Se trata de Mariano Moyano, encargado de investigar desde su fiscalía los casos de robos en casas de familia. Pide más penas para cuando hay torturas y para cuando hay víctimas menores de edad o ancianas.
El fiscal Mariano Moyano, titular de la fiscalía especializada en robos a mano armada a casas de familia, envió una carta al ministro de Justicia, Germán Garavano, en la que solicita el endurecimiento de penas contra delincuentes que torturen a sus víctimas o que ataquen a niños o ancianos.
Ante la reforma judicial que se discute por estos tiempos, en la cual un modificado Código Penal es impulsado por el Poder Ejecutivo de la Nación, Moyano presentó un informe a partir de lo actuado en la fiscalía que está próxima a cumplir 3 años en el Departamento Judicial Mar del Plata. “La experiencia ha mostrado que, lamentablemente, los padecimientos y secuelas que sufren los ofendidos y damnificados de estos injustos se prolonguen en el tiempo”, indica el fiscal antes de explicar por qué considera necesario incluir dos agravantes para la modalidad delictiva de las “entraderas”.
Moyano propone que en el supuesto en que se le aplique torturas a los moradores de la vivienda se fije una escala penal de 8 a 25 años de prisión, es decir similar a la de un homicidio simple. El actual Código Penal no distingue entre lesiones y torturas para esos casos, salvo que el autor sea un funcionario público.
También solicita el aumento del monto punitivo (en la mitad del mínimo y del máximo) cuando se trate de víctimas menores de 10 años o mayores de 70 años de edad. Por ejemplo actualmente en un robo calificado como agravado por su comisión en poblado y en banda la escala penal prevista es de 3 a 10 años. Si en la vivienda donde se produjo el robo la víctima fuese un anciano o un niño esa escala se modificaría por la de 4 años y 6 meses a 15 años de prisión. En ese caso y aunque el imputado no tuviere antecedentes por el mínimo de la escala penal el hecho ya no resultaría excarcelable.
Para fundamentar su pedido, Moyano adjuntó el testimonio de varias víctimas, con el cual se puede graficar los padecimientos durante un robo. “Eran las 22:30 horas aproximadamente, había llegado su hijo a comer y de pronto dos personas ingresaron por la puerta de atrás… ambos estaban armados y le pegaron a su marido estando muy preocupada porque había sufrido hace poco un infarto: que uno de ellos le disparó a su hijo G. en la cabeza estando ella cerca de él también tirada en el suelo. Al otro sujeto… le dijo “hacé de cuenta que soy tu madre, déjame llamar la ambulancia”, a lo que le contestó “callate la boca porque te vas a llevar la peor parte…”
Otra víctima dijo: “…uno vive con miedo, pensando a cada momento si va a volver a pasar, ya nos pasó de noche una vez, pero a las tres de la tarde uno nunca lo hubiera pensado…en su momento dijimos que no al asesoramiento psicológico porque uno cree que está bien, pero no es así, estamos con cerraduras todo el tiempo, salimos con miedo, mirando alrededor, a cualquier hora, inclusive durante el día, uno piensa que en una ubicación céntrica está más o menos protegido por el entorno, pero no es así…”.
Finalmente, una mujer relató que “uno queda al día de hoy mal por la situación psicológica, no se olvida ese momento, ver a mi hijo ensangrentado, mi hijo y mi marido atados con cables en el piso, mi marido es hipertenso y rompieron el aparato de medición para atarlo con los cables, tiraron todo, golpeaban todo el tiempo, ese momento uno no quisiera repetirlo… al día de hoy no nos reponemos, uno tiene miedo, no sabe si va a pasar algo, el miedo queda para siempre, yo estoy con tranquilizantes, yo ya no puedo dormir, uno pide que esto se termine, que no haya otra gente que tenga que vivir esto…”.
Para Moyano, a partir de la experiencia acumulada en la investigación este tipo de delitos, el accionar de los responsables de los robos que se perpetran en el interior de viviendas “no encuentran en nuestra legislación penal sanciones acordes a la gravedad de las conductas desplegadas”.
Moyano describo casos en donde hubo descargas de corriente eléctrica, quemaduras, cortes de las falanges, simulacros de fusilamiento sobre la víctima; amenazas de someter a algún integrante del núcleo familiar a un abuso sexual.
La fiscalía N°13, Temática de robos calificados, se creó el 29 de abril del 2015 y se la dotó dotándola de competencia para la investigación de los delitos de robos agravados cometidos por autores ignorados, en viviendas, con víctimas en su interior, o saliendo o ingresando. Desde entonces se logró la detención de varias bandas dedicadas a estos hechos y se pudo disminuir en casi un 40 por ciento.