Es coautor, entre otra gran cantidad de obras, de la intervención artística en el Estadio Polideportivo de Mar del Plata. Estuvo en el ciclo "Club de ocio y estudio" del Club Tri y charló en exclusiva con LA CAPITAL.
En un vasto cuerpo de obra que combina pintura expandida, fotografía y escritura, con el activismo social y los proyectos comunitarios, se expresa Elian Chali.
Entre la sensibilidad, la explosión de colores, las palabras meditadas y la voluntad de transmitir sentido, el joven artista cordobés conmueve tanto en sus obras en solitario como en la gran cantidad de producciones colectivas.
A propósito de una charla que vino a dar a Mar del Plata en el “Club de ocio y estudio” del Club TRI, el referente del colectivo de personas con discapacidad habló en exclusiva con LA CAPITAL.
De amplia trayectoria, las obras de Chali se encuentran en distintos lugares de Argentina y Australia, pasando por Bélgica, Brasil, Canadá, Cuba, entre otros países.
Entre las características distintivas de la obra de Chali, se destaca su incursión en el espacio público así como el diálogo que entabla con el entorno urbano y sus habitantes.
Una de las tantas experiencias en ese sentido fue la creación de una obra en Mar del Plata en conjunto con Jorge Pomar: se trata de la intervención del exterior del Estadio Polideportivo Islas Malvinas, en el marco del 20° aniversario de Trimarchi.
“Conocí Trimarchi cuando era joven y me voló la cabeza. Años después, tengo el enorme lujo de ser amigo de la pandilla que lo lleva adelante, por eso es una obra muy emocional para mí y creo que para Jorge también. Marca algo en nuestro aprendizaje y construcción de sentido. A la vez, fue una gran responsabilidad de estar a la altura de Trimarchi. Un lujo que nos hayan convocado”, recordó.
Chali prefiere que sus obras “aparezcan fuera de los circuitos o zonas de obras, que estén solas, desperdigadas por la ciudad”.
Chali también se destaca como activista del colectivo de personas con discapacidad, en Torceduras & Bifurcaciones, abogando por una mayor inclusión y visibilidad de las personas con discapacidad en la sociedad y el arte.
– ¿Cómo fue tu acercamiento al arte?
– Me interesó primero la ciudad, la calle, el espacio público y luego el arte. Vengo de un hogar en el que siempre se estimuló mucho la expresión y la creatividad, a pesar de no haber antecedentes artísticos en mi familia. Tiene que ver también con cierta formación política, que ahí sí puedo reconocer trayectorias explícitas dentro de mi hogar.
– ¿Cuándo se volvió trabajo?
– Se volvió un trabajo cuando no podía dejar de hacerlo. Con el tiempo se formalizó, como todo aquello que sostenemos indefinidamente. Sin embargo, el trabajo del arte es un trabajo como cualquier otro pero a la vez no. Entonces, es un poco complejo este punto particular. En términos de formación, me gusta decir que soy autodidacta y aprendo con las personas y circunstancias que me rodean.
– ¿Se puede explicar el proceso entre el concepto, lo que querés expresar o el mensaje y lo que queda plasmado?
– Me interesa entablar una conversación con la ciudad para continuar con las preguntas sobre cómo son -o pueden ser- los entornos que habitamos y cómo nos desenvolvemos en las diferentes circunstancias sociales. Las capas de sentido que se pueden leer en la obra se las dejo al lector, creo que esa tarea siempre le corresponde al otro. Sin embargo, a mí me interesa señalar el espacio público porque creo que -hoy más que nunca- ahí radica algo del cambio hacia una vida más vivible.
– ¿Qué sensaciones sentís cuando, en lugares que parecen tan disímiles, en países con idiosincrasias diferentes, ves plasmadas obras en las que has participado?
– Cada obra está embebida de la historia detrás de su realización, por lo que me cuesta un poco ser objetivo al respecto. Sin embargo, puedo ver que la obra gana autonomía y tiene reverberancias distintas en cada contexto. Algunos lugares y comunidades se las apropian rápido, en otros son completamente indiferentes. Esto no depende estrictamente de las condiciones coyunturales donde se plasman las obras, a veces son casualidades o suertes, intereses o momentos de ese contexto.
– ¿En qué contextos te gusta más que haya expresiones de tu arte?
– No tengo una preferencia de una por sobre otras, creo que todas las obras tienen sus cualidades más explícitas o más sutiles. Lo que no prefiero son los corredores de murales, las galerías a cielo abierto y demás. Elijo que mis obras aparezcan fuera de los circuitos o zonas de obras, que estén solas, desperdigadas por la ciudad.
Junto a Jorge Pomar, Elian Chali concibió la intervención artística que engalana el exterior del Polideportivo de Mar del Plata.
– Te has definido como trabajador de la cultura. ¿Qué opinión/postura tenés de la situación actual del país en ese aspecto?
– Estamos presenciando un vaciamiento y una desintegración total de las instituciones del Estado, con su consecuente derrame en otros ámbitos, más grave desde el retorno de la democracia. Los niveles de violencia y ofensa social que el gobierno quiere instalar como discurso dominante no merecen ni un minuto de análisis, aunque sí es necesario atravesar una autocrítica para entender cómo llegamos hasta acá.
Repudio enérgicamente este nuevo orden no solamente por no estar alineado en su propuesta política ni proyecto de país, sino también porque los procedimientos con los que se quiere instalar esta forma de capitalismo neoliberal son altamente destructivos en términos simbólicos, materiales y concretos. La precariedad a la que nos están sometiendo a toda la población bajo argumentos estrictamente económicos dan cuenta del acotado recorte de mundo con el que gobiernan. Además de que en términos económicos, que supuestamente es el campo de excelencia de LLA, se está cayendo todo a pedazos pero las altas esferas dicen que lo único que cae es la inflación. No nos pueden gobernar con semejante desconexión de la realidad y el costo ya lo estamos pagando todos, incluso sus votantes, salvo los que siempre se ven beneficiados por las crisis y ya sabemos quiénes son.
– ¿Qué importancia tiene en la actual coyuntura lo colectivo, lo colaborativo, militar eso?
– Cuando se atraviesan crisis tan duras, lo colectivo emerge casi espontáneamente y se respalda con mucho trabajo de sostenimiento y lucha compartida. Este fenómeno a mí me parece alucinante, la capacidad de dejar de lado las diferencias temporalmente, para juntarnos codo a codo. En lo personal, veo que estamos en un momento de disgregación social y ruptura de las tramas vinculares muy complejas. Poder reconocer y estar con otros es una tarea que nos tenemos que encargar activamente. Esto no solo atañe a las circunstancias de nuestro país, es un clima de época, así que lo que sucede en Argentina con la crisis acelera esas rupturas, pero también por detrás viene mucha cooperación y apoyo mutuo.
– Como activista del colectivo de personas con discapacidad, ¿qué pensás del actual uso de la palabra libertad en medios, en discursos políticos?
– El Presidente usa la palabra mogólico como insulto. Eso resume todo.