Este sábado y domingo, "Stravaganza, 10 años" llegará al Paseo Aldrey para celebrar su década de vida. El creador, Flavio Mendoza, habla del teatro actual, traza un balance de su creación y confiesa que la paternidad y el público le cambiaron la vida para siempre. "Siempre en el teatro primero prevalece ganar dinero y después se ve qué se hace. Yo lo hice todo al revés: invertí y me endeudé, puse mi departamento, que en ese momento era lo único que tenía, para poder hacer el espectáculo", recuerda.
Sellado por el éxito y por una enorme trayectoria, el show “Stravaganza, 10 años” desembarcará este sábado y domingo en Mar del Plata: en el Paseo Aldrey se lo podrá ver los dos días y, además, el domingo con doble función, a las 21 y a las 23.30. En la plaza seca del Aldrey, celebrará su década de vida con lo mejor que sabe hacer: transformar y enriquecer todas las disciplinas del teatro. Circo, acrobacia, monólogos, coreografías, canto, humor y emoción componen este espectáculo que, a juicio de su creador Flavio Mendoza, marcó un antes y un después en su vida y en la historia del espectáculo.
“‘Stravaganza’ es el mejor espectáculo de la historia del teatro nacional argentino”, expresó. “Lo digo sin soberbia, con orgullo, creo que marcó un antes y un después y se merece este reconocimiento de que un país extranjero lo lleve”. En mayo de 2023, toda la producción viajará a Canadá para montar allí esta mega propuesta. Claro que en las tierras del norte del continente se verá un espectáculo actualizado, sin los modismos nacionales.
“Estamos ansiosos, nerviosos, con miedo, con montones de cosas, pero creo que es lo lindo de la adrenalina, de vivir este tipo de sueños”, anticipa Flavio en una entrevista con LA CAPITAL.
-Canadá es la tierra del Cirque du Soleil. Qué desafío, ¿no?
-Claro, claro. Pero bueno, yo siempre digo lo mismo: nosotros no tenemos que envidiarle nada a ningún espectáculo del mundo. Los argentinos tenemos algo siempre que es muy maravilloso y eso hace una diferencia. Ya han viajado espectáculos exitosos, quizá no populares como el mío. Para mí, es un doble orgullo poder ir, poder trabajar en Canadá. Creo que es una puerta que se abre, no sé a qué, pero tenemos mucha ilusión.
“El público me cambió la vida”.
-¿Estás estudiando inglés o francés?
-La verdad es que soy cuadrado con los idiomas, cuadradísimo. Me va a costar muchísimo. Otra de las cosas es que voy a viajar con mi hijo Dionisio, que va a tener que adaptarse a esta vida, porque dejarlo no lo pienso dejar jamás. Será un poco nómade como fui yo toda mi infancia, desde la época del circo en que viajábamos para todos lados. Él no cumplió los cinco años, tiene que empezar preescolar, va a hacer todo desde allá con su escuela acá.
Un momento del espectáculo “Stravaganza”.
-¿Qué tiene de bueno la vida nómade?
-A mí me enseñó muchísimo el ser nómade. Me enseñó a no agarrarme de algo siempre. Si bien yo era muy chico, iba a la escuela y me encariñaba con la maestra y me tenía que ir a los quince días, pero si esa escuela no me gustaba lo bueno era que también me tenía que ir. No lo cambiaría por nada, volvería a elegir esa vida porque te enseña mucho. Conozco todo mi país gracias a viajar con mi familia del circo. Así descubrí un país maravilloso.
-¿Qué balance hacés de estos diez años de “Stravaganza”?
-Agradezco muchísimo al pueblo argentino todo lo que ha hecho por mí, a mí el público me cambió la vida. Desde lo personal, desde lo económico, he logrado hasta ser papá. Y he podido gracias a que el público de Argentina me dijo que sí. Es un gran país el nuestro y creo que lo mejor que tiene es la gente. La gente te pone donde te tiene que poner. Si el público le dijo que sí a “Stravaganza” en estos diez años, es por algo. Es algo único “Stravaganza”, nunca hubo algo así. Siempre en el teatro primero prevalece ganar dinero y después se ve qué se hace. Yo lo hice todo al revés: invertí y me endeudé, puse mi departamento, que en ese momento era lo único que tenía, para poder hacer el espectáculo. Entonces, creo que eso también tiene que ver con un sello, con decir “che, acá este tipo da todo, te puede gustar o no, pero da todo”. Eso me lo han sabido valorar en mi país y eso lo agradezco, puedo decir que soy profeta en mi tierra. Y no puedo hablar por mí solo, porque siempre hubo mucha gente a mi alrededor que me ayudó en todas mis locuras.
“El teatro tiene que cambiar un poco para que la gente lo siga eligiendo”.
-Se está hablando mucho esta temporada de las experiencias teatrales, como si el teatro empezara a mutar a la experiencia en la que el espectador, la espectadora necesitara vivir su propia experiencia. ¿”Stravaganza” va por ese lado?
-“Stravaganza” viene mostrando que es una experiencia desde hace diez años. Esta cosa de ponerle (el título de) experiencia para hacer autobombo… Creo que a esta altura cada uno vende como puede. Yo te podría hablar de artistas que conozco, como Moria (Casán) que es una vanguardista. Lo que nos pasa a los argentinos es que por ahí no tenemos memoria, pero de verdad que hubo muchos otros antes que hicieron cosas más osadas que hoy. No es que el teatro mutó, la gente cambió y creo que el teatro tiene que cambiar un poco para que la gente lo siga eligiendo, hay una nueva generación que no lo elige porque lo que se ofrece no llama la atención. Yo creo que lo que tienen que hacer los espectáculos es ponerse a la par de lo que se viene. La televisión también está teniendo una crisis porque la gente elige las plataformas. En una época todos ponían un videoclub, después vino el Blockbuster. Yo creo que todo se transforma, pero lo bueno y lo que es de raza siempre quedará. No es lo mismo ver una obra de teatro por streaming que en vivo.
-Dijiste que el teatro tiene que cambiar, ¿cómo te imaginás el teatro del futuro?
-Yo creo que hay que entender a las nuevas generaciones, que por ahí es más difícil. Los mismos artistas tenemos que entender que hay que cambiar y que hay que soltar algunas cosas y hay que tratar de animarse a otras. Ahora en “Stravaganza” no van a ver el “Stravaganza” de hace años. Este tiene muchas cosas diferentes, tiene algo que te llega al corazón. Si bien puedo hacer un espectáculo pochoclero, con la edad que tengo no puedo hacer un espectáculo pochoclero y nada más, te tiene que dejar algo. Esa es mi búsqueda artística. Hay un cambio muy grande, que es generacional, es lógico que haya un cambio y está bueno aceptarlo y amigarse, porque si no, te quedás afuera del sistema.
“No puedo hacer un espectáculo pochoclero y nada más, te tiene que dejar algo.
Esa es mi búsqueda artística”.
-¿En qué te cambió la paternidad?
-No salgo más de noche, te cambia totalmente, yo vivo por mi hijo. Es una gran responsabilidad, me cambió, me cambió en todo sentido. Si bien siempre supe que traer un hijo al mundo era una gran responsabilidad, hoy tenerlo me hace ser una persona mucho más responsable, mucho más cuidadosa con lo que digo, mucho más cuidadosa con cómo me manejo, porque estoy formando una persona y depende de mí que él no sea ni prejuicioso ni discriminador ni racista. Depende de que en tu casa te digan “esto está bien, esto está mal”. Me esmero mucho para ser un gran padre, que es lo que me va a quedar, para que él diga “fue un gran tipo mi viejo”. Y eso hasta me emociona, porque estoy haciendo bien y creo que vine a este mundo para hacer el bien.
Flavio Mendoza junto a su hijo Dionisio.
-Además, al convertirte en un padre soltero, ayudaste a abrir un nuevo modelo de familia, diferente.
-Sí, porque había como un vacío. Yo creo que muchas personas por momentos estamos muy vacías. Yo lo digo un poco en el espectáculo, tengo un monólogo en el final que hablo un poco de todo esto. Yo fui un luchador contra molinos de viento, contra la discriminación, la homofobia. Hasta que pude acomodar a mi familia, porque nosotros venimos una familia de no tener nada. Después de eso, dije “ahora quiero ser papá”. Y empecé a hacer un poco más egoísta y a pensar en lo que yo quería y en la educación que le doy a mi hijo. Me escribe mucha gente, muchos hombres que quieren saber, mujeres que quieren ser mamás solas .Y creo que está bueno, sea desde el amor entre hombre y hombre, mujer y mujer, mujer y hombre o solos.