Arquitectos, albañiles, maestros mayores de obra, aficionados, son algunos de los que eligieron sumarse a este curso gratuito y oficial.
Con récord de alumnos se realiza por primera vez en General Pueyrredon un taller de bioconstrucción con título oficial y gratuito. El Centro de Formación Profesional 415 que depende de la CTA -Bolívar 2645-, es el espacio donde este año se comenzó a dictar este taller que tiene como propósito no sólo aprender lo teórico de esta técnica de construcción que crece y se impone, sino también llevarlo a la práctica con la construcción de un aula en la sociedad de fomento del barrio Parque Acantilados.
Arquitectos, albañiles, maestros mayores de obra, aficionados, son algunos de los que eligieron sumarse a esta oferta que sólo tiene un antecedente en Benito Juárez, y que es muy nueva y con mucho camino por delante.
La aprobación de la ordenanza de construcción con tierra cruda lograda hace poco más de un mes en General Pueyrredon, fue la frutilla del postre de una movida iniciada por diferentes actores que, en la búsqueda de un método alternativo y natural, pusieron en valor esta técnica.
“Estas personas serán los primeros bioconstructores con título oficial de la ciudad, lo que es alegría enorme”, explicó Ricardo Tamalet, profesor a cargo del taller que se dicta los miércoles en la sede de la CTA, y los viernes y sábados en la Sociedad de Fomento Acantilados donde se llevan adelante las prácticas.
Un total de 60 personas -divididos en dos grupos- conforman este espacio que tiene como propósito terminar el año con un aula nueva construida por ellos en Acantilados. Para ello es que trabajan cada semana y hacen peñas y almuerzos para recaudar fondos. “Lo que necesitamos son chapas, maderas y aberturas, después no hay otros materiales porque se construye básicamente con tierra”, comentó el profesor quien precisa que en la actualidad ya están haciendo los adobos que servirán para levantar las paredes.
“La bioconstrucción se trata también del trabajo en comunidad, es una cuestión social”, aseguró Tamalet quien justifica así el trabajo mancomunado que realizan con la gente del barrio Parque Acantilados.
La nueva ordenanza, el aval de la Provincia al entregar el título de bioconstrucción, son pequeños logros para quienes desde hace tiempo vienen bregando por la construcción natural. “Celebramos que se hagan este tipo de cosas y las acompañamos. No hay muchas construcciones hechas, pero sí muchos emprendimientos y gente que todos los días se suma a esto que implica también una nueva forma de ver la vida”, agregó Tamalet.
En este sentido precisó: “Tanto en el norte, sur y zona de Sierra, cada vez vemos más proyectos con técnicas naturales, sustentables, económicas, que permiten a los dueños de casa no sólo participar en la construcción, sino que tienen un menor impacto en el medio ambiente”. También estas viviendas tienen un mayor ahorro de energía con este tipo de bioconstrucción que “no sólo contempla los materiales naturales, sino también la forma de construir con diseño bioclimático que permita por ejemplo, que la casa se calefaccione con el sol del invierno, tener paredes de mayor aislación térmica, orientar la vivienda hacia el sol para no tener que gastar tanto de luz; entonces no sólo hablamos de ventaja de materiales, sino de las formas del proceso constructivo,” añadió.
Nuevas formas de ver y aplicar el proceso de la construcción, ese es el desafío que plantea este curso al que se suman muchos profesionales y obreros que observan allí no sólo una alternativa laboral, sino también una reencuentro con la naturaleza.