La CAME solicitó al Poder Ejecutivo que avance en "un plan estructural que garantice previsibilidad y certidumbre" al empresariado. Desde IPA piden que el nuevo ministro tome medidas que fortalezcan el mercado interno, las exportaciones y el empleo, para asegurar la paz social.
Empresarios de Argentina reclamaron este domingo consenso político y cooperación de todos los sectores clave de la economía tras la renuncia del ministro de Economía, Martín Guzmán, en medio de fuertes divisiones internas en el Gobierno de Alberto Fernández.
En un comunicado, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) expresó su “preocupación” ante el actual escenario y solicitó al Poder Ejecutivo que avance en “un plan estructural que garantice previsibilidad y certidumbre” al empresariado, en particular a las pequeñas y medianas empresas, “principal palanca de la recuperación económica y productiva del país”.
“La renuncia del ministro requiere una rápida reacción política y la cooperación de todos los sectores claves en la economía del país”, sostuvo el presidente de la CAME, Alfredo González.
El dirigente empresarial advirtió que es “necesario evitar que la actual coyuntura afecte la recuperación que implica tanto esfuerzo por parte de los sectores productivos”.
“En este sentido creemos que es imperioso reforzar políticas que garanticen previsibilidad para las pequeñas y medianas empresas comprometidas con la inversión en la Argentina”, añadió.
Por su parte, Daniel Rosato, presidente de la entidad Industriales Pymes Argentinos (IPA), sostuvo que es necesario que quien sustituya a Guzmán al frente del Ministerio de Economía cuente con “consenso político.
Rosato dijo además que el nuevo ministro debe tener “espíritu industrialista y una gran sensibilidad para tomar medidas que fomenten la productividad y fortalezcan el mercado interno, las exportaciones y el empleo, para asegurar la paz social”.
Guzmán renunció a su cargo en la tarde del sábado, mientras la vicepresidenta, Cristina Fernández, renovaba en un acto sus críticas a la gestión económica del Gobierno de Alberto Fernández.
La vicepresidenta cuestionaba desde el año pasado varios aspectos de la gestión de Guzmán, en particular el ajuste fiscal, con un progresivo recorte del déficit que quedó plasmado como meta de cumplimiento obligatorio en el acuerdo sellado en marzo pasado entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La economía argentina logró crecer el año pasado 10,4 % tras tres años de severa recesión, pero este año la actividad ha perdido vigor, mientras que la elevada inflación, uno de los principales problemas macroeconómicos del país, se ha acelerado.
Las últimas semanas han sido tensas en los mercados, primero con caídas en los bonos de deuda soberana, y luego, tras la decisión el lunes pasado de restringir el acceso a divisas para pagar importaciones, con saltos en las cotizaciones del dólar estadounidense, que llegaron a valores récord.
EFE.