"Poroto" Cubero jugó 23 años en un primer nivel. Terminó como el séptimo jugador con más presencias en el fútbol argentino y el segundo con más participaciones para un mismo club.
por Sebastián Arana
El marplatense Fabián Cubero le puso el último domingo el punto final a una carrera tan larga como ejemplar en el triunfo de Vélez, su club de casi toda la vida, ante Colón de Santa Fe.
“Poroto”, el apodo de la abuela que fue más fuerte que su propio nombre, cerró 23 años en primera división, 22 de ellos en un club de primera línea como Vélez Sarsfield y otro con los Tigres de Monterrey en México.
No es menor el dato de que el club de Liniers haya sido el que lo hizo suyo y lo retuvo durante tanto tiempo. En los 23 años que mediaron entre su debut en 1996 y su retiro del último domingo Vélez fue uno de los equipos más importantes del país. En ese interín el rendidor marplatense dio seis vueltas olímpicas con la “V” en el pecho en torneos locales: Clausura 1998, 2005, 2009 y 2011, Torneo Inicial 2012, Primera División 2012-13. Sólo Boca y River ganaron más que Vélez en ese lapso. No es poca cosa. Y además fue campeón en la Supercopa Argentina 2013.
Más espectaculares todavía son los datos relacionados con la vigencia de “Poroto” en el club de Liniers. El polifuncional marplatense extendió su carrera entre los 17 y los 40 años y quebró todos los récords de presencias. Superó a Pedro Larraquy y se convirtió en el jugador que jugó más partidos (634) para el Fortín de Villa Luro.
Los números de Cubero lo convierten en uno de los futbolistas marplatenses más importantes de la historia. Hubo quienes jugaron en clubes más trascendentes, como Juan Eduardo Esnaider, que se dio el gusto de jugar en Real Madrid y Juventus.
Por supuesto que hubo otros más dotados técnicamente, como “Pierino” González. Y otros que llegaron a ser figuras con la “celeste y blanca” de la Selección mayor, como José María Minella o Germán Burgos.
Pero será muy difícil que un jugador de esta ciudad repita una carrera tan larga y regular en un nivel importante. Privilegio que muestran apellidos muy pesados en el fútbol argentino, como Gatti o Bochini. El “Loco” es el jugador con más partidos en el fútbol argentino (817), un ránking en el que “Poroto” figura séptimo. Y el marplatense es el segundo jugador con más participaciones para un equipo, detrás del “Bocha” (714).
Como si fuera poco, la carrera de Cubero casi que comenzó con un título mundial: el que consiguió con la Selección Argentina en el Mundial de Malasia 1997. Es el único futbolista marplatense campeón del mundo.
José Pekerman, aquella vez, se decidió por él para jugar la final cuando venía siendo suplente. Como siempre, cumplió. No era de los que brillaban, pero difícilmente jugara mal. Esa confiabilidad fue la marca registrada de una carrera notable. Y lo convirtió en uno de los futbolistas marplatenses más importantes de la historia.