Ambos hechos ocurrieron el domingo en el barrio Fortunato de la Plaza: uno a la madrugada y el otro a la noche. El mismo sitio, en el que funciona un comedor, ya había sido blanco de la inseguridad hace un mes.
Dos veces en un mismo día. Y un mes antes también. La Sociedad de Fomento del barrio Fortunato de la Plaza, donde se desarrollan distintas actividades vecinales y funciona un comedor que brinda 115 viandas semanales a los más necesitados, volvió a ser blanco de delincuentes que entraron a robar a la sede el último domingo, cuando estaba cerrada. La primera vez lo hicieron de madrugada, y la segunda ya entrada la noche.
De acuerdo al relevamiento que realizaron el presidente de al asociación, Matías Méndez, y sus colaboradores, los ladrones se llevaron “hasta la instalación eléctrica”. “Se robaron los cables de la luz para venderlos, porque tienen cobre. Es increíble”, contó Méndez en diálogo con LA CAPITAL.
Según la reconstrucción de ambos hechos, el primero se registró en horas de la madrugada del último domingo, y el segundo ya cerca de las 21 del mismo día. “Rompieron una reja y el vidrio de una ventana que da al patio lateral de la sede. Además de los cables se llevaron platos, utensillos y fuentes de acero inoxidable que usamos para cocinar, porque acá funciona un comedor en el que damos entre 110 y 115 viandas semanales”, explicó el presidente de la sociedad vecinal emplazada en Azopardo 7010.
En la misma línea, Méndez contó que “hace un mes ya habían entrado”. “En esa oportunidad se llevaron una impresora, una garrafa y comida. Ahora no dejamos nada de valor”, aclaró.
Una vez constatados ambos robos, los miembros de la Sociedad de Fomento del barrio Fortunato de la Plaza hicieron las correspondientes denuncias y se presentaron en el lugar efectivos de la comisaría decimosexta -con jurisdicción en la zona- y peritos de la Policía Científica, que recogieron huellas dactilares y otras pruebas con el objetivo de dar con los ladrones y poder consumar sus detenciones. “Desde la comisaría trabajan bien pero estas cosas pasan igual. Que te roben dos veces en un día es como decir ‘Bueno, hagan lo que quieran’. Uno se cansa”, concluyó Méndez.