Este tipo de cáncer representa aproximadamente el 2% de todos los cánceres diagnosticados, con tasas de incidencia en constante aumento en diversas regiones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El cáncer de tiroides representa aproximadamente el 2% de todos los cánceres diagnosticados, con tasas de incidencia en constante aumento en diversas regiones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las causas exactas de este tipo de cáncer aún no se comprenden completamente, pero se cree que factores genéticos y ambientales pueden desempeñar un papel importante en su desarrollo.
En Argentina, el Instituto Nacional del Cáncer informa que se diagnostican alrededor de 4.200 nuevos casos de cáncer de tiroides cada año.
Esto subraya la importancia de someterse a controles médicos regulares y estar atentos a los síntomas que pueden incluir algunos de los siguientes aspectos:
Es esencial destacar que estos síntomas no siempre indican cáncer de tiroides, pero la consulta con un profesional de la salud es necesaria si se experimenta alguno de ellos, especialmente si persisten durante varias semanas. La detección temprana puede marcar la diferencia en el pronóstico y el éxito del tratamiento.
“El cáncer de tiroides es un tipo de cáncer que se origina en la glándula tiroides, una pequeña estructura en el cuello que regula el metabolismo. A pesar de que suele tener un pronóstico favorable, si se detecta en sus etapas iniciales, su creciente incidencia a nivel mundial nos recuerda la necesidad de estar alerta y actuar con inmediatez”, explica la Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc.
El Haj comentó además: “El cáncer de tiroides se diagnostica comúnmente a una edad más temprana en comparación con la mayoría de los otros cánceres que afectan a los adultos. Las mujeres tienen tres veces más probabilidades de padecer cáncer de tiroides que los hombres. La probabilidad de ser diagnosticado con cáncer de tiroides aumentó en los últimos años”.
La mayor parte del aumento se debe a un mayor uso de estudios por imágenes como las ecografías y las resonancias magnéticas que se realizan debido a otros problemas de salud, lo cual resultó en la detección incidental de los casos de este tipo de cáncer en los nódulos o ganglios tiroideos pequeños que anteriormente no eran detectados.
Sin embargo, debido a la adopción de un criterio más conservador usado para realizar la detección, la tasa de incidencia también se ha reducido en un 2% cada año desde el 2014.
La tasa de mortalidad del cáncer de tiroides se mantuvo prácticamente igual desde el año 2009.