La Ciudad

El repudio fue generalizado, pero la foto resultó incompleta

Ningún dirigente marplatense de peso eludió el rechazo al atentado contra Cristina Kirchner. La redacción consensuada no alcanzó para ocultar las diferencias en el Concejo. Reflejo anticipado de una marcha multitudinaria pero no multipartidaria.

Por Ramiro Melucci

Un repudio generalizado, una movilización multitudinaria y una foto incompleta. Ese fue el saldo que dejó en Mar del Plata el día después del intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner.

No hubo dirigente local de peso que no rechazara lo sucedido el jueves a la noche en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta. Desde el intendente Guillermo Montenegro para abajo, todas las expresiones políticas locales, sociales, sindicales y de derechos humanos condenaron lo ocurrido y pidieron el esclarecimiento del hecho.

Pero la grieta recordó pronto su ingrata presencia. El primer reflejo se produjo en el Concejo Deliberante, donde el oficialismo y la oposición mostraron disonancias a la hora de difundir la resolución de repudio.

“¿Qué pasó? ¿Por qué no estuvieron ahí?”. Las preguntas estallaban en los celulares de los concejales de Juntos por el Cambio el viernes a la mañana, cuando los bloques de la oposición leían el texto. “Nos incumplieron la palabra. Nos prometieron que iba a ser una foto de la Comisión de Labor Deliberativa y teníamos el Concejo copado por el kirchnerismo”, respondían embroncados los ediles de la UCR, el PRO y la Coalición Cívica.

Con la foto incompleta y una disconformidad por la decisión de JxC que se palpaba en el ambiente, la presidenta del bloque del Frente de Todos, Marina Santoro, presentó públicamente la declaración de repudio como una propuesta, cuando en realidad ya todos los concejales sabían que era el texto final.

Se había pulido en silencio y rápidamente pocos minutos antes, en la oficina del presidente del bloque oficialista, Agustín Neme. El kirchnerismo había llegado con una letra que expresaba el más enérgico repudio al atentado y convocaba a la comunidad “a rechazar todo acto y discurso de odio que lo único que promueven es la violencia social y golpean la vida democrática”. Los concejales del oficialismo local pidieron borrar esa última parte. El Frente de Todos no puso reparos. “Está bien. Lo importante es la foto conjunta”, confiaban, sin saber todavía que no se produciría.

Apenas le pusieron a la declaración el punto final, los concejales bajaron al recinto, donde había medios a los que se les había dicho que habría una conferencia de prensa, concejales del FdT, el senador Pablo Obeid y el titular de la Anses, Marcos Gutiérrez, entre otros. Una concurrencia que ni Neme ni la presidenta del bloque radical, Marianela Romero, esperaban. Contrariados ante la posibilidad de que las cámaras registrasen una foto asimétrica, ni bien se asomaron al recinto pegaron la vuelta y se fueron.

Los demás bloques opositores, que habían participado de las deliberaciones, confesaron que se había acordado que solo estuvieran los presidentes de bancada, pero el cambio de escenario no los hizo modificar los planes. Tanto Horacio Taccone, de Acción Marplatense, como Nicolás Lauría, de Creciendo Juntos, se quedaron para la foto. “Fue un error que el oficialismo no hiciera lo mismo”, musitaron por lo bajo. El Frente de Todos también evitó comentarios en público, pero fuera de micrófono habló de “una decisión incomprensible”.

 

Los concejales del oficialismo local pidieron borrar la última parte del texto. El Frente de Todos no puso reparos. “Está bien. Lo importante es la foto conjunta”, confiaban, sin saber todavía que no se produciría.

 

Mientras los medios empezaban a reflejar el repudio opositor y la foto sin el oficialismo local, el Concejo comunicó por sus redes sociales la resolución unánime contra el atentado. Era el mismo texto que había leído Santoro unos minutos antes con el título de propuesta. El mismo, también, que será considerado en la sesión extraordinaria convocada para mañana, donde el Concejo tendrá revancha y podrá mostrar una imagen distinta, unificada.

Los concejales de Montenegro, los radicales y los de la Coalición Cívica fueron acumulando bronca con el correr de los minutos, a medida que tenían que explicar la ausencia. La expresaron en la reunión de Labor Deliberativa que siguió a la presentación opositora ante los medios. Para recuperar terreno en la opinión pública, se aventuraron más tarde en una jugada jugada propia: la de pedir la sesión extraordinaria. El más sorprendido fue Taccone, que la había solicitado toda la mañana y le contestaron que no.

La movilización posterior por las calles de Mar del Plata fue masiva. La protagonizaron decenas de organizaciones políticas, sociales, sindicales, familias y dirigentes del Frente de Todos. No alcanzó, sin embargo, el carácter de multipartidaria. Por respeto a la jornada que se estaba viviendo, ni el kirchnerismo ni el macrismo se reprocharon nada en voz alta. Pero los pases de factura pulularon en el off the record. Unos cuestionaron la ausencia de Montenegro, otros advirtieron que las exclusiones las generaron las consignas que se enarbolaron.

“En un principio, la intención era que todos los espacios políticos salieran en defensa de la democracia, como sucedió en el gobierno de Alfonsín en Semana Santa. Pero pronto hubo un viraje muy claro: la defensa de la democracia solo la podían hacer algunos, los kirchneristas”, se quejaron cerca del intendente.

El punto de discordia fue la responsabilidad que el Gobierno le adjudicó a sectores políticos, mediáticos y judiciales en la propalación de los mensajes de odio. “Cuando leías entre líneas, los que ayudamos a que pasara lo que pasó éramos nosotros, la oposición. Esto es no entender la gravedad de la situación”, agregaron en el municipio.

Todo había comenzado en mejores términos. Con los principales dirigentes del Frente de Todos reconociendo la actitud del jefe comunal y de casi todo el oficialismo local. La única que se apartó de la cautela fue la consejera escolar Mónica Lence, del PRO. Compartió en Twitter comentarios que ponían en duda el atentado y que incluso sugerían que estaba “armado”. Un disparate.

La consejera fue reprendida por propios y ajenos. Los propios le reprocharon el impulso de tuitear sin aguardar la línea oficial. Los ajenos, con la consejera Eva Fernández a la cabeza, la expusieron y dijeron que reclamarán su expulsión, aunque luego decidieron sacar el pie del acelerador.

Ayer, Lence le pidió disculpas públicas al intendente, síntoma del barullo que generaron sus tuits en Juntos por el Cambio. Se escudó en su escasa experiencia política. “Todavía sigo viendo la realidad como ciudadana de a pie, no como una funcionaria política”, dijo. Pero no mostró signos de arrepentimiento y esparció nafta donde había fuego. Como para que nadie olvide que, aun en una de sus horas más oscuras y aunque se pregone otra cosa, Mar del Plata y el país siguen divididos. 

 

 

 

 

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...