El también promotor le puso punto final a su largo recorrido como preparador de boxeadores guanteando con su hijo Eber y con el excampeón argentino Nazareno Ruiz. Tarde de muchos sentimientos en el Club San Cayetano.
El promotor Huber Calderón se subió al ring por última vez para guantear con el excampeón argentino Nazareno Ruiz y su hijo Eber Calderón y así despedirse simbólicamente de la preparación de boxeadores en un emotivo evento realizado en el gimnasio del Club San Cayetano.
El conductor radial Juan Ithurrart, amigo personal de Calderón, ofició de maestro de ceremonias y repasó distintos momentos de la trayectoria del experimentado preparador, quien trabajó con distintos managers y con casi todos los campeones que se formaron o pasaron por esta ciudad.
Calderón, que en los últimos años le ganó duras batallas a una neumonía bilateral, al Covid y al cáncer, guanteó un round con su hijo Eber, quien le siguió los pasos como entrenador de boxeadores, y otros dos con Nazareno Ruiz, uno de los tantos púgiles que pasó por sus manos y que continuó con su legado.
El guanteo de Huber Calderón con Nazareno Ruiz, quien abrió las puertas del gimnasio San Cayetano.
Nazareno y su hermano Julio César, quien también intervino en la exhibición, hoy preparan boxeadores precisamente en el impecable gimnasio de San Cayetano, cuyas puertas abrieron con generosidad para esta despedida.
El promotor llegó acompañado por su esposa Elena, sus hijos Leo y Eber, sus nueras y sus tres nietos. Y recibió la visita de los muchos amigos que cosechó durante su larga trayectoria en el pugilismo: auspiciantes, periodistas, boxeadores -entre ellos el ex campeón sudamericano Héctor Patri- y también representantes del ambiente futbolístico como Gustavo Noto, Mario Brandán y Francisco Rago.
Calderón, que terminó siendo saludado por el “Dale campeón” de la concurrencia, no se alejará definitivamente de la actividad porque tiene intenciones de seguir desempeñándose como promotor. Pero los que lo conocieron en los gimnasios, tal como él deseaba, lo vieron despedirse de pie.