Sara Facio presenta, por primera vez, un registro personal de 115 imágenes -en su mayoría inéditas- sobre dos años claves del peronismo, de 1972 a 1974.
por Juan Rapacioli
“Los años del peronismo marcaron mi vida”, dice la célebre fotógrafa argentina Sara Facio en torno a “Sara Facio. Perón”, una gran exposición que presenta, por primera vez, un registro personal de 115 imágenes -en su mayoría inéditas- sobre dos años claves del peronismo, de 1972 a 1974, que se inaugura mañana en el Malba.
Curada por Ataúlfo Peréz Aznar, la exposición abarca los 591 días que van desde el 17 de noviembre de 1972 -el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras su exilio en Madrid- hasta el 1° de julio de 1974, día de su muerte. Se incluyen, además, documentos, diarios de la época y contactos de las fotografías que Facio guardó durante décadas.
Festejos en el Obelisco, jóvenes agitando banderas, la asunción de Héctor Cámpora, gente acercándose al palco en Ezeiza, el fallecimiento de Evita, Montoneros esperando en la plaza y un hombre sentado en el cordón de la vereda con un diario que anuncia la muerte de Perón son algunas de las míticas fotos que podrán verse en la muestra.
En el marco de la inauguración de la muestra, se realizará mañana a las 18 en el auditorio del Malba una conferencia inaugural a cargo de la especialista en fotografía Silvia Mangialardi, quien entrevistará a Pérez Aznar con el objetivo de reponer junto a la artista el contexto de producción de su obra.
Graduada en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1953, Facio (San Isidro, 1932) es fotógrafa, curadora, periodista y editora. Sus fotografías figuran en colecciones permanentes del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, del Museo de Arte Moderno de Nueva York y del Museo Reina Sofía de Madrid, entre otros.
Facio, que solo había mostrado ocho fotografías de este ensayo en la exhibición “25 años” que hizo junto a Alicia D’Amico en el Centro Cultural Recoleta en 1985, habló con Télam sobre el origen de las imágenes, aquellos años agitados y el lugar que ocupa la fotografía en la actualidad.
– ¿Qué la motivó a publicar estas fotografías ahora?
– Siempre consideré que este era un registro profesional, con excepción de una serie de fotos del día de la muerte de Perón. Cuando me enteré de su muerte, salí corriendo hacia Plaza de Mayo, antes de que me pidieran las fotos y, a la noche, me llamó todo el mundo. Esas fotos las saqué con mucha emoción porque me contagió el sufrimiento de la gente, muchos eran colegas. Una de esas fotos se hizo bastante conocida: “Los muchachos peronistas”. Salió en un anuario de fotografía en el extranjero, siempre como foto, no como una cuestión política o profesional. Salió, además, en un libro muy interesante de Inglaterra que reunía los mejores retratos del siglo.
– ¿Cómo se originó esta muestra?
– Un día vino al estudio Ataulfo Pérez Aznar, un fotógrafo que respeto mucho, y decidió hacer una curación con ese material. El tenía la intención de hacer la muestra el año de las elecciones presidenciales, pero me pareció que era una cosa fuera de la canasta, ya que cualquier partido lo podría haber tomado como algo a favor o en contra. Más que política, esta exposición es histórica. Hoy, con 85 años, puedo decir que, para bien o para mal, los años del peronismo marcaron mi vida.
– ¿Cómo recuerda la experiencia de capturar el vértigo de la época?
– Era una época caótica. Había diferentes momentos: recuerdo que Ezeiza empezó como una fiesta -gente riendo, abrazándose, vendiendo banderines-, y después todo eso terminó en tragedia; entonces, tuve que ser de fierro para estar ahí sacando fotos. Creo que algunas de las imágenes logran transmitir tanto la alegría como la tristeza de la gente.
– A diferencia de sus célebres retratos de escritores, estas fotos están tomadas en medio del movimiento, la agitación y la intensidad…
– Son facetas diferentes del mundo fotográfico; no me canso de decir que yo no me considero una artista fotógrafa, sino una profesional fotógrafa. He vivido toda mi vida de la fotografía, he hecho con tanto gusto un reportaje fotográfico como la publicidad de una máquina de escribir o de una vajilla o de auto o una manifestación política. Había que instalar la fotografía como una profesión y como una expresión. Había fotógrafos que además de ser excelentes profesionales tenían algo que decir, y la fotografía era una camino para decirlo.
– ¿Cree que la situación de la mujer es hoy más igualitaria en el mundo profesional?
– Muchas mujeres despertaron de un letargo del que no son totalmente culpables. Ya que la sociedad trabajó siempre para que no abandonen el lugar de servidoras de la humanidad. Es positivo que no solo las jóvenes se den cuenta de que, quizás, perdieron años de su vida por no manifestarse antes.
– ¿Cuál es el lugar actual de la fotografía en la sociedad?
– Creo que la fotografía está más involucrada en la sociedad que nunca. No solamente en el aspecto profesional y creativo, sino a través del público que usa imágenes para comunicarse con sus amigos. Las fotos en las redes sociales son parte del mundo de la fotografía.
Télam.