Su gran objetivo es clasificarse para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 en su especialidad.
Por Marcelo Solari
En el mundo del deporte existen héroes, referentes, espejos. Depende de la actividad, y también de la personalidad, algunos tienen alto perfil y elevada exposición y otros hacen su camino en forma silenciosa. Muchas veces, ese trabajo, ese esfuerzo, casi no se ve. Y el deportista que merece el reconocimiento, o al menos que la sociedad conozca sus logros, se queda sin esa posibilidad.
El protagonista de uno de esos casos es Facundo Novik, quien ayer cumplió 29 años y a cada paso suma halagos y más halagos internacionales. De hecho, uno de los rincones de su casa está invadido por medallas y trofeos. Uno de los tantos héroes anóminos, especialmente cuando se trata de deporte adaptado.
Su conquista más reciente es la medalla de bronce en el Campeonato Panamericano de parataekwondo, realizado en Spokane, Estados Unidos (los memoriosos recordarán que en esa ciudad, el boxeador Sergio Víctor Palma le ganó el título mundial supergallo de la AMB a Leo Randolph, en 1980). El deportista marplatense era el bicampeón vigente, y se quedó a dos triunfos de una hazaña magnífica: el tricampeonato panacontinental. Vale leer (y aprender) lo mucho que tiene para contar:
-Más allá de que no pudiste ganar el oro, ¿subir al podio y ganar medalla siempre es algo muy especial?
-Si bien el objetivo principal era el tricampeonato panamericano y no se pudo lograr, cumplimos con un lugar en el podio, lo cual es muy importante.
-No debe ser frecuente un tricampeón panamericano de parataekwondo…
-Y un bicampeón, tampoco. Por lo menos acá, en Argentina. Por ahí algún mexicano.
-¿Por qué el Panamericano se hace todos los años?
-Las competencias de parataekwondo oficiales arrancaron en 2009, son bastante nueva, y tal vez por eso hubo tantos Mundiales y Panamericanos en tan poco tiempo. Como el
año que viene el parataekwondo va a formar parte de los Juegos Parapanamericanos en Lima, se implementó el formato del Panamericano específico todos los años para ir corrigiendo cosas, incentivando a la gente y viendo el funcionamiento general. Al principio, todavía no estaban bien delineadas las categorías por discapacidad. Eso también se fue ajustando con el correr del tiempo y hoy está perfectamente establecido todo. Yo participo en la categoría K44, menos de 61 kilos.
-También tuviste experiencia y medalla en Mundiales…
-Sí, ya fui a cuatro Mundiales. Hasta 2015, también se hacía todos los años, y ahora se hace cada dos. Gané la medalla de bronce en Lausana (Suiza), en 2013.
-¿Cuánto hace que practicás parataekwondo?
-Desde que empezó la competencia. Nosotros nos enteramos acá recién en 2012, y ya había querido ir a ese Mundial, que se hizo en Aruba. Se hizo muy difícil conseguir apoyo porque nadie estaba al tanto. Y era lógico, si nosotros, que lo practicábamos, apenas lo sabíamos. No pudimos ir, pero me propuse poder hacerlo al año siguiente. Y esa fue la primera vez que pude viajar. Me ayudó la senadora Cristina Di Rado. Me dio una ayuda económica y con eso pude pagar el pasaje. Fui solo y gané la mealla de bronce.
-¿Antes hacías taekwondo convencional?
-Sí, arranqué más o menos a los 16/17 años. Deporte hice siempre. Desde que aprendí a caminar, se podría decir. Pero cuando conocí el taekwondo, dejé todo lo demás. Me gustaba mucho el atletismo, lo practiqué durante tres años. Obviamente el fútbol, hasta jugué al sóftbol. Y cuando empecé con el taekwondo, al mismo tiempo hacía natación, aunque mucho no me gustaba. Pero me lo indicaban para rehabilitación.
-¿Cuáles son los objetivos para lo que queda del año?
-En realidad, no hay mucho más. Estaba programada una competencia en noviembre, pero la cancelaron. Igual era en Corea, estaba muy difícil para ir porque es muy lejos y el costo del viaje era enorme. La idea es apuntar a febrero de 2019, hay un US Open, en Estados Unidos; en marzo está el clasificatorio para los Parapanamericanos en República Domniniciana y, si clasificamos, a mitad de año llegan los Jeugos de Lima. Y el año que viene también está el Mundial, a confirmar entre Manchester (Inglaterra) e Istambul (Turquía).
-Y así complementás la competencia con el turismo. ¿Te queda tiempo como para conocer algo de los lugares adonde viajás a competir?
-Sí, a veces no se puede recorrer mucho porque viajo con el dinero justo, pero siempre que puedo, aunque sea caminando, me gusta poder visitar las ciudades en donde estoy. Hay lugares espectacualres.
-¿Tenés un trabajo que te permite viajar sin problemas?
-Sí, yo soy programador y trabajamos con un grupo de gente en un proyecto nuestro, que se llama Red de Obras Sociales. Atiendo el soporte técnico y otras cuestiones. Dentro del grupo nos acomodamos, saben que el objetivo es poder llegar a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, así que aceptan que cada tanto me toca viajar para competir o concentrar en el Cenard, por ejemplo.
-Y la naturaleza de tu trabajo también te posibilita hacer algunas cosas a distancia…
Sí, es cierto, puedo atender algunas cosas cuando no estoy en Mar del Plata.
-Hablabas de Tokio 2020. ¿Cómo es la clasificación para ir a los Juegos?
-Se puede clasificar de varias maneras. Lo anunciaron oficialmente hace poco. Los cuatro primeros del ranking mundial al finalizar el año 2019 entran directamente. Yo estoy octavo. Y bastante cerca, porque los puntajes están bastante apretados. Esa sería una posibilidad. Hay otras, como un clasificatorio continental que se va a hacer en 2020 y los ganadores de cada continente también entran. El país anfitrión tiene sus plazas y si queda alguna vacante se otorgan wild-cards (invitaciones). Son sólo 12 participantes. Es difícil, pero estamos ahí. Creo que es bastante factible. No es fácil, pero la posibilidad existe. Tengo confianza. Lo vengo soñando desde hace mucho.
-Mencionaste una limitación contra la que luchan muchos deportistas: la escasez de presupuesto. ¿Qué tanto te complica en tus objetivos?
-Lo voy a graficar con un ejemplo. Este año, porque no tenía el presupuesto, me perdí varias competencias. En diciembre de 2017 había quedado tercero en el ranking mundial y al no poder ir a cuatro torneos, retrocedí algunos lugares. Son entre cuatro y cinco torneos internacionales por año y yo estoy yendo a uno, nada más. Lo bueno es que la actividad está creciendo, no sólo acá, sino también en otros países.
-¿Cómo es tu rutina de entrenamientos?
-Los lunes, miércoles, jueves y viernes, a la mañana, voy al gimnasio en el club Once Unidos, y a la tarde, la práctica de parataekwondo. Y los martes a la noche, hago yoga. En la parte física me supervisa Sonia Osimani. La Fundación Oja de Mar del Plata y el Laboratorio AC me permitieron arrancar con eso este año porque yo no podía pagar la preparación física. Y el entrenamiento específico lo cumplo en Taekwondo Academia Mar del Plata (Misiones 684), con Carlos Guerrini, quien es mi entrenador desde siempre y hoy además es el entrenador nacional de parataekwondo. Tengo un especial agradecimiento para todos ellos, también para la Confederación Argentina de Taekwondo, el Emder y mi familia y amigos, que están siempre, pase lo que pase.