Efectivos de la comisaría decimotercera, juntamente con personal de la fiscalía a cargo de María Isabel Sánchez, allanaron el jueves por la tarde un domicilio en busca del tercer hombre que consideran involucrado en la muerte de adolescente. No pudieron hallarlo.
La tercera persona investigada por el crimen de Lucía Pérez no fue aún detenida pese a que en las últimas horas se llevó a cabo un allanamiento a una vivienda de esta ciudad.
De acuerdo a la información que pudo obtener LA CAPITAL, se trata de un hombre cercano a Juan Pablo Offidani, uno de los detenidos el domingo pasado.
El operativo fue realizado por personal de la comisaría decimotercera de Playa Serena con la intención de dar con el paradero de esta persona, que sería acompañante terapéutico de Offidani (hacía un tratamiento para recuperarse de la adicción a las drogas) y a quien se la acusa de “encubrimiento agravado”.
La fiscal María Isabel Sánchez sostiene la hipótesis que la menor de 16 años fue obligada a consumir drogas hasta perder su capacidad de defensa y luego violada hasta la muerte. También que una vez producido el fallecimiento la víctima fue lavada y vestida para llevarle, aseada, a la sala de salud de Playa Serena.
En ese contexto le atribuye colaboración al prófugo en la etapa de acondicionamiento del cadáver.
El tercer implicado en la causa por la violación y crimen de la adolescente “no” participó en el asesinato, sino que “ayudó a borrar los rastros del delito”, mientras que los dos detenidos cometieron el hecho bajo “designio criminal”, porque actuaron de manera programada dijo Sánchez.
La fiscal precisó también que hay una orden de captura contra el amigo de Offidani, cuyo domicilio se allanó ayer a la tarde y se encontró un “pequeño invernadero dedicado al cultivo de marihuana”.
“Esta persona está prófuga, ayer hicimos un allanamiento a última hora de la tarde, no se encontró al sujeto, pero sí encontramos un pequeño invernadero dedicado al cultivo de marihuana y ahora hay una orden de captura por el delito de encubrimiento agravado”, precisó.
Sánchez expresó que este hombre “no habría participado del acto de sometimiento y la muerte de la menor, sino en un encubrimiento posterior de los hechos ayudó a borrar los rastros del delito”.
Según la hipótesis de la fiscal, Lucía Pérez, de 16 años, fue asesinada el fin de semana pasado en una casa, donde fue drogada, violada y vejada, y luego su cuerpo fue llevado a un centro asistencial de Playa Serena, donde los atacantes la dejaron después de lavar el cuerpo y colocarle las prendas de vestir, para intentar ocultar las pruebas del homicidio.
La funcionaria judicial se refirió a los detenidos Gabriel Farías, de 23 años, y Juan Pablo Offidani, de 41, hijo adoptivo de un escribano reconocido de Mar del Plata.
“Farías parece un chico común y aparenta menos de edad de la que tiene, aparentaba estar asustado. A mi modo de ver como ocultando algo, como con ganas de hablar y no animarse”, especificó Sánchez.
Sobre Offidani, la fiscal subrayó: “Me encontré con una persona desafiante, altanera, soberbia, nunca me quitó los ojos de encima, y siempre como desafiando”.
Respecto al crimen y sometimiento sexual contra la chica, planteó Sánchez que “este hecho hay que evaluarlo no como un acto que se cometió en un único momento, esto fue un proceso que comienza el día de la captación de la menor”.
Un testimonio crucial
Ayer al mediodía prestó declaración una mujer que vive en las cercanías de la casa ocupada por Matías Farías y que fue donde murió Lucía.
El relato de la mujer es determinante y puede, en algún punto, favorecer la situación procesal de Offidani. En sus dichos, la mujer asegura que el sábado a las 14 estaba junto a su marido lavando el auto y arreglando un poste dañado por los últimos temporales, cuando vio llegar la camioneta de Offidani.
La mujer señaló que Offidani llegó acompañado de un hombre grande, que sería su ayudante terapéutico. Offidani ingresó al domicilio y a los diez minutos salió pidiéndole al otro individuo que se apurara para entrar. Después de casi media hora vio salir de la casa a los tres, Offidani, Farías y el otro hombre con el cuerpo de la menor. “A la nena la pusieron en la caja de la camioneta y él decía ‘Lucía, Lucía'”.
Luego agregó que “Farías le daba palmadas para que reaccione. Ahora que me pongo a pensar era todo un circo, que lo armaron para nosotros que estábamos ahí”.
La presencia de Offidani dentro de la casa parece estar puesta en duda con este relato, aunque la fiscal posee otros elementos de prueba que podrían contradecirlo.