por Vito Amalfitano
Esta vez un partido contra Boca no fue para quedar al borde del descenso sino para reafirmar méritos y disfrutar. Quedarse con el sabor amargo de no llegar a la Sudamericana es un síntoma de grandeza, de sentirse para más.
En el gran escenario. Aldosivi cerró su participación en la Superliga a la altura de las circunstancias. Y esta despedida fue el mejor resumen, el corolario ideal, para lo que consiguió el equipo de Mar del Plata en este torneo. Instalarse y consolidarse en la elite del fútbol argentino, sin amedrentarse ni aun ante los más grandes.
Aldosivi hizo pie en esta Superliga, con el orden como su atributo mayor, solo perdido en algunos pasajes del campeonato. La permanencia era el objetivo mayor, pero lo alcanzó antes de tiempo y con suficiencia. Entonces la última fecha ante Boca, lejos de ser un sufrimiento, como en el último descenso, fue un premio para disfrutar.
Ni los jugadores ni el entrenador lo tomaron como un premio, eso sí, hasta que se consumó. Jugaron el partido como una final, con el deseo extra de incluso llegar la Sudamericana. Con las mejores decisiones para llegar con el “timing” justo a las pelotas divididas. Con dominio territorial y, por algunos pasajes del primer tiempo, también en la posesión.
El gol con la mano no tuvo que ver con el contexto de presencia mayor de Aldosivi en el campo contrario. El empate de Cristian Chávez, por el contrario, con el pase excelso de Iritier, expuso las capacidades de Aldosivi tanto como desnudó las grietas de Boca. Un equipo que gana, y de visitante, no debería sufrir, en teoría, un gol de contraataque. Pues es lo que le pasó al equipo de Alfaro, pero también por mérito de resolución de Aldosivi.
Durante décadas el fútbol de Mar del Plata esperó este tiempo. Llegar a Primera División del fútbol argentino y como un protagonista directo, no “por invitación”. El esfuerzo de Aldosivi, de sus distintas directivas y su gente, para sostenerse en la disputa nacional, en los regionales, torneos del interior, B Nacional, lo llevó a este presente.
Incluso el paso más alto que dio para volver a a la categoría superior, con el plus de darle a la ciudad el primer título de campeón en fútbol.
Y así Aldosivi llegó hasta aquí. Al escenario de disfrutar nada menos que un partido ante Boca, en la última fecha del campeonato, sin ninguna urgencia,-más allá del objetivo de la Sudamericana-, con un marco espectacular en el Minella, con un duelo de hinchadas espectacular. Y con un equipo que, al final como en el durante, estuvo a la altura del máximo nivel del fútbol de hoy.
Haberse quedado con las ganas de llegar a una Copa, como lo manifestó el propio entrenador Gustavo Alvarez en la conferencia de prensa posterior, es un síntoma de la grandeza que alcanzó Aldosivi en esta Superliga. Volvió a primera no como un partenaire sino como protagonista. Si manifestó un sabor agridulce incluso después de haber empatado con Boca, nada menos, y de haber sido por momentos más que el equipo de La Ribera, es porque ya el equipo de Mar del Plata se siente otra cosa. Ya no está en primera. Ya es de primera.