Se impuso 72 a 62 a Ciclista Juninense en Santa Clara del Mar luego de transcurrir 11 minutos sin convertir en el primer tiempo. Pero lo sostuvo con defensa y en el tramo final, Alejo Britos sentenció el partido.
Por Marcelo Solari
Los números respaldan a Unión en el Polideportivo Municipal de Santa Clara del Mar. Cuatro jugados y cuatro ganados por la Liga Argentina de Básquetbol. Este lunes, después de ser superado por demás en buena parte del partido, levantó el ritmo a tiempo, se sobrepuso a un desarrollo adverso y venció a Ciclista Juninense, por 72 a 62. Y todavía se ilusiona con poder llegar al segundo lugar.
Unión impresionó bien de arranque, atento para defender la línea de pase y, eventualmente, lastimar de contraataque. El 10-3 inicial para el “Celeste” fue respondido de inmediato por Ciclista, a partir de un buen ingreso de Juan Adolfo Ávila (10-9). Y aunque el local encontró una buena ráfaga de Luciano Tambucci para tomar distancias, el juego ya había cambiado.
Y comenzó a jugarse al ritmo que pretendía Ciclista. Tanto, que entre el cierre del primer cuarto y el comienzo del segundo, el equipo local se quedó drásticamente sin gol. En el sentido más literal de la frase. Fueron 11 minutos sin punto alguno, desde las 7m30s del cuarto de apertura hasta los 3m30s del segundo. De ganar 18-11 pasó a perder 18-25.
Y lo peor, comenzó a bajar los brazos atrás. Ciclista capitalizó ese momento, ocupó espacios fértiles, encontró una buena secuencia de tiros certeros y hasta aumentó la ventaja a 10: 32-22.
En el juego la diferencia entre ambos incluso era mayor a esos 10 puntos. Sin embargo, Unión hizo negocio al irse -5 al descanso largo, porque acertó desde la línea de libres buena parte de lo que no pudo con sus tiros de cancha.
Y paradójicamente -o no-, mantenerse al alcance en las cifras le hizo pensar a Unión que podía sostenerse en su rendimiento defensivo. Y en algún momento, las cosas iban a empezar a fluir adelante. Y así sucedió. En todo el segundo tiempo, el “Celeste” fue de menor a mayor, aún cuando otorgó numerosas segundas opciones por rebotes ofensivos, aún sin elegir la mejor opción, siempre se mantuvo en juego.
Mejoró sus porcentajes de tiro abierto, levantó la confianza y, en el tramo final, lo tuvo a Alejo Britos con el traje de héroe, con dos conversiones de mérito: un doble volado y un triple a 45 grados. Suficientes para sentenciar la historia.