A propósito del reclamo del ex intendente Carlos Arroyo de pretender cobrar, a través de un juicio contra la comuna, (con intereses incluídos) cerca de dos millones de pesos por vacaciones no gozadas
Las personas incluidas en la foto que abre esta reflexión, han protagonizado diferentes momentos de la vida social, institucional y política de Mar del Plata.
Los nombres de todos ellos transitaron las tapas de los diarios. Sus decisiones, triunfos y derrotas, abrieron y cerraron noticieros marplatenses. Todos, sin excepción, tuvieron aciertos y errores.
Son los intendentes de la ciudad de las últimas décadas. Jorge Raul Lombardo y Luis Fabricio, Socialistas; Mario Russak, liberal; Elio Aprile, Ángel Roig y Daniel Katz radicales y Gustavo Pulti de Acción Marplatense, y atravesaron diferentes etapas al frente de gobiernos municipales.
Por ello, además de recibir el honor de la jefatura política de la ciudad, fueron remunerados con la retribución que establece la ley para ese cargo. Todos llegaron allí convocando a los vecinos para que los apoyen y comprometiendo logros para la ciudad.
Tuvieron costos y beneficios en su vida personal. Pero a ninguno de ellos se le ocurrió nunca demandar al municipio por el cobro de vacaciones no gozadas. Porque no llegaron a ser gobernantes postulándose con un currículum como quien busca un trabajo. No marcaban, como lo hacen los trabajadores municipales, la hora de ingreso ni de salida con una tarjeta o en forma digital, como se ahora con las nuevas tecnologías. Tampoco se atenían a las ocho horas reglamentarias porque sus responsabilidades, mejor o peor cumplidas, con éxito o sin el, son a tiempo completo.
El protagonista de estas líneas, el que no está en la foto, acaba de ser noticia nacional por ser el único caso en la historia de la ciudad de un ex intendente que le entabla demanda al municipio por el cobro de supuestas vacaciones no gozadas.
El mismo que decía haberse jubilado como director de escuela antes de la elección que lo llevó al gobierno, ahora se apresta para hacerle pagar la incierta privación de sus descansos al erario municipal.
“El Mujica marplatense” que promocionaban sus propagandistas cuando le hacían la campaña, el que luego recortó arbitrariamente la remuneración de los docentes municipales, ahora va, sin vergüenza, por unos pesos más.
El protagonismo, como la temperatura, tiene valores sobre cero y bajo cero. Hay protagonismo positivo y negativo. El primero tiene fotos claras, el segundo flashes negros.
Carlos Fernando Arroyo no dejó logros para Mar del Plata. Pero cultivó el protagonismo en valores negativos de cabo a rabo. Hasta hoy. No está en la foto. Pero es el único de todos que ostentará el récord de demandar al Estado que lo hizo intendente.