El doctor Agustín Schiariti asegura que son necesarias campañas específicas para estimar la biomasa del recurso. También la colaboración Estado/privados para hacer frente a las investigaciones. El producto que se consigue es muy apreciado en Asia.
El conocimiento sobre medusas en Argentina es importante, pero según los científicos queda aún mucho más por saber. Sobre todo si se trata de datos importantes para analizar el potencial de una de las especies, como recurso pesquero con interés comercial. Es que las medusas, son un alimento muy apreciado en Asia.
En el Inidep, están trabajando para incrementar los conocimientos sobre la especie que, en EE.UU, México, Nicaragua, Honduras y ahora Panamá -ver aparte- están pescando con fines comerciales.
“En Argentina somos muy pocos los que investigamos medusas y si bien el mercado existe, no están dadas las condiciones para iniciar la actividad, ya que aún no se pueden asegurar las condiciones mínimas requeridas para que la actividad comercial sea factible. Lo que sabemos de las medusas en nuestro país proviene de la pesca incidental obtenida en las campañas dirigidas a otro tipo de recursos (peces), lo cual nos sirve para saber dónde están y cuándo están, pero no para estimar la biomasa de medusas. Para ello, es esencial realizar campañas dirigidas específicamente a este recurso, con artes de pesca y diseños de muestreo particulares, para poder elaborar los planes de manejo e informar de manera completa a posibles interesados en la explotación del recurso” explicó el doctor en ciencias biológicas Agustín Schiariti, investigador del programa de Ambiente Marino del Conicet/Inidep.
“Sabemos que aparecen en verano -entre fines de diciembre y mayo-, pero también que varía mucho la cantidad de un año para otro. Necesitamos saber la abundancia mínima y los factores de variación interanual para que una pesquería sea rentable indicó el investigador en diálogo con LA CAPITAL.
“Aprovechando las salidas para otros recursos sabemos un montón, pero puede haber errores. Se necesitarían campañas con un diseño de muestreo en el que planifiquemos cuándo y donde se va a tirar la red, que redes vamos a tirar, cómo las vamos a operar para obtener datos específicos” indicó.
Se sabe que las medusas andan en grupos llamados “parches” en el mar. “Lo que tenemos que hacer es, en un área determinada, observar cuántos parches hay y dentro de estos parches, cuántas medusas hay”.
En cuanto a la zona, “la especie que tiene potencial como recurso pesquero, Lychnorhiza lucernata, se encuentra desde el Mar Caribe, la zona de Venezuela, bajando por el Atlántico y Argentina, hasta la zona de Pinamar o Villa Gesell, pero no más al sur” explicó.
La “zona caliente” de nuestro país, sería “entre San Clemente, Lavalle, Las Toninas, Mar de Ajó y San Bernardo, donde hay bastantes todos los veranos”.
Si bien las artes de pesca que se pueden utilizar varían según la región, si está establecido que “es un recurso para industrias a escala artesanal, embarcaciones pequeñas que no superan el tamaño de una lanchita amarilla.
Schiariti reconoció que “lo ideal sería, para este tipo de recurso, hacer una especie de investigación mixta financiada en conjunto por el sector privado interesado luego en explotar el recurso y el Estado, que pone los recursos humanos y en muchos casos logísticos”.
De hecho, el investigador indicó que hay planes de pesca exploratoria o experimental, que no se han concretado porque a la hora de llevarlos adelante “los interesados del sector privado se han retirado”.
“Las condiciones están dadas, está todo listo para que, en el momento que podanmos salir al agua, lo hagamos” aseveró.
Procesamiento
A diferencia de otros recursos pesqueros marinos, las medusas no pueden ser capturadas y colocadas en hielo para comercializar, deben ser procesadas de inmediato para evitar un rápido proceso de descomposición.
Ese proceso incluye, la separación de los brazos orales de la campana, un lavado intenso para retirar las gónadas y
restos de mucus -paso es fundamental-, para luego pasar al proceso de deshidratación, que demanda entre 7 y 40 días, a traves de una serie de etapas y por medio del agregado de
distintos tipos de sales.
Luego se secan a una temperatura ambiente inferior a los 20º C por un lapso de 72. Una vez finalizadas las etapas de procesamiento, se obtiene un producto capaz de conservarse por un año a temperatura ambiente y hasta dos
en ambientes frescos.
Asesoramiento sobre manejo de la pesquería en Panamá
Asesorar a la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá en la elaboración de la resolución que diera lugar al inicio formal de la pesca de la medusa Stomolophus sp. en sus aguas costeras, fue uno de los objetivos principales por los cuales el doctor Agustín Schiariti investigador CONICET-INIDEP viajó el mes pasado al país centroamericano.
Entre las tareas realizadas se destacaron un seminario dictado en ARAP denominado “Investigaciones en medusas y sus aplicaciones en el manejo de sus pesquerías”, así como asesoramiento científico-técnico en la elaboración de la resolución oficial que habilite la pesca de la medusa Stomolophus sp. en aguas panameñas, asesoramiento a pescadores y personal técnico de la ARAP en la pesca de medusas y en la obtención de datos biométricos de medusas y en el estudio de su dinámica de poblaciones.
Asimismo, visitó la planta de procesamiento y dialogó con pescadores, trabajadores de la planta y con los inversores extranjeros que exportan el producto obtenido a diferentes puntos de Asia.
“El trabajo realizado ha brindado la base técnica de la resolución que habilita la pesca de ese recurso en aguas panameñas y me ha dado la oportunidad de seguir capacitándome para realizar esa misma tarea en nuestro país en el momento en el que las condiciones sean propicias”, indicó Schiariti.
Panamá, al igual que otros países y sectores de Centroamérica, está comenzado a analizar desde el ámbito público y privado las posibilidades que brinda el recurso, tanto para su investigación, protección y captura con fines comerciales.