La escritora de Costa Rica comparte con LA CAPITAL una serie de poemas del libro "Líneas de fuga", que se encuentra trabajando a través de Pandora Escritura Inteligente.
Aliada
“Desde que me rayó la primera luz
de la razón, fue tan vehemente y
poderosa la inclinación a las letras,
que ni ajenas reprensiones –que he
tenido muchas–, ni propias reflejas
–que he hecho no pocas–, han bastado
a que deje de seguir este natural
impulso que Dios puso en mí”.
(Sor Juana Inés de la Cruz,
‘Respuesta a Sor Filotea de la Cruz’).
Soy aquella que llora la muerte
de los que aún están
porque así tal vez
duela menos cuando partan.
Soy salvaje
siguiendo mis ideas
porque siempre me han llevado
a descubrir (me).
Aunque la vida pese y duela
aunque sangre en el camino
me duele más no caminar.
Aunque esté yendo directo a la muerte
aunque baile entre mitos
me consuela ver mi obra
reconocer mis personajes
escribir el guion
y sentirme de mi lado.
Traición
Hay una multiplicidad de rostros en la falta:
un algoritmo hacia la fatalidad
una masa sésil a lo absurdo
la abolición de la pregunta
la distinción que se diluye
una guerra fría de religiones
una extinción solapada
el autoengaño del colectivo
el ciclo que no sabemos romper.
Encontrar felicidad
al omitir la pregunta
y conformarse con la duda
por miedo a la respuesta,
es aniquilar
a la matriz de la matriz.
Ser infiel al sentido común
es voltear la cara
al lanzar el fósforo
que enciende la llama
que lo consume todo.
Adyacencias
“Deshacer el rostro es lo mismo que traspasar la pared del significante, salir del agujero negro de la subjetividad. El programa, el slogan del esquizoanálisis deviene ahora: buscad vuestros agujeros negros y vuestras paredes blancas, conocedlos, conoced vuestros rostros, esa es la única forma de deshacerlos, de trazar vuestras líneas de fuga”
(Deleuze y Guattari, ‘Mil mesetas’).
Asomar las entrañas
por la puerta de un desierto,
exfoliarse las heridas
con la arena
y escarbar bajo la tierra
con retráctiles raíces,
para escurrirse por ellas.
Olfato
Los eucaliptos huelen a días queridos
su color amortigua mi queja
escenario
donde descienden paisajes
donde apago mis ojos
y enciendo mis manos.
Arden los eucaliptos en mi boca
reducen mi yo a cenizas
y de una chispa vuelvo
los huelo
huelen a días quemados
huelen a recuerdo.
Electrocardiograma
Rozar la piel
con el pétalo de una rosa
o con la hoja afilada de una cuchilla.
Abrir el sentido en dos:
borbotones rojos
que se extienden por la piel
bañan el piso
el cuerpo
la mente.
Herida fresca que se asoma
para recordar la vida.
Permanencia
Somos el tejido sensible
órgano inflamado
que desea drenar
lo patológico.
Somos la presa en carne viva
que lame sus heridas.
El pájaro de las plumas crecientes,
somos las garras desgastadas
que se afilan en los troncos
la parte de la ecuación
que suma ilusiones
en medio
del campo de agonías.
Para perecer
el espacio es infinito
pero incluso desde la muerte
siendo el manjar de los gusanos
y desgajándonos en átomos,
seguiremos siendo horizonte.
Incluso a través de estas líneas
la vida se resiste en lo simbólico.
Guanacaste
Imponente Guanacaste
inalcanzable
aparenta quietud.
Al florecer
sus ramas como dedos
llaman a Aullata palliata
para el deleite de sus bocas.
Entrega con sus hojas maduras
sombra bajo sus pies.
Juega
con la luna que se esconde entre sus brazos
con el sol que atraviesa su follaje.
Hoja compuesta
de verdor sororo
por donde se cuela el aire y la luz lo bautiza.
Tronco espeso
carretera de savia
que conecta follaje y raíz
cual neurona, dendritas y axones
Guanacaste
sinapsis de vida bajo mis pies.
Nancy Vargas Vargas nació en Costa Rica. Es licenciada en Microbiología y Química Clínica de la Universidad de Costa Rica, bachiller de Educación Preescolar de la Universidad de Costa Rica, instructora de yoga infantil y de adultos y Covirena en la organización no gubernamental SalveMonos. Se define como defensora de los animales, vegana por ellos y por el planeta. Es escritora de cuento y poesía y se encuentra trabajando en el poemario “Líneas de fuga” a través de Pandora Escritura Inteligente.