Aunque no hay números oficiales, las autoridades descreen de la cifra de 3.000 que repite el sindicato de peones de taxis. Coincidencia de funcionarios y ex funcionarios del área.
Autoridades municipales y ex funcionarios coincidieron en que no supera el 10% de la flota legal la cantidad de remises truchos que circulan en el distrito, lo que contrasta con la cifra de 3.000 que repite el Sindicato de Peones de Taxis (Supetax).
Al hablar de ese porcentaje, en el gobierno municipal toman en cuenta los 2.147 taxis, los 715 remises y los 287 autos rurales habilitados en el partido, es decir, los 3.149 vehículos afectados al transporte público más allá de los 444 colectivos y los 150 autos de alta gama.
El 10% implica poco más de 300 remises truchos, lejos de la cantidad que el secretario general del Supetax, Donato Cirone, calculó cuando advirtió sobre la llegada de Uber. “En General Pueyrredon, donde no hay voluntad política de controlar a los 2.147 taxis, los 715 remises legales, los alrededor de 3.000 truchos, los autos rurales ni a los coches de alta gama, no es difícil de imaginar lo que podría llegar a ocurrir con los vehículos no identificados que trabajasen para Uber”, dijo Cirone.
Pero en el municipio creen que si hubiera 3.000 remises truchos se verían con más frecuencia. “Tendríamos que ver la misma cantidad de autos legales e ilegales en la calle. Y no los vemos”, aseguró a LA CAPITAL el director de Transporte, Claudio Cambareri.
Que sean menos de los que sita el sindicato de taxistas no es, para el gobierno, motivo de tranquilidad. “No son los números que se dicen, no hay un relevamiento oficial ni mucho menos, pero sabemos que existe la problemática y la estamos combatiendo”, indicó el funcionario.
Cambareri dijo que la dirección a su cargo dispone de “un grupo operativo especialmente dedicado a lo que es transporte ilegal en el partido de General Pueyrredon”, que trabaja en conjunto con la Policía Local. “Estamos siguiendo órdenes de alelamientos en diferentes lugares donde funcionan las remiseras ilegales. Los resultados son muy positivos”, apuntó.
Sobre el objetivo y los lugares de control, especificó: “Controlamos todo el transporte ilegal de pasajeros y de carga. El grupo operativo está todo el día, todos los días, trabajando en varias zonas: el puerto, el Gaucho, el barrio Belgrano y demás. Son los lugares alejados donde tenemos más denuncias de que existe este tipo de actividad”.
Según el ex subsecretario de Control Adrián Alveolite, “cuando una persona elige tomar un transporte de esta naturaleza seguramente lo que no analiza es que ese vehículo no cuenta con seguros para transporte de personas ni sabe qué chofer la lleva”. Tampoco sabe “si el vehículo cuenta con todas las medidas de seguridad”, pues “muchas veces se ha detectado que no tienen ni VTV”. En cambio, “cuando se toma un servicio habilitado los choferes están acreditados y tienen que tener registro profesional”.
El control al transporte ilegal también formaba parte del trabajo de la anterior administración comunal. “Nosotros secuestrábamos todas las semanas autos ilegales a través de diferentes operativos. Los hacíamos en los principales centros que congregan este tipo de utilización del servicio como punto final, llámense hospitales públicos, la Ferroautomotora, el CEMA, las salitas de primeros auxilios. En esos lugares se ven llegar personas en vehículos que uno puede presumir que están realizando una actividad comercial a través de un transporte ilegal”, señaló.
Los puntos en que se toman los remises truchos coinciden con los que, por uno u otro motivo, circulan menos los vehículos habilitados. Esas razones van desde la inseguridad hasta el estado de las calles o la falta de luminarias.
Alveolite está convencido de que “no hay 3.000 autos ilegales ni de casualidad”, y supone que “no superan los 300”. “Si no, no trabajaría ninguno de los legales”, argumentó.
Intentos fallidos
En agosto de 2008, durante el primer año de la gestión de Gustavo Pulti, hubo una recordada manifestación de remiseros sin habilitación. “Nunca fueron atendidos por ningún funcionario competente en el área. La supo atender el secretario de Gobierno para descomprimir la protesta, pero jamás hubo ni un convenio, ni un acta acuerdo ni una negociación que inspirara la posibilidad de habilitarlos”, recordó Alveolite.
El ex funcionario explicó que si se otorgaran nuevas licencias, los beneficiarios no serían elegidos al azar, sino que surgirían del registro que creó la ordenanza que regula el servicio de remís (la número 9294 de 1993). “En caso de producirse una baja de licencia otorgada, la vacante se cubrirá con el primer inscripto en el Registro de Aspirantes”, establece la norma.
Lo mismo sucede con los autos rurales, que prestan servicio en “la ciudad de Batán, la subzona, la localidad de Sierra de los Padres y las zonas Sur y Norte del partido”, según surge de la ordenanza 21491.
En este caso, cada área tiene su cantidad de vehículos habilitados:
* Batán 85.
* La subzona (Parque Palermo, Parque Hermoso, Valle Hermoso y Barrio SOIP) 17.
* Sierra de los Padres 17.
* Zona Sur 86.
* Zona Norte 82.
“De producirse una baja en alguna de las licencias otorgadas en las zonas establecidas, la vacante se cubrirá con el primer inscripto en el Registro de Aspirantes de la zona en que se produjera dicha baja”, aclara la ordenanza.
La diferencia sustancial para habilitar un remís o un auto rural es el modelo del vehículo: mientras el de remís debe ser cero kilómetro y puede tener una vida útil en el servicio de ocho años, el de auto rural puede tener como máximo 15 años de antigüedad. Los rurales, a su vez, tienen prohibido iniciar su servicio fuera del ámbito de su jurisdicción, mientras que los remises no pueden estar pintados del mismo color que los taxis.