decidió barajar y dar de nuevo?. Lisa y llanamente, inexplicable.
El vocero de Cecaitra añade más datos. “El convenio entre la Municipalidad y la UTN no es el problema. La Cámara -aseveró- no acepta un convenio que no sea firmado con el Rectorado. Es decir, no es que el convenio no sirva entre ellos, sino que la Cámara no va a trabajar bajo ese convenio. Hay una decisión empresarial de no avanzar hasta que no se aclaren y resuelvan otras cosas”, informó con claridad. Dicho en otras palabras, en Mar del Plata “están discutiendo en el aire sobre las fotomultas”.
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Una historia repetida en esta gestión. Los trabajadores municipales realizaron un paro este martes, con altísima adhesión, y volverán a hacerlo seguramente el jueves. al no haber llegado a un acuerdo en las paritarias con el gobierno de Arroyo, quien amenazó con descontar el día de huelga. lo cual tensó al máximo la relación con el Sindicato. El Ejecutivo ofreció un incremento del 18 por ciento en tres cuotas, mientras que los trabajadores municipales, en una multitudinaria asamblea, decidieron plantarse en un 25 por ciento retroactivo a enero, en dos cuotas y cláusula gatillo. “Es imposible llegar a esos numerosos”, dicen con impotencia desde la Secretaría de Economía y Hacienda.
A poco de anunciarse el paro, el intendente Arroyo informó a través de los medios que les descontaría el día de huelga a los trabajadores. Los municipales, además, tienen un reconocimiento, por convenio, a través del cual si en un cuatrimestre no tienen inasistencias, reciben cinco días libres. En el año, sin faltas, logran una quincena de vacaciones extras. Pese al temor de perder ese beneficio, el paro fue masivo. Y la réplica del Sindicato de Municipales a la amenaza del jefe comunal fue contundente. “El desafortunado proceder del intendente, avasalla la potestad del derecho a huelga, tal como ocurría en los tiempos de la dictadura militar”, refirieron y detallaron que “el derecho a huelga, enmarcado en el artículo 14 Bis de la Constitucional Nacional, es la herramienta con la que los trabajadores contamos para reclamar por nuestros derechos”.
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En otro párrafo durísimo consideraron que “por lo que estamos apreciando en este gobierno municipal, la democracia marplatense sufre un retroceso de 40 años volviendo a los tiempos de amenazas a los trabajadores”. El STM repudió “enérgicamente la actitud del intendente, más preocupado por volver a épocas pasadas que en gobernar para una ciudad que se ve, en todos los órdenes, desbordada de reclamos”. ¿Se animará el intendente a firmar el descuento o habrá quedado solo en una amenaza?
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“No hay forma de evitar las mareas de torpeza que provoca esta gente” decía ofuscado el dirigente gremial del STM. El hombre estaba ardido porque había puesto la cara en muchos lados para que la asamblea del viernes terminara bien. (Bien quiere decir, en el mejor de los casos, que no se desbordara, mucho más ambicioso no se podía ser en el clima de tensiones que atravesó la instancia previa y la propia asamblea). Varios de los representantes de mayor confianza de la mesa de conducción habían recorrido dependencias, entrevistado delegados y agentes municipales por todo Mar del Plata y Batán. No querían un torneo de exigencias altisonantes que, entre voces sin coordinación, volcaran la asamblea de municipales a una suerte de ruidoso prolegómeno de guerra. El objetivo era que se autorizara a la mesa ejecutiva a negociar un 25%. Sin embargo, en paralelo, o por lo bajo, se dejaba abierta la puerta para descender hasta un 22%.
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De esa manera, el STM buscaba no encerrarse en un reclamo ciego que lo fuera a remitir a un callejón sin salida. “Pues bien, ¿qué hicieron estos genios? Esgrimir la amenaza de descontar el día, una medida autoritaria, ilegal, como lo acaba de determinar la Justicia, y sobre todo incendiaria. Están en una lógica del prepo, a todo el mundo le responden como verdaderos compadritos y así terminamos, abroquelando las posiciones sin posibilidades de ningún acuerdo por afuera del mandato asambleario”, decía con ceño fruncido al dirigente. “Aceptar ahora un 22% es exponerse a las críticas y a la descalificación internas, hay muchos que quieren que hociqueemos para dejarnos mal parados y si Arroyo no entiende que hubo voluntad, tendremos que tomar otro camino”, le dijo al periodista y le encareció que guarde su nombre de toda publicación. “Nos indagan desde adentro y nos trompean desde afuera, nunca imaginamos que íbamos a chocar con gente tan carente de oficio para la gestión” dijo y se fue, con las manos en los bolsillos de la camperita nueva que estrenó con los primeros frescos, ideal para el invierno duro, pero algo excesiva para esta altura de abril.
Lo cierto es que al gobierno de Arroyo el déficit se le duplicó en el primer año de gestión. Logró subsistir porque las inéditas ayudas nacionales han superado los 350 millones de pesos y usó descubierto y fondos afectados como nunca antes. Mar del Plata nunca pedía ayudas en dinero para pagar sueldos. Eso se inauguró con la gestión actual y particularmente después del aumento del 28% acordado para el año pasado.¿Para qué sirve esa información en la instancia actual? Sirve para tomar perspectiva. El Gobierno nacional y el provincial sienten que han cumplido con la administración municipal. Le dieron ayudas económicas que nunca antes en la historia recibió un gobierno local para pagar sueldos y además no le cuestionaron en público el aumento del 28% del año pasado. Por eso ahora desde la Provincia le exigen reciprocidad. El límite es el 18%. “No puede ser que la gobernadora enfrente la discusión que enfrenta con los gremios docentes y que en Mar del Plata se haga cualquier cosa con los sueldos y después vengan a pedir plata todos los meses”, dicen en algún escritorio de mucha madera, pinturas bucólicas y pesadas cortinas de La Plata.
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Domingo a la mañana, Alberti y Santa Fe. El funcionario sintió que podía distraerse un rato. Recordó mejores días, los de la ignota tranquilidad que había decidido abandonar cuando lo convocaron para ser parte del equipo de Arroyo. Pensó que era un buen momento para gozar un rato del anonimato doméstico que supo tener. Se dejó llevar entre las góndolas llenas y los pasillos vacíos. Nunca había sido la política su principal desvelo, si bien siempre estuvo cerca y atento. Sobre todo de los “amigos del partido”. Sus intereses profesionales así se lo requerían y sus amigos, ellos si militantes, siempre lo habían considerado. Atravesó con aire distraído el sector de las yerbas y los tés, cargó un par de rollos de papel de mesa que tomó de la góndola enfrentada y cuando llegó a la punta dudó un poco entre volcarse al sector de las heladeras o al de los vinos. Finalmente se volvió hacia la otra góndola y empezó a revisar las botellitas de aceite de oliva. Leía las etiquetas, cotejaba los precios y se disponía al final a cargar una de 500 Cc, de color verde oscuro, de origen portugués, cuando una señora lo interpeló con un tono suave y decidido. “La verdad que no sé cómo no tenés vergüenza”, le dijo en voz más bien baja, como si no quisiera molestarlo con el volumen. “Llevo semanas llamando para que atiendan un problema que no me deja vivir, me pasan de un lado a otro, me dicen que mañana, que pasado, que tengo que esperar. En el 147 ya no atiende nadie, en las oficinas todas son excusas y yo no puedo dormir, mi marido tampoco. Tenemos una cervecería descontrolada al lado de nuestra casa y ahora me dicen que por orden tuya ya no se controlan los ruidos molestos, que desarmaste la dependencia”.
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Algo titubeante, el funcionario quiso interrumpirla. Empezó con una pregunta sobre dónde vivía la señora, pero ésta no lo dejo seguir. “Nada, no me importa pedirte nada, ni que me digas que vas a hacer lo que ustedes nunca hacen que es ocuparse de algo, ni que le prometas algo para salir del paso. Sólo quería decirte que no me gustaría que cuando tengas mi edad te pase lo que me pasa a mí, estoy frente a un municipio que envejeció, que no hace nada, mientras un conjunto de caraduras como vos se dedican a beneficiarse con sueldos que nadie cobra ni en sueños”. La señora nunca levantó la voz. El funcionario intentó alguna vez más interrumpirla y ella no se lo permitió. Luego el hombre, algo pálido, miró para todos lados -no alcanzó a detectar al periodista que vio toda la escena- dio media vuelta y se fue. La señora también, pero en dirección contraria, hacia su marido que se encontraba en el fondo del local. El carrito quedó solo, el aceite de oliva y los dos rollos de papel imprevistamente vieron suspendida su partida y más tarde un empleado los subió a la mismas góndolas de las que habían salido.
“Cuando pase el temblor…”. El diputado provincial Rodolfo “Manino” Iriart ni siquiera tenía ánimo para cantar el hit de Soda Stereo el pasado lunes en Santiago de Chile, cuando todo comenzó a moverse como consecuencia del sismo de 6.7 de magnitud que se sintió hasta en Mendoza y San Juan. “Tembló todo y en verdad nos asustamos, aunque acá nos decían que era algo normal”, refirió el legislador quien junto a un grupo de diputados de la Provincia, encabezado por el presidente de la Cámara, Manuel Mosca, visitan distintas dependencias gubernamentales chilenas relacionadas con la seguridad. Iriart, ex secretario de Seguridad de la comuna e integrante de la comisión de Seguridad de la Cámara, expuso aspectos de su experiencia y se refirió al alcance del Observatorio de Seguridad en el que viene trabajando. En estas horas serán recibidos por el embajador argentino, José Octavio Bordón. “Todo muy lindo pero no me subo a un ascensor ni por casualidad”, bromeó Manino, con su par Manuel Mosca.
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Estaría todo cerrado, aunque ninguno de los protagonistas por ahora lo confirma. El ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich y el reconocido neurólogo de origen radical, Facundo Manes, encabezarían las listas de senadores y diputados, respectivamente, por Cambiemos en las próximas elecciones. María Eugenia Vidal, tras la confirmación de que Lilita Carrio jugaría en Ciudad de Buenos Aires, aceleró el armado de las nóminas para las legislativas para comenzar con la campaña. Si bien el socio fundador de Cambiemos, Ernesto Sanz, considera a Manes como un radical, el ex senador intentaría incorporar a otros dirigentes de la UCR en los primeros lugares de la nómina para lograr un equilibrio entre los socios de la alianza gobernante. Aún restan dos meses para el cierre de listas pero nadie puede ignorar lo que decidirá el Frente para la Victoria. ¿Será candidata Cristina? ¿Se presentará Scioli? ¿Se decide Randazzo? En Cambiemos, por ahora, las cosas aparecen más claras.
Más feliz que Martín Sala con la Central bajo el brazo… La prestigiosa revista marplatense llegó a su número 50 con una edición espectacular. “Era un plazo que nos establecimos para certificar que la revista estaba madura”, explicó el “capo” de la publicación, quien recomendó, en esta edición, el repaso de las entrevistas a 50 personas que pasaron ya por las páginas, y por otra parte, el viaje a la Mar del Plata de los años 50, “una ventana que abrimos en el tiempo para ver qué sucedía y cómo se veía nuestra ciudad hace 70 años”
Personajes emblemáticos de la ciudad desfilan a través de las diferentes páginas de este número especial de Central. “Que la revista salga todo los meses –celebra Sala- no es sólo un mérito del equipo de trabajo sino también de la ciudad de Mar del Plata que la nutre de información, de energía. Una ciudad donde pasan muchas cosas todo el tiempo y donde mucha gente valiosa se desarrolla”. Vayan entonces las felicitaciones para todo el equipo de Central por este crecimiento y afianzamiento en la comunidad marplatense.
Este miércoles, la comisión de Turismo del Concejo Deliberante comenzará a tratar el proyecto a través del cual se autorizaría la apertura de un boliche bailable en las cocheras de Playa Grande. La cuestión viene rodeada de cierta polémica puesto que los concesionarios de los balnearios insisten en que las cocheras son vitales en ese espacio, al tiempo que los responsables de otros centros nocturnos de esparcimiento de la zona se oponen a estos cambios, en definitiva, por una cuestión de competencia. La modificación del pliego licitatorio merecerá un debate en el Concejo, donde todo parece indicar que será aprobado, por lo que en pocos meses estaría funcionando en el lugar otro boliche. De todos modos, no se descarta que prestigioso abogado local presente un amparo ante la Justicia para que nada pueda ser modificado. Será cuestión de esperar.
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Sin haber podido lograr aún cumplir con aquella promesa de campaña de ofrecer una ciudad “más limpia, más segura y más ordenada” el gobierno del doctor Arroyo cumplió el domingo pasado 500 días de gestión. El balance lejos está de satisfacer las expectativas seguramente del mismo intendente, quien ha visto una importante caída de su imagen positiva. Hoy no hay encuesta que no marque entre un 55 y un 60 por ciento su imagen negativa, fruto quizás de no percibir muchas de las soluciones prometidas. Sin ir más lejos, lo de ciudad limpia pasó a ser una utopía. Sólo con recorrer las calles de la ciudad se constata el deficiente servicio de la empresa 9 de Julio. En tanto, el desborde de los arroyos durante las recientes inundaciones por falta de tareas de limpieza –suspendidas las actividades de las cooperativas durante esta gestión- evidencian un retroceso en la materia con el lógico perjuicio para miles de marplatenses.
En la realización de los tan de moda focus groups, los votantes de Arroyo identificaban dos grandes atributos en el hoy intendente. Su gestión como ex director de Tránsito –con su rol de Zorro 1- y su firme defensa de la educación desde su cargo de director de escuela. El tránsito sigue siendo caótico en Mar del Plata. No merece ninguna discusión. Y en materia educativa se vive lo peor de esta gestión, con una funcionaria como Ana María Crovetto que sólo permanece en el cargo gracias a su antigua amistad, desde la época en que era inspectora, con el actual lord mayor. “Que por favor no eche a Crovetto”, piden irónicamente desde la oposición. En materia de seguridad, Arroyo asumió despotricando contra la Policía Local y contra su titular, Fernando Telpuk, designado durante la gestión Pulti. Hoy Telpuk es uno de sus funcionarios más reconocidos, a quien designó secretario de Seguridad. En estas horas, agentes de la Policía Local están siendo capacitados para librar infracciones de tránsito cuando en los barrios se requiere su presencia.
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En materia de turismo, Arroyo prometió, allá por diciembre, que Mar del Plata viviría la mejor temporada de su historia. Estuvo cerca de ser la peor, aunque ocupó el sitial de la más alicaída de las últimas décadas, al igual que la reciente Semana Santa. Claro que no se le puede achacar con exclusividad a esta gestión la menor llegada de turistas, pero sí endilgársele el poco apego a la promoción de la ciudad, el haber “alquilado el fondo de comercio del Emtur”, como coinciden en señalar operadores turísticos y el haber aceptado el desvío de los fondos de la sobretasa que percibía el Ente y que hoy se destinan al pago de sueldos.
La presencia cada vez más visible del ministro de Gobierno de la provincia, Joaquín De la Torre, en Mar del Plata, enviado por la gobernadora Vidal para “darle una mano al jefe comunal” –antes fue Agustín Cinto- evidencia la preocupación de la Provincia por la situación de la ciudad a la que le asignan una importancia electoral prioritaria. “Hay que ayudar a Arroyo”, “Nos preocupa Mar del Plata y trabajaremos para su crecimiento” son títulos reiterados que surgen de las entrevistas a funcionarios provinciales y nacionales. Cuando se apagan los grabadores, el tenor de las opiniones varía sustancialmente. Es que el círculo íntimo del intendente –su hijo Guillermo, actualmente de vacaciones, y su yerno Mauricio Loria- no lograron siquiera cohesionar el bloque de Cambiemos, donde ya no hay fisuras sino grietas que, nadie duda, se harán más visibles aún tras los comicios y de cara al 2019.
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La tarea en Salud –especialmente con la creación del SAME local- Inspección General, el Ente de Vialidad y Alumbrado Publico y el Emder escapan de la mediocridad general, al tiempo que la posible realización de obras con aportes de la Provincia y Nación abre ciertas expectativas de reactivación en la ciudad que sufre el mayor índice de desempleo de la República Argentina. “Hay buenas intenciones y muchos anuncios, pero de ahí a que se concreten hay un largo trecho”, disparan desde la oposición, atomizada por cierto ante las elecciones que se vienen y que para muchos serán una especie de “banco de pruebas” con vistas al 2019. Es que de votarse hoy, según todas las encuestas, ingresarían al Concejo las principales figuras de las distintas listas. Así, en el próximo Concejo no es difícil imaginar la presencia al menos de cinco futuros candidatos a intendente, como Vilma Baragiola, Lucas Fiorini, Ariel Ciano, Marcelo Artime y Carlos Cheppi o María Fernanda Raverta. Debe sumársele el rol del doctor Carlos Arroyo, quien ya aseguró que se le animaría a una reelección. “Va a estar lindo”, sostiene el veterano periodista que desde hace años cubre toda la actividad del cuerpo deliberativo.
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Estamos en vísperas de cumplirse 8 años del incidente que ocurrió en la medianoche del 1 de mayo de 2009 en el cual más de la mitad de la población de la ciudad de Mar del Plata vio interrumpido el servicio de agua potable producto de lo que ocurriera en la estación de bombeo de plaza Mitre. Hasta el día de hoy, el titular de OSSE, Mario Dell’Olio, no ha explicado debidamente qué ocurrió ese fatídico día. Tampoco se ha brindado por estas horas, y a tres semanas de haberse vivido las escenas que ocurrieron el sábado 8 de abril en horas de la media mañana ¿Qué fue lo que pasó con la tormenta que se abatió sobre la ciudad? Una tormenta que derivó en las imágenes que vieron en las calles del barrio Puerto y en la Banquina de los Pescadores; o a lo largo de la calle Hipólito Yrigoyen desde la calle Rodríguez Peña a la plaza San Martín; o lo vivido frente a la costanera en la Av. Félix U. Camet ente Rejón y Strobel, como lugares más relevantes.
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La explicación que por los medios brindó el Ing. Dell’Olio, culpando a la falta de mantenimiento de los arroyos por parte de la Administración Provincial puede explicar las consecuencias que se presentaron en áreas urbanas linderas a las zonas rurales. Pero no sirven para explicar qué ocurrió con el centro de la ciudad. ¿Se sabe lo que se necesita hacer en la ciudad para evitar volver a vivir las imágenes registradas? ¿Se sabe qué obras se tienen que hacer? ¿Por qué está paralizada de la obra de Arroyo Del Barco?
Muchos concejales aguardan la nueva citación que la Comisión de Recursos Hídricos de Honorable Concejo Deliberante presidida por la Arq. Leniz, deberá realizar por el frustrado encuentro del lunes 10 de abril pasado.