La prueba que complica a Lucas Giménez y que lo posiciona como presunto femicida de Talia Aragón se basa en el cruce telefónico, su vínculo violento y la proximidad de la casa en el que recibía a la víctima con el lugar del hallazgo del cuerpo.
Luego de la negativa a prestar declaración de Lucas Giménez (43), el remisero detenido y acusado por el femicidio de Talía Aragón (27), la causa que investiga las circunstancias de cómo se produjo el ataque ingresará en un terreno de análisis pericial que se orientará a estudios de laboratorio y de comunicaciones.
Giménez permanece alojado en la Alcaidía Penitenciaria de Batán y por el momento no tiene previsto hacer un descargo de las imputaciones ni de la prueba incriminatoria en su contra que reunió el fiscal Fernando Berlingeri.
Tal como fuera informado ampliamente desde que fuera detenido el día domingo, la situación de Giménez es complicada porque fue una de las últimas personas que estuvo con Aragón antes de que el martes por la noche de la semana pasada desapareciera y su cuerpo fuera descubierto a la mañana del día siguiente a los pies de un acantilados de una playa del sur.
Además, Giménez era el último novio o, como prefieren llamarlo los investigadores, el hombre más cercano en tiempos recientes.
Lo que llevó al fiscal a formar convicción de que Giménez era algo más que un simple testigo fueron varios indicios que con el correr de las horas se hicieron cada vez más sólidos. Para el fiscal Berlingeri la proximidad de la vivienda de calle 453 numeral 539, en Playa Serena, con el lugar en el que apareció el cuerpo fue decisivo para despertar el interés y las sospechas. Es que ni Aragón no tenía ninguna razón para acercarse a esa zona periférica de Mar del Plata si no era para visitar a Giménez.
Desde hacía un tiempo Giménez había alquilado ese casa con el propósito de residir allí pero también para encontrarse con Aragón. Es de destacar que la casa se halla en Playa Serena, a unos 3.000 metros de la playa en la que fue arrojada la víctima desde una altura cercana a los 20 metros.
Otro gran elemento de prueba que se agregó a la causa después de que es posara sobre el remisero el interés investigativo fue el del impacto de las antenas telefónicas. Dos actividades registradas por las celdas de su proveedora de servicio telefónico en proximidades del cruce de Ruta 11 y Circunvalación (Las Macetas) en el horario estimado que los forenses dataron la muerte fue de una gran relevancia.
Talía Aragón.
Respecto a las cuestiones vinculadas al uso del teléfono, al día siguiente de la detención de Gimenez, el fiscal Berlingeri ordenó el allanamiento de dos domicilios. El primero de ellos fue en la casa de Playa Serena y el otro inmueble que los policías revisaron fue el de los padres de Giménez, en Viamonte y Pringles. Precisamente en esta vivienda fue donde el ahora detenido intentó permanecer tras abandonar imprevistamente la de Playa Serena después de que tomara estado público el hallazgo del cuerpo de Aragón.
El resultado de los allanamientos fue calificado como “positivo” por los investigadores, ya que se secuestraron elementos de importancia para la continuidad del expediente, entre ellos cuatro dispositivos telefónicos pertenecientes a familiares de Giménez y otro que éste tenía en su habitación quedaron bajo disposición de la fiscalía. Vale recordar que al momento de ser detenido, Giménez tenía en su poder el teléfono que usaba de forma personal y con mayor frecuencia.
Ambos dispositivos telefónicos de Giménez ahora serán analizados para confirmar sus geolocalización entre la noche del martes 28 de mayo y la madrugada del miércoles 29.
También fue tenida en cuenta la “calidad” de relación entre Giménez y Aragón, descripta por algunos testigos como “tóxica” y “violenta”. Incluso el propio fiscal en el llamado a indagatoria de Giménez expresó que éste con la víctima “mantenía una relación sentimental en un contexto violento”. A propósito de esto, a la mesa de trabajo del fiscal llegó un informe sobre la judicialización de un episodio de violencia doméstica en la que Giménez había sido denunciado por una expareja.
Con toda esa prueba la Justicia de Garantías autorizó la detención y los allanamientos.
El asesinato de Aragón se conoció en el mediodía del miércoles, cuando un hombre vio el cuerpo sobre la playa y horas después personal de Rescate y Riesgos Especiales logró recuperarlo. La autopsia realizada por los forenses de la Policía Científica confirmó que el cadáver presentaba una puñalada en la región torácica derecha que le provocó una lesión en el pulmón de ese lado. Luego se comprobó una herida defensiva en un brazo y múltiples fracturas por la caída.
Jurídicamente el caso pasó a ser un “femicidio” desde el momento en que se estableció la imputación de un hombre como su autor y en el marco de un contexto de violencia de género.