"Este ambiente siempre fue muy machista, les parecía raro una mujer que imite, pero no dejamos pasar la oportunidad, con mi marido invertimos los ahorros que teníamos para hacer lo que queríamos y acá estamos", cuenta la actriz, humorista e imitadora en una charla con LA CAPITAL.
“Mi entrega es total. Yo no vengo solamente a poner el nombre, pongo el nombre, el cuerpo y el alma en cada show. Gracias a Dios, eso se ve y se valora”, asegura María Eugenia Florez, Fátima, la actriz, humorista e imitadora que, como cada temporada par, se instala en Mar del Plata para brindarse entera al público fiel que la va a ver al teatro.
En 2018, con “Superstar”, cosechó el Estrella de Mar de Oro, en 2020, brilló con “Fátima es Mágica” y este verano, cada noche sorprende con una galería más amplia de personajes, banda en vivo, magia y humor, en “Fátima es Camaleónica”.
El fin de año la sorprendió el Covid. Recibió el 2022 sola, cuidándose.
Por cábala, la artista debuta cada temporada el 19 de diciembre. En este 2021 fue la primera en estrenar y lo hizo en un Roxy colmado, como siempre con regalos para el público y descuentos para residentes de la ciudad.
Antes de terminar el año la sorprendió el Covid, debió suspender funciones, guardar aislamiento separada hasta de su esposo -que tuvo resultado negativo de hisopado- y recibió el año sola, cuidándose y cuidando a su equipo, hasta que pudo volver, el seis de enero, repuesta y “feliz de la vida porque estar haciendo funciones todos los días en Mar del Plata es un placer para mí”.
“El 26 de marzo vamos a estar en Miami con el show de acá, un poco más internacionalizado, así que estamos con más personajes de Estados Unidos”
No solo el 19 es su cábala, por ser devota de San Expedito. “Por cábala siempre nos hospedamos en el NH Gran Hotel Provincial, en la misma habitación, cerca del teatro, con la vista impresionante y la gente de acá que es divina”.
“Tengo una conexión muy linda con esta ciudad, hace 10 años que arrancamos y poder, desde hace tanto tiempo llevar un espectáculo adelante, acá, es muy movilizador”, comparte la artista. Porque reconoce que no le fue fácil hacerse un lugar en el rubro.
“La verdad es que este ambiente siempre fue muy machista. En los comienzos, me acuerdo que me decían ‘pero una mujer que imite…’ a algunos productores o colegas les parecía raro. Pero no dejamos pasar la oportunidad, con mi marido invertimos los ahorros que teníamos, nos propusimos hacer lo que teníamos ganas de hacer, nuestro sueño, le dimos para adelante con nuestra obra y la gente dijo que sí”, recuerda.
Por eso pone todo en sus espectáculos y apuesta mucho por el “boca a boca”, lo que la llevó a sus primeros éxitos. “El boca a boca es fundamental y es lo que está pasando hoy con Fátima es Camaleónica que el boca a boca es increíble, la gente se va feliz, lo comenta, y eso nos trae más gente, más público y la semana que viene empezamos con doble función, estamos super contentos”, valora.
Como también valora y respeta el cariño del público. “Siento desde el escenario el aguante, el acompañamiento, el ‘te bancamos’, soy muy agradecida, son ellos los que nos levantan el pulgar y los que nos dan la posibilidad de seguir adelante con el sueño de seguir con nuestra obra, con nuestra compañía”, cuenta en una charla con LA CAPITAL.
-En este espectáculo ¿está más presente Fátima además de los personajes?
-Sí, justamente creo que tiene que ver con una entrega total como actriz, como artista, como persona, de decirle al público acá estoy, soy Fátima y tengo todo esto para darles: Un montón de imitaciones, Fátima cantando, bailando, todos los personajes que quieren ver, un montón de personajes nuevos, sorpresas que descubren en el teatro, con lo cual creo que se llevan un pedazo de show, como digo y la gente es muy agradecida. Y también que yo no vengo a poner el nombre, pongo el nombre, el cuerpo, el alma. Gracias a Dios, eso se ve y se valora.
-El recurso de las transformaciones, las transiciones en el escenario, ¿da una sensación de intimidad también?
-Sí, la parte del camarín la destacan mucho por el tema de que es también llevar al público a otro lado. No pueden ver siempre lo que pasa en el camarín y es un juego, un guiño de lo que pasa ahí, cambiándome delante de ellos, pasando de un personaje a otro en cuestión de segundos. Es un cuadro que disfruto mucho y el público también.
-La variedad de personajes que hacés es cada vez más amplísima, y siempre, además de los clásicos, tenés alguna sorpresa, algo novedoso.
-Sí, por supuesto, la idea siempre es aggiornarse, renovarse, evolucionar, poner la vara cada vez más alta y, también agregar personajes que van surgiendo además los clásicos, de los nuevos, de los icónicos. En la ruleta hay un montón de personajes para que nadie se quede con las ganas de nada y aparte están los que la gente quiere ver sí o sí. Cada uno tiene su lugar, su momento, todos los personajes se destacan y lucen y toda la obra es bien arriba, no tiene mesetas. Cuando creen que vino lo mejor, lo que viene es superior y así se mantiene toda la obra hasta que terminamos todos cantando como en una megafiesta.
-Detrás de todo lo que se ve, ¿se multiplica exponencialmente el trabajo, la preparación el estudio, el entrenamiento?
-Sí, para lograr ese show hay que trabajar mucho con el tema físico, el tema vocal, ensayos, hay muchos personajes que tienen coreografías, hay cambios de vestuarios, corridas, hay que tener un entrenamiento bastante minucioso para aguantar esas dos horas arriba del escenario y a veces con dobles funciones. Es mucho el traqueteo, pero lo vale el resultado final. Mis espectáculos son meterle con todo, me gusta que el público se vaya lleno, que se vayan felices, que vuelvan a su casa y sigan comentando la obra. Eso se puede porque el teatro tiene otros tiempos que, por ahí la tele o lad redes no. En teatro uno puede desarrollarse de otra manera como artista.
-Además buscás sumar, complementar, con quienes te acompañan, en este caso con los cuadros de magia de Emanuel y con el humorista Iván Ramírez.
-Siempre la idea es formar este mega show, en el caso del mago lo conozco y sé el potencial que tiene, es un número uno total, así que nos acompaña este año y está buenísimo. En el caso de Iván es un descubrimiento, cuando lo vi dije este chico tiene muchísimo potencial así que quiero que me acompañe en el teatro, se lo propusimos y está feliz de la vida, agradecido. Me encanta descubrir nuevos talentos, porque los primeros pasos son difíciles y está buenísimo que te den una oportunidad y la está rompiendo, igual que los bailarines, los músicos, todos se lucen y todos hacen a este show, que es el mega show de Mar del Plata
-La banda en vivo, ¿hace que tenga otro timing, otra frescura?
-Me encanta cantar con banda en vivo, le da esa cosa de recital, un sonido único, junto a la puesta de luces, las pantallas, todo hace a que el espectador viva toda esta fantasía que son estas casi dos horas de viaje por los personajes que sería imposible juntar de otra manera en un mismo escenario y en Fátima es Camaleónica si es posible.
-Mientras estás haciendo temporada ¿pensás en más cosas, estudiás nuevos personajes, delineás nuevos proyectos?
-Siempre estoy mirado cosas para el futuro, porque todo se prepara con tiempo. De alguna manera siempre estoy alerta a ver qué pasa en el mundo, en la actualidad, en la Argentina. Hay que estar con los sentidos alerta como para incorporar lo nuevo, lo de último minuto y ahora también estamos con lo del show de Estados Unidos. El 26 de marzo vamos a estar en Miami con el show de acá, un poco más internacionalizado, así que estamos con más personajes de Estados Unidos, que si bien tengo unos cuantos, se estiran algunos y agrego algunos extra, recorriendo todas las épocas, todas las grandes divas, íconos de la música que todo el mundo quiere ver.
-¿Tenés una rutina, una metodología para manejar los cambios de energía, después de dejarlo todo en el escenario, volver a tu centro y volver a poner esa energía a punto para el día siguiente?
-Yo arriba del escenario la verdad que la paso muy bien, me siento como pez en el agua, pero sí, tengo una forma de meditación que me ayuda junto a lo que estuve estudiando toda mi vida de baile, de canto, yoga, relajación, de cosas que uno lee, escucha, y me fui armando una rutina para bajar. Uno vuelve del teatro con la adrenalina muy arriba y cuesta dormirte. Pero te sacás las pestañas postizas, el maquillaje, te bañás, ahí empezás a meditar, a bajar, para descansar y al día siguiente continuar con la rutina. Es todo un mecanismo que uno va desarrollando naturalmente. Pero siempre fui muy hiperactiva, de chica hice mucho deporte, seguí con danza, soy bastante culo inquieto, me gusta el movimiento pesas, andar, caminar, nadar, el estar en movimiento y es lo que yo necesito para estar arriba del escenario.
-¿La posibilidad de estar arriba del escenario se resignifica después de la pandemia, del Covid?
-La magia del teatro no solo se resignifica, se revaloriza. Por ahí en el trajín de la vida no nos damos cuenta de estas cosas verdaderamente esenciales y ahora las valoramos como nunca. Esto vino a sacudirnos un poco, a acomodarnos las ideas, y a empezar de nuevo.