De cara a la temporada habrá que concientizar más para que se respeten las normas sanitarias.
Por Miguel Trezza
¿Estamos preparados para respetar un protocolo? No. Está claro por estos días. Y si queremos temporada de verano mucho habrá que hacer para concientizar a la sociedad marplatense. Protocolo es la palabra más usada durante la pandemia. Pero la responsabilidad de llevarlo adelante es nuestra. La única vacuna somos nosotros. Y desde ese plano, da la impresión que no estamos preparados. Respetar distancias, usar tapabocas, asumir la responsabilidad que corresponde es, siempre, del otro. Por estos días esperamos que el otro asuma lo que debemos asumir todos.
Y en esta ciudad el tránsito, por ejemplo, es una muestra acabada de ellos. ¿Cómo se hace para que un individuo que estaciona en doble fila (a la salida del colegio de sus hijos y en varios sitios más), usa la luz amarilla del semáforo para acelerar en lugar de frenar, deja el auto en lugares no permitidos, tapa rampas, estaciona en la vereda o circula en bicicleta por la acera en todos los sectores de la costa asuma la responsabilidad que corresponde? Cabe además para los peatones que poco respetan las reglas establecidas. Ellos también, cuando llegue la temporada, deberán adecuarse al protocolo.
Las situaciones, a esta altura, resultan endémicas. Hace años que se busca solucionarlas. No hubo gobierno que acierte con la receta. Pasaron autoritarios, permisivos, flexibles, recaudatorios, etc. No pudieron. Las situaciones nombradas aún, pandemia mediante, existen. Desde ese, lugar, entonces, se hace difícil pensar que el protocolo pensado para tener temporada será tenido en cuenta por quienes hace décadas no respetan situaciones cotidianas.
Debería quedar en claro que el respeto por el otro es la única posibilidad de tener una temporada tranquila, utilizando aquello de que “la vacuna somos nosotros”, hasta que aparezca la solución científica. Serán nuestras acciones las que demuestren hasta donde es posible llevar el protocolo pensado para una ciudad turística que necesita la temporada con gente quizá como nunca antes.
Todavía no estamos preparados. Más para una temporada que no será como otra. Salta a la vista, pero queda tiempo como para, entre todos, buscar la responsabilidad individual que nos ayude a sobrellevar esta vida atípica. Y tener una temporada tranquila respetando el protocolo.