Le ganó 3-0 a los locales para consagrarse campeón sudamericano por segunda vez en su historia. Brasil había ganado todas las ediciones anteriores en las que había participado (33) y Argentina sólo se había consagrado en 1964 con la ausencia del gigante sudamericano.
Para cualquier disciplina del deporte argentino, pocas cosas pueden compararse con la alegría de ganarle a Brasil en su propia casa. Y si es en el vóleibol, en la final del Campeonato Sudamericano, mucho más.
Entenderlo requiere un contexto. Se habían jugado hasta es miércoles, 34 ediciones. Los brasileños se habían consagrado campeones en 33 de ellas. En 1964 no participaron y el campeón fue Argentina, en Buenos Aires.
Esta vez, 59 años después, los “albicelestes” volvieron a festejar, de la mano del entrenador Marcelo Méndez.
Argentina, con un desempeño sobresaliente, enmudeció a los 15.000 espectadores que colmaron el fabuloso estadio Geraldao, de Recife, con capacidad para 15.000 espectadores, y literalmente tapizado de color amarillo en apoyo a la “canarinha”.
Sin embargo, nada frenó al equipo argentino, que se impuso en sets corridos, por 25-19, 29-27 y 25-22, y ahora le apuntará al otro gran objetivo del año: los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.