El DC Shoes Team enloqueció a 400 fans en el skatepark Eh?Park y dio cátedra en spots callejeros. Pruebas del boom del skate en el mundo y en Argentina.
Los “woooow” se repiten, una y otra vez, sin descanso porque en realidad los que no dan tregua son algunos de los mejores skaters del mundo, que meten espectaculares maniobras, una tras otra, despertando la emoción de los cerca de 400 fanáticos que explotaron la pista del tradicional Eh?Park de Bernal. Son gritos espontáneos, de pura admiración, para premiar a los seis skaters (el único que no participó fue Evan Smith, por una lesión) que montaron un show único en la primera parada del Tour que el team internacional de DC Shoes está realizando por Latinoamérica. La demostración de habilidades también se vio en las calles porteñas, porque en los días previos los pibes dieron cátedra en distintos spots de Buenos Aires para armar un video que se verá en breve. También hubo firma de autógrafos (con cola incluida de cerca de 80 fans) en el local exclusivo que DC tiene en Unicenter Shopping. Otra forma de interactuar con su público.
Lo vivido en el skatepark de zona Sur resultó una fiesta porque los profesionales se sintieron como en casa, desplegaron su talento sin guardarse nada y el público, en su mayoría adolescente, respondió efusivamente, ayudado por una gran locución de Santiago Pagura y la magia musical de DJ Cofla. Hubo tres que se llevaron las mayores ovaciones. Al principio, el público alucinó con la furia, prepotencia y ausencia de miedo con la que patina Tristan Funkhouser, el pibe de 20 años oriundo de Los Angeles que arriesgó en todo momento. En otros deliró con el veterano del grupo, Wes Kremer (28), puro carisma, elegancia y talento. El rubio, que fue elegido el mejor skater del mundo en 2014 por la prestigiosa revista Thrasher, disfrutó cada maniobra con un gran desparpajo y, lo más importante, contagió a todos con una permanente sonrisa y estilo relajado. Por último, fue el momento de brasileño Tiago Lemos, quien intentó una y otra vez un truco sobre baranda que recibió la ovación cuando le salió pero antes, en el durante, gozó con el “Tiaaago, Tiaaaago” que tronó en Eh?Park como un aliento bien argento.
Pero los pro no sólo tuvieron el reconocimiento del público, también se dio entre ellos en una demostración que la competitividad y el ego quedan en segundo plano en el skate. El golpear con vehemencia la punta de las tablas contra las rampas es un ejemplo de reconocimiento a una maniobra, de un skate a otro. Reemplaza los aplausos y gritos. Y esa situación se vivió una y otra vez, como las ovaciones, convirtiendo al templo de Bernal en un verdadero pandemónium. “El skate no es de competencia. A mí, al menos, no me gusta. Tampoco me gusta que haya entrado a los Juegos Olímpicos. La esencia es otra, patinar, compartir momentos con amigos y poder hacer lo que a uno le gusta, sin tener que trabajar de algo que uno no quiere. La competencia y las medallas arruinan al skate”, dijo, representando una rama “rebelde” de su deporte, que no es la única, por supuesto.
El final de la demo, de poco más de una hora, encontró al público metiéndose en la pista para sacarse fotos y pedirles autógrafos a sus ídolos. Todos accedieron, aunque Kremer sorprendió quedándose casi media hora atendiendo a todos. “Yo soy uno de ellos, un skater de corazón, la única diferencia es que tengo la suerte de vivir de esto. No cuesta nada sacarse una foto, firmar un autógrafo. Yo lo disfruto. Además, es lo que mis padres y los veteranos del skate me enseñaron”, explicó Wes. Funk, el más joven, destacó la calidez del público argento y, si bien consideró que los skaters tienen una esencia similar en cada rincón del planeta, valoró “la pasión de los argentinos”. Y puntualizó con el caso de Gael Dobar, el peque de 12 años que patinó a la par de los top con su estilo aguerrido. “Fue un orgullo que me dejen estar con ellos y que me dieran sus consejos, no sólo de cómo hacer un truco sino también de cómo debo cuidarme y mejorar”, dijo la joya del team DC Argentina. Mauro Iglesias, quizá la mayor explosión argentina en los últimos dos años, destacó –como Gael- el nivel superior de los extranjeros y resaltó para qué sirve una visita así. “Los tenés a tu lado, te das cuenta de lo que necesitás y ellos, como son muy piolas, te van marcando cosas. Es un curso acelerado y una motivación para todos los que buscamos llegar adonde están ellos”, explicó.
Para Kremer fue la cuarta vez en el país. Por eso, quizá, lo disfrutó más que el resto. “Me encanta Argentina, su gente, el asado y la fiesta interminable”, dijo mientras lanzaba una carcajada. Hace tres años, cuando estuvo en el tour 2015, un fan le gritó que era el Messi del skate y él, tras la consulta de la prensa, dijo que lo honraba que lo compararan, pero que no era así. “Lio es el mejor en lo que hace y yo no. A mí me eligió una revista, un año, y en el skate es más difícil de medir”. Esta vez, consultado por quién había sido el Messi de esta visita, no dudó en hablar de Funkhouser. “La rompió toda. Creo que Funk fue el Messi de esta demo”, dijo y se atrevió a seguir con las comparaciones futbolísticas. “Tiago fue Neymar y yo (se quedó pensando) puedo ser Maradona”, tiró y estalló con su contagiosa risa. Así, a puro talento y carisma, pasó el Team DC Shoes por Argentina y dejó su huella.