La autora marplatense de "Marea Gris", "Máquina de emociones" y "Pólvora" comparte cinco poemas inéditos.
Escollera
cuántas veces fui a la escollera
cuántos peces vi morir frente a mí
una fuerza mayor me tira
a los pescadores no quiero ver
ninguno es carnada para que vea la muerte
nado hacia el cebo si es pesca deportiva
qué suerte te vas un poco lastimada
te tocó uno bueno
me tocó uno bueno siempre
mi abuela imitaba a los peces
ahogándose fuera del agua
y ella nunca pudo salir a la superficie
cuando buceé por primera vez
quise quedarme a vivir ahí
abajo de una roca al lado de las estrellas
no podía creer lo que me perdía
sentada mirando el mar
me emocioné tanto que no supe
administrar el aire
me sacaron mareada
me perdí los peces azules y las rayas
yo no quería salir.
Chapuzón
me metí al mar después de ocho veranos
hasta el cabello y la cara en el agua
cuanto más firme estuve
más perdí el control
me tiró contra las piedras
pedacitos de mí quedaron en la orilla
fue parte de la espuma mi sangre
no de rabia esta vez
el miedo es cuando rompe la ola
hay que ir hasta donde nacen
llegar a la calma pero justo antes
que el cuerpo sea una boya
la piel y el pelo brillan
desde algún lugar de la costa
me veo como una estrella
desde adentro del mar las personas
la desesperación el amor la ciudad
el corazón diminuto de un caracol
todo puede ser visto
como una isla.
San Clemente del tuyú
un auto lleno de peluches atrás
papá en el retrovisor
veía ojos de plástico
era el primer viaje llevamos
la colección de peluches
alguien más lo tenía que ver
en la pileta del hotel
casi se ahoga mi hermana
mundo marino cerca recuerdo
el agua era poca
para animales tan grandes
alguien más lo tenía que ver
flamencos en una pata la orca
de cuero tirante que un rasguño
podría abrir un peluche de ballena
y un pingüino se sumaron
a la colección en ese viaje
al siguiente verano vi rebalsar
la pelopincho con agua del arroyo
entró a toda la casa
peluches se hundieron
fueron anclas juro ver a la ballena
irse desde el primer piso
alejarse entre los árboles
corriendo con la fuerza
de la libertad.
Chain
siempre quise sacar a cristo
de la cruz de esos clavos mal puestos
de la pared juntando mugre
mirando las camas separadas
de mis abuelos
expuesto como se expone el dolor
al asador una cruz una obra de arte
de la que perdí su historia
en la repetición
en las casas en los colectivos
en los cuellos y orejas de la gente
cambiando de color en la cocina
como lobo marino anuncia
si va a llover o verse el sol
en la ruta le ganó el gauchito
las vírgenes la difunta correa
porque en la ruta no querés ver
un cuerpo herido
sino alguien que te proteja
de no clavarte al vidrio o al guardarrail
también llamado quitamiedos
recuerdo la cadenita de oro de los quince
no quería llevar un cristo
me la regaló una tía y robó otra tía
no pude venderla para viajar
no sé si la hizo dinero si se derrite
para hacer otra cruz o una cadena
mis tías tienen ahora
cada una sobre mármol
una cruz de bronce
que nadie limpia.
Caracoles sobre el cemento
un patio de cemento donde caer
era romperse las rodillas
aunque sobraba tierra y el viento
la acumulaba en los rincones
y se convertían en macetas
hasta las canaletas de lluvia
el patio de mi abuela también
se cubrió de cemento
duro como su exigencia
a las nietas buenas
tenía muchas plantas
pero solo sobrevivieron a ella
cebollas de la suerte
ahora están en mi jardín
se desparraman son plaga
caracoles como esos
a los que mi abuela le tiraba sal
y no me dejaba salvar
hoy dejo que coman mis plantas
los corro a veces los llevo
a su planta preferida
a veces piso uno sin querer y vuelvo
a mirarlo al otro día
si no está, creo que se salvó
busco la estela plateada
en la superficie
cuando veo un caracol seco
pegado a una pared
lo sumerjo en agua porque no la tuvo
porque no tuvo tierra lo sumerjo
y me quedo mirándolo un rato
por si revive.
Mariana Garrido es marplatense, poeta, cocinera, comerciante, fotógrafa amateur y exploradora de cementerios y lugares abandonados. Publicó los poemarios “Marea Gris” (Martín, 2012), “Máquina de emociones” (Goles Rosas, 2018) y “Pólvora” (Es Pulpa, 2023). Expuso fotos en muestras colectivas de la ciudad. Fue publicada en antologías y revistas literarias. En 2018 expuso dibujos y poemas en La Normandina en una muestra personal, “Integra Fragilidad”. Ambientó el Festival de Poesía de Acá n°13. Coorganizó los ciclos de lecturas El Fuego Austral (2015/16) y Nubosidad Variable en Club TRI (2022). Fue creadora del ciclo de poesía Voy a dormir en Espacio Bua dedicado a Alfonsina Storni (2018). Desde el 2019 a la actualidad hace Festín, ciclo de lecturas e instalaciones artísticas en Fundación Cepes y este año será parte de la organización del Festival Poesía de Acá.