La autora nacida en Mar del Plata vuelve a sorprender. Mientras disfruta del éxito de "Bastarda", la novela en que relata la historia de Manuela Sáenz, acaba de editar por Planeta Lector "Casas revueltas", un libro con cuatro cuentos para niños con personajes históricos.
Por Dante Galdona
Su pluma es constante, siempre está escribiendo algo, o preparando, o documentando. Todavía no se apagó la euforia de lo lectores por “Bastarda” y ya editó “Casas revueltas”, al mismo tiempo está preparando un nuevo libro del que, dice, “no puede dar muchos detalles”, solo que es una historia que sucede “en el siglo XIX y su protagonista es un prócer varón”. Quizá para calmar la ansiedad de sus lectores, cuenta que posiblemente esté listo para agosto. En esta ocasión, LA CAPITAL conversó con la escritora acerca de esta novedosa propuesta infantil, “Casas revueltas”.
-Fuiste una niña muy lectora y ahora escritora para niños.
-En realidad lo otro que escribo es para chicos también. En este caso la historia está acotada, el discurso está un poco menos ambicioso. A mí me llamó la atención el gusto o la curiosidad de la hija de una amiga que tiene seis años y que me contó en una caminata que hacíamos la Revolución de Mayo de una manera tan impresionante que realmente quedé impactada para bien. Esta idea que tenemos o que teníamos de que la historia está contada de un modo medio estática o aburrida en el colegio y que por ahí los chicos no entienden nada o no les interesa. En Planeta Lector, que es la editorial infanto juvenil de Planeta, me hicieron una propuesta y me contaron lo que ellos que querían, yo les conté lo que a mí me gustaba contar y ahí deliberamos y dieron estas cuatro historias que son muy lindas.
-¿Cuáles son estas cuatro historias?
-Tienen que ver con los vínculos familiares por supuesto de próceres o personalidades importantísimas de la historia nacional del siglo XIX. Hay un relato que es sobre los hermanos Escalada: Mariano, Manuel y Remedios y el vínculo entre los tres, un vínculo muy fraterno. Además las ilustraciones son muy lindas, estoy muy contenta con todo el trabajo. Otra de las historias es el vínculo madre-hija de Eduarda Mansilla, que es la la primera escritora argentina. Esto no lo digo en vano porque en el siglo XIX las mujeres no firmaban, sí ejercían la profesión, pienso en las Brönte o pienso en Jane Austen, que no podían firmar. Relata el vínculo de Eduarda con su madre, que era la hermana de Juan Manuel de Rosas. Eduarda Mansilla a los 12 años ofició de intérprete en una de las misiones diplomáticas durante el bloqueo anglofrancés en el Río de la Plata. Llegaron los emisarios ingleses y franceses y Eduarda, que hablaba inglés y francés a la perfección a los 12 años, ofició de intérprete porque su tío Juan Manuel de Rosas necesitaba alguien de confianza y esa era su sobrina. Es realmente una locura: una nena de 12 años en esta reunión de adultos donde se barajaba hace años la política, en un alto encuentro del poder. Ella está un poquito puesta al costado sobre todo por su hermano Lucio Mansilla, el autor de “Una expedición a los indios ranqueles”, un intelectual tan importante. Bueno, Eduarda yo diría que lo supera. Una mujer que fue periodista, fue poeta, escritora. Lucio era un dandy, digamos. Fue una figura impresionante y Eduarda se fue a vivir al exterior y además era mujer. Bueno, es la historia de ella y su madre.
-También hay un cuento sobre Manuelita Rosas y otro sobre los hijos de Dorrego y Lavalle.
-La princesita de las Pampas habla por supuesto de Manuelita Rosas y su padre Juan Manuel cuando ella era pequeña. La otra es una linda historia sobre la descendencia de Dorrego y Lavalle. Qué pasa con la descendencia, con los hijos e hijas después del célebre fusilamiento bajo la orden de Lavalle. Estos dos hombres que habían sido camaradas y amigos que terminan uno asesinando al otro o dando la orden. Esto que le sucede a Lavalle, esa persecución fantasmagórica de haber dado la orden y esto lo persigue toda su vida. Las hijas y los hijos, sobre todo el hijo de Lavalle, lo que les pasa con esta situación. Es un cuento bastante sentido.
-¿Tuvieron vínculos los hijos de ambos?
-No, pero ellos sí habían tenido vínculo antes, habían sido ambos soldados del Regimiento de San Martín, ambos habían cruzado los Andes. Ya me voy por las ramas (risas), pero pienso en Lavalle, que había sido una espada dilecta de San Martín y que en algún momento lo tienta y después San Martín se le da vuelta porque elige a Rosas, a su enemigo. Lavalle como la espada unitaria más brava, más valiente de su tiempo y que es el primer enemigo de Rosas, el segundo es Urquiza que es el que lo derroca. Estas traiciones e intrigas que nosotros escuchamos con fascinación pero en aquel entonces debe haber sido durísimo estar ahí tratando de no ser asesinado a la vuelta de la esquina por uno que creías que era tu amigo, pero que después termina dándose vuelta. Esto sucedió después de 1810 cuando empezamos a pensar que queremos emanciparnos, a partir de ahí empiezan las ansias de poder de unos y otros.
-¿Cómo fue el proceso de llevar esto a un lenguaje infantil?
-Fue un proceso de una gran responsabilidad y de mucho cuidado. Por lo pronto las historias de estas personas yo ya las había tocado de algún modo tangencialmente en alguna de mis novelas. En “Pasión y traición” están los Escalada, está Remedios. Pero sí me dieron algunos otros libros de las diferentes colecciones de Planeta Lector para ver un poco el lenguaje y cómo se aborda, porque hay algunos otros libros que tienen que ver con el relato histórico y que son cuentos históricos o novelitas, nouvelles históricas. Y me gustó porque está bien para niños y niñas de 8, 10 o 12 años. Recuerdo cuando cuando era chica, a esa edad o un poquito antes, yo leía novelas de 200 páginas. Me gustó que el lenguaje no era menoscabando la inteligencia de un chico de 10 años, era empujando un poco para arriba. Te repito, a mí me llamó la atención aquella charla con Matilda, la hija de mi amiga que tiene seis años y a quien le dediqué este libro. Íbamos caminando y ella me contaba la Revolución de Mayo y me ponía en cuestión: “a ver si nosotros le hacemos lo mismo a los realistas, a ver si les gusta a los españoles que nosotros vayamos a invadir”. ¡Una enana de este tamaño! Eso me pareció fascinante. Larga vida a la historia, porque todos debemos estar constantemente desde así chiquitos hasta grandes revisando el pasado.
-Muchos de los grandes problemas de escritores para chicos es que los toman por tontos y se dan cuenta.
-Totalmente, la historia nos interpela a todos y nos hace hacer preguntas, y además incentiva la imaginación y de eso se trata un libro para niños, fomentar la imaginación, la creatividad, el viaje.
“Eduarda Mansilla a los 12 años ofició de intérprete en una de las misiones diplomáticas durante el bloqueo anglofrancés en el Río de la Plata”.
-¿Estás pensando algo más para chicos?
-Por ahora no, pero esto acaba de salir y por supuesto yo no paro. Ahora estoy escribiendo una novela de adultos, pero tengo ganas de abordar acontecimientos importantes. Porque aquí un poquito de costado se toca la primera invasión inglesa. Estos acontecimientos que uno tiene la idea de cuando era chico que tenía esa idea tan fija, como en dos dimensiones, como de la foto, los patriotas con el paraguas y la escarapela en la plaza. Y en el siglo XXI con el advenimiento de la tecnología y de las tres dimensiones y tal vez quizá la cuarta a esta altura, pienso en ponerles más carne a esto, que estén vivos, como los niños que realmente están vivos. ¿Por qué no?
-¿Te gusta venir a Mar del Plata, tu ciudad natal?
-Es lo que más me gusta en la vida. Además por la pandemia ya hacía bastante que no venía y esta es la vuelta. Ayer me recibió con una tormenta impresionante, pero me gusta porque a mí nada me gusta más que el viento, la
tormenta. Tengo la fantasía de que en algún momento me gustaría comprarme algo y venir acá.