Uno a uno entre Círculo y Kimberley. Las patadas y las discusiones le ganaron al fútbol. El equipo otamendino no pudo aprovechar su superioridad numérica en el complemento. Abrió el marcador Portillo e igualó, de penal, el goleador Pennisi.
por Sebastián Arana
Kimberley salió indemne de la batalla de Otamendi. Con su invicto a salvo, con la misma ventaja en la cima de la tabla y con seis puntos de luz sobre los dos terceros con quince en juego. Con la clasificación más encarrilada que nunca.
Círculo, que metió mucho y pensó y jugó poco, no pudo aprovechar la superioridad numérica que tuvo desde la expulsión de Juan Manuel Rodríguez Rendón en el final del primer tiempo. Y el empate 1-1 le dejó comprometidas sus chances de clasificar a la siguiente instancia.
Alejandro Portillo abrió el marcador a los 21′ de la primera parte y cinco minutos después igualó, de penal, Emanuel Pennisi.
El árbitro Marcelo Sanz fue el otro protagonista de la tarde. Su actuación fue discutida por los dos bandos. Porque no juzgó con el mismo rigor que a Rodríguez Rendón un par de faltas de Portillo y Prado que pudieron merecer la misma sanción. Y, además, en el primer tiempo, cobró un tiro libre indirecto en el área kimberleña luego de un planchazo que era penal. A su favor hay que decir que los futbolistas colaboraron muy poco con él. Que se golpearon mucho y discutieron más todavía para complicarle la tarde en grado sumo. Sobre todo en el primer tiempo.
Círculo salió decidido a acorralar a su rival corriendo y metiendo. Jugando bien físico. Pero sin la capacidad de desborde por los costados de otras tardes.
Kimberley hizo pie recién sobre los diez minutos. Cuando “Coco” Rodríguez Rendón puso “banca” y logró imponer en el medio su presencia y criterio.
De todos modos, la primera llegada a fondo fue local. Del Curto sacó largo, el propio Rodríguez Rendón y Ullúa resbalaron y Enzo Vértiz escapó sólo a espaldas de ambos. Pero cuando “Turbo” llegó frente a Aldo Suárez se nubló, intentó una gambeta y el arquero le amortiguó el disparo.
Cuando Kimberley parecía estar mejor y llevar el juego a campo rival, Círculo generó un córner y encontró la ventaja. A los 21′ Beguiristain envió un buen centro, la atención de la defensa visitante se fue con Cortés y Portillo -un rato antes Sanz le había perdonado la vida por un patadón a Enríquez- ingresó por detrás del primer central y conectó a la carrera un cabezazo pleno, alto, inatajable para Suárez.
Pero la alegría le duró muy poco a los locales. Cuatro minutos más tarde Baigorria, volcado a la derecha, desbordó a Marcelo Vértiz y envió un centro que Pennisi “peinó” en el primer palo en dirección a Enríquez. En el camino encontró la mano de Ferella. Sanz pitó penal y el propio Pennisi lo ejecutó con un remate cruzado, bajo y muy potente. Imparable para Del Curto.
El intercambio de goles no modificó gran cosa. Círculo persistió en su intento de rodearle la manzana a su rival. Pero sus volantes, muy activos a la hora de recuperar la pelota, hicieron una de cal y una de arena a la hora de jugarla. Sin excepción. Apenas un centro de Prado que se desvió en Erramuspe fue la llegada local más inquietante.
Kimberley, que jugó incómodo, terminó siendo más peligroso. Porque cuando logró apoderarse de la pelota, la jugó mejor. Pennisi casi sorprende con un remate desde lejos con poco ángulo y Del Curto tuvo que revolcarse para cortar un peligroso desborde de Enríquez. Todo dentro de un desarrollo de juego cortado, friccionado, y muy conversado.
Los planes kimberleños, no obstante, sufrieron un duro revés a los 42′. Rodríguez Rendón -hasta ese momento, la figura del partido- le entró fuerte a Blanco y Sanz, después de que los dos equipos se le fueran encima a reclamar, decidió su expulsión.
Con uno menos, Kimberley se acomodó bien al partido. Mignini intentó seguir cómo estaba, pero pronto desistió y lo mandó a la cancha a Servera para acomodar el medio. Con el sacrificio de Ullúa y Pennisi para retroceder y colaborar el elenco “verdiblanco” no sufrió demasiado. Incluso, con espacios, generó dos o tres desbordes peligrosos.
Círculo no tuvo luces para abrir a un rival que se cerró bien. Por la apuntada falta de precisión de sus volantes. El único que estuvo claro fue Astiz, el que debía estar en el área para terminar la jugada. Dos pases suyos entre líneas generaron las chances más claras de los suyos. En la primera, Faguaga llegó delante de Suárez y cuando intentó la gambeta se encontró con un cruce salvador de Baigorria. En la segunda, dejó en posición muy favorable a Vértiz, pero su centro hacia atrás fue bien cortado por el arquero.
Y poco más ocurrió en un segundo tiempo muy flojo. El empate, justo, terminó resultándole simpático a Kimberley.