La mascota se robó todas las miradas en la reunión del primer mandatario con sus funcionarios y desató la risa de los presentes.
El presidente francés, Emmanuel Macron, estaba siendo filmado mientras mantenía una reunión con un grupo reducido de ministros en el Palacio del Elíseo hasta que apareció en escena Nemo, el perro del mandatario, y se llevó todo el protagonismo por realizar sus necesidades en la chimenea del salón.
Inmediatamente, el tono sobrio de las conversaciones cambió cuando el animal, luego de deambular por la sala, terminó orinando en la chimenea y desató la risa de los presentes.