El trabajo que duró diez días lo encabezó el paleontólogo Matías Taglioretti. Los restos serán curados y estudiados y luego permanecerán en la ciudad serrana.
BALCARCE (Corresponsal).- El caparazón de un gliptodonte de más de 2 millones de años fue extraído de una cava al pie de la sierra “La Barrosa” luego de diez días de trabajo, ya que se encontraba a unos 20 metros de profundidad.
El paleontólogo Matías Taglioretti encabezó un equipo de trabajo que tuvo la minuciosa tarea de conservar esos restos fósiles en perfecto estado para que luego puedan ser curados y analizados.
El profesional habló con LA CAPITAL sobre “Oscarcito”, como se denominó a los restos del animal, porque lo encontró un vecino que es apasionado de la paleontología, Oscar Martín, quien desde hace muchos años viene rescatando piezas que hace poco tiempo donó al municipio.
Por las características del lugar se espera que de continuar los trabajos de búsqueda se encuentren más restos fósiles.
Se hizo un yeso protectivo.
“Luego de diez días de trabajo pudimos extraer la pieza principal, que es el caparazón de un gliptodonte conocidos como armadillos terrestres gigantes. También encontramos otros fósiles pero principalmente roedores. Seguramente, en la continuidad del trabajo se puedan encontrar más restos”, expresó el paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia de Mar del Plata.
Taglioretti indicó que “es un material grande por su volumen y muy frágil que lo hace difícil de trabajar. Esto requiere mucha paciencia para poder rodear al fósil y después hacerle un medio protectivo que es un tacel de yeso”.
El referente del Observatorio del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (OPAP) Litoral Atlántico Norte, dependiente del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CRePAP) de la Dirección de Patrimonio Cultural de la provincia de Buenos Aires, explicó se inmovilizó el material para su conservación.
Paleocueva
“El material lo encontramos en el relleno de una paleocueva que tenía una pendiente hacia el centro de la cava, por eso es muy probable que cuando se hizo el proceso de excavación se haya perdido el cráneo porque estaría en otra parte del túnel que hoy ya no está más”, mencionó.
Los profesionales pudieron recuperar el caparazón que está muy completo, una mandíbula que estaba por debajo, anillos caudales y algunos elementos relacionados a costillas y vértebras. “Tengan en cuenta que nosotros no vaciamos el interior del gliptodonte que se encontraba de costado. Entonces es muy probable que cuando se haga el curado aparezcan más piezas”, aseguró el paleontólogo.
En tanto, dio a conocer que el material estuvo sumergido en un sedimento a 20 metros de profundidad. “Cuando uno lo extrae, se relaja y tiende a romperse. Por eso, se hizo un yeso y luego se va a realizar un curado con la Tecnicatura Superior en Paleontología que funciona en Miramar, donde los estudiantes podrán realizar este trabajo”, añadió.
También adelantó que al estudiarlo van a obtener más certezas de que especie se trata este ejemplar. Esto ocurrirá una vez que este la pieza este limpia y puedan ver cada una de sus características. Este proceso puede llevar más de un año.
Vale destacar que en el lugar donde fue encontrado, el municipio creó recientemente el Geoparque Pun Antú que servirá
Añadió que todo el proceso en cuestión demandará poco más de un año y medio, quedando a la vista de quienes visiten el parque.
Los restantes miembros del equipo de expertos son Fernando Scaglia, Victoria Sarasa y Darío Porrini.