El proceso que fue llevado a cabo por el Comité Internacional de la Cruz Roja, que logró resultados positivos en 88 casos sobre un total de 121.
Con emoción y entre llantos, familiares de caídos en la guerra de Malvinas comenzaron hoy a recibir de manos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación los informes de identificación de tumbas en el cementerio de Darwin, un proceso que fue llevado a cabo por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que logró resultados positivos en 88 casos sobre un total de 121.
Un total de ocho familias, en su mayoría proveniente de Buenos Aires, fue convocado en la jornada de hoy a la sede de la secretaría que funciona en el Archivo Nacional de la Memoria, ubicado en el predio de la ex ESMA, en el barrio porteño de Núñez, donde un equipo interdisciplinario -integrado por psicólogos, escribanos y asistentes sociales- les entregó el informe en el marco de una entrevista individual con cada grupo familiar.
“Hoy es un día muy especial y sensible para las familias y para toda la sociedad, que nos ayuda a cerrar heridas porque las familias empiezan a saber dónde descansan en paz sus seres queridos”, sostuvo en declaraciones a la prensa en la puerta del archivo el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, quien recibió el informe final el viernes pasado en Ginebra, en la sede del CICR.
Uno de los familiares que llegaron hoy hasta el archivo fue Norma Gómez, chaqueña, una de las impulsoras de las identificaciones y hermana de Eduardo Gómez, quien tenía 19 años en 1982, cuando fue convocado para ir a Malvinas mientras cumplía el servicio militar obligatorio en Monte Caseros, provincia de Corrientes.
“Esto nos va a traer un poco de paz aunque el duelo será permanente. Nunca pensé que íbamos a llegar a ese resultado. Me parece increíble”, dice la mujer todavía emocionada, luego de ser notificada de la identificación de los restos de su hermano, que se encuentran en el lado oeste del cementerio de Darwin, en la parcela B 4 19, que aún permanece con la placa “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
Norma llegó acompañada por un grupo de ex combatientes del Cecim de La Plata, entre ellos Mario Volpe y Ernesto Alonso, así como el ex funcionario y actual juez de Dolores Alejo Ramos Padilla y el ex subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Vassel, quienes vienen trabajando desde hace varios años por la iniciativa de la identificación de los NN en Malvinas.
Al igual que el resto de las familias, Norma recibió en la entrevista un detallado informe de 13 páginas que incluye la explicación técnica de cómo se realizó todo el proceso de identificación, que comandó el CICR y del que participó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que incluye fotografías de -por ejemplo- las piezas dentales analizadas y un esquema del cementerio con la ubicación precisa.
En la entrevista, la mujer quiso saber en qué condiciones los forenses encontraron el cuerpo de su hermano muerto en 1982. “Entero”, le dijeron los especialistas y le explicaron que todos los restos exhumados fueron encontrados dentro de bolsas mortuorias que permitieron su conservación, así como la gran cantidad de ropa que llevaban puesta al momento de morir en combate.
Luego de recibir el informe, Norma recordó a su madre, que murió este año esperando el resultado final de las pericias, de quien dice que “ya puede descansar en paz”, y sólo sueña con el momento de viajar a las islas para poder colocar la placa identificatoria en la tumba de su hermano.
Visiblemente conmovido, el primer familiar que salió de la entrevista fue el anciano padre del caído Claudio Scaglione, cuya identificación también dio positiva y además pudo llevarse un objeto que fue encontrado en la tumba de su hijo en Darwin.
Es que, para completar las tareas de identificación, el equipo forense del CICR recolectó unos 32 objetos “con un valor intrínseco o sentimental” que serán devueltos a las familias a medida que vayan manteniendo las entrevistas, y que fueron recogidos por los peritos ya que fueron considerados “esenciales” para la identificación de algunos restos mortales, según explicó el organismo internacional.
Entre esos objetos se encuentran cartas, placas de identificación, documentos, llaveros, un registro de conducir, un reloj y hasta una alianza, que serán devueltos a los familiares respectivos.
También fue convocada hoy la familia del caído Macedonio Rodríguez, cuya madre María Inés -de 79 años- concurrió acompañada de sus otros hijos, junto a quienes salieron de la entrevista con la confirmación positiva de la identificación de los restos de su ser querido.
“Nos llevamos al menos esta buena noticia de que pudo ser identificado y podemos empezar a cerrar esta herida a 35 años de la guerra”, dijo la mujer quien también expresó su deseo de poder viajar a las islas, pese a su avanzada edad, para llegar la placa identificatoria.
La cuarta familia que se presentó durante la mañana de hoy fue la de Omar Luis González, cuyos hijos Jorge, Pedro y Mabel recibieron el informe y salieron muy conmovidos, pero sin hacer declaraciones a la prensa.
La identificación de los 88 cuerpos se logró sobre la base de analizar 121 tumbas y 122 cuerpos que fueron exhumados en Darwin -de las 230 tumbas que hay en total- y su cotejo con la muestra de ADN que aportaron unas 107 familias que dieron su consentimiento para que el proceso se realizara.
Entre el 20 de junio y el 7 de agosto de este año, un equipo de catorce especialistas forenses -provenientes de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido- procedió a exhumar, analizar, obtener muestras y documentar cada uno de los restos mortales sin identificar enterrados en tumbas marcadas con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
Luego de un cuidadoso análisis realizado en una morgue equipada con alta tecnología, instalada provisoriamente en Darwin, cada uno de los cuerpos exhumados fue colocado en un nuevo féretro y sepultado en su tumba original el mismo día de su exhumación.
En tanto, el análisis genético de las muestras y el cotejo con las muestras de referencia de los familiares se realizaron en el laboratorio forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), ubicado en Córdoba y en paralelo, otros dos laboratorios en Reino Unido y España se encargaron del control y el aseguramiento de la calidad del análisis de ADN.
Todo el proceso fue coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja merced a un consenso construido entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido, en tanto las conclusiones finales de las tareas fueron entregadas el viernes último a ambos países en un encuentro celebrado en la sede de la CICR en Ginebra, Suiza.