por Ljubomir Milasin
El fracaso de los euroescépticos en formar un gobierno en Italia, después de que el jefe del Estado vetara el nombramiento de un ministro de Economía antieuro, empuja al país a una crisis política cuyo único resultado parecen ser elecciones anticipadas.
Un gobierno Cottarelli
El primer paso en todos los casos será la creación de un gobierno técnico dirigido por Carlo Cottarelli.
Este exdirigente del Fondo Monetario Internacional (FMI), encarnación de la austeridad presupuestaria, fue convocado a una reunión este lunes por la mañana con el presidente, Sergio Mattarella.
Dado que no debe negociar con los partidos políticos, Cottarelli tiene que formar rápidamente su gobierno, prestar juramente y luego pedir la confianza del Parlamento.
Rechazo del Parlamento
Es muy improbable que Cottarelli obtenga la confianza del Parlamento, dominado por miembros del Movimiento 5 Estrellas (M5S, antisistema) y de la Liga (ultraderecha), que están en contra de todo lo que representa.
Por tanto, el gobierno se encargará tan solo de la gestión de los asuntos corrientes mientras se esperan nuevas elecciones, cuya fecha será fijada por el presidente de la República de acuerdo con los principales responsables políticos y los presidentes de las dos cámaras del Parlamento.
Según los medios italianos, la votación podría tener lugar a principios del mes de septiembre, o un poco después.
Equilibrio de poder
En las legislativas del 4 de marzo, la coalición de derecha/ultraderecha consiguió un 37% de los votos -con la Liga de Matteo Salvini (17%) por delante de la Forza Italia de Silvio Berlusconi (derecha, 14%)- y el M5S más de un 32%, mientras que el Partido Demócrata (PD, centroizquierda) cayó a un 19%.
Los sondeos colocan ahora a la Liga en torno al 22% en intención de voto mientras que las otras formaciones mantienen su nivel de marzo.
Pero no es seguro que la coalición de derecha sobreviva a la crisis actual. Berlusconi dio luz verde a las negociaciones M5S/Liga pero no le gustó su programa común. Defensor de un anclaje europeo de Italia, se puso del lado de Mattarella el domingo.
Los medios no descartan una alianza o acuerdo entre la Liga y el M5S. El periódico La Stampa hablaba por ejemplo de un eventual “pacto de no agresión para las próximas elecciones”.
“Ya veremos, valoraremos en base a los proyectos”, declaró este lunes Salvini sobre este tema, indicando que el programa común duramente negociado entre los dos partidos “puso unas buenas bases para trabajar juntos”.
Y una forma de presionar a Berlusconi, cuya bestia negra es el M5S, con un ultimátum para los próximos días: “Si Silvio Berlusconi vota la confianza al gobierno Cottarelli se rompe la alianza”, advirtió Salvini.
¿Con qué ley?
El estancamiento en Italia es fruto, entre otras cosas, de la ley electoral, que todavía deja gran parte a una votación proporcional en un escenario político repartido en tres campos: la derecha, los antisistema y el centroizquierda.
“Si ahora volvemos a votar con la misma ley electoral, tendremos las mismas dificultades que en este momento”, advirtió el domingo la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Caselatti.
¿Y con una nueva ley? Salvini no lo descarta, consciente de sus relaciones ahora privilegiadas con Luigi Di Maio, líder del M5S.
“La única certeza que tenemos es que hay una mayoría en el Parlamento que puede proponer y aprobar leyes. Y la primera cosa que haremos es empezar la discusión sobre la ley electoral”, prometió este lunes.
AFP-NA