Opinión

El periodismo viaja hacia la disrupción

por Mariano Blejman

Imaginemos por un momento que existe un kiosco mágico en alguna esquina de un barrio de Buenos Aires. Ese kiosco tiene una serie de diarios cuyas tapas cambian según el lector que lo compra, que tiene distintas noticias durante la mañana o durante la tarde (eso ya lo hacía Crítica de Botana, dirá). Pero en este caso incluso el kiosco sabe qué noticia va a leer el lector y cuánto tiempo se va a quedar leyéndolo y por cuál va a volver mañana. El kiosquero, digamos, sabe además si lo va a leer en el baño, si se lo va a prestar a sus amigos, sabe todo. Todo de todo. Sabe más que el lector sobre el lector. Y, lo mejor, el kiosquero en muchos casos tiene unos amigos robots que le escriben las notas automáticamente. El negocio periodístico está tan futurista, que es difícil comprenderlo si no se lo saca de contexto.

El ejercicio periodístico está raro: robots que escriben por humanos, algoritmos que deciden qué hay que leer, máquinas de inteligencia artificial que pueden predecir lo que queremos, formas totalmente novedosas de entender los datos y visualizarlos, negocios que se pierden, mercados que se ganan. El ejercicio de entender lo que pasa requiere de nuevos conocimientos, capacidades y nuevos espacios para comunicarse. Hay mundos que hasta hace apenas 10 años se tocaban tangencialmente en el negocio de los medios y ahora empiezan a ser parte de lo común. Y la Media Party, esa extraña reunión productiva de grandes innovadores globales que realizamos desde Hacks/Hackers Buenos Aires desde hace ¡cinco años! promete reunir todos esos saberes y producir unos cuántos más.

La Media Party es una especie de fiesta de innovación que organizamos durante tres días en el Konex para transferir saberes y conocimientos desde distintos lugares del planeta. Hay charlas, talleres, momentos productivos. Es el espacio de encuentro de grandes mentes innovadoras globales, regionales y locales que están repensando la forma en la que se hacen, distribuyen y monetizan las noticias. Ese kiosco mágico del que hablábamos ya existe, y en la Media Party nos gusta abrir esas partes en pedazos e incluso nos gusta que sobren piezas cuando lo volvemos a armar.

Sin lugar a dudas, la forma de hacer contenido y generar valor agregado ha evolucionado.

Aron Pilhofer, creador del área interactiva del New York Times, trabajó los dos últimos años en The Guardian y acaba de anunciar su salida hacia Temple University. Es una de las personas más influyentes en el mundo del periodismo digital: además de crear el área interactiva del diario más influyente del mundo, lanzó Document Cloud, una herramienta de procesamiento de documentos y es uno de los fundadores de Hacks/Hackers, red de innovadores que tiene 88 capítulos. Cosas de la vida, Hacks/Hackers cuenta en Buenos Aires con su grupo más grande del mundo y esto es en gran medida gracias a Media Party.

El impacto del equipo que organizó hace menos de una década todavía no ha alcanzado su ápice. Aron Pilhofer estará en la Media Party, finalmente, luego de cinco años de insistentes invitaciones. No sólo dará una clase magistral, sino que realizará un taller para contar cómo se arman equipos interactivos y cuál es su estrategia de monetización.

Interactivos quiere decir equipos de periodistas, programadores, diseñadores, gente del mundo de los negocios trabajando juntos para mejorar los medios.

Otro caso excepcional se trabajará este año en la conferencia productiva: un inédito esfuerzo de un centenar de medios globales que coordinaron la investigación periodística de mayor impacto global jamás conocido: cayeron ministros, empresarios, deportistas. Los #PanamaPapers necesitaron de esfuerzos interdisciplinarios y nuevas plataformas tecnológicas para analizar 11,5 millones de documentos. Mar Cabra, la periodista que coordinó la investigación estará en Buenos Aires, acompañada de la pata tecnológica de la investigación, William Lyon de Neo4J. Esta start-up basada en el Silicon Valley maneja la base de grafos (datos) relacional mejor considerada del momento. Aquello que nació para entender negocios financieros se usa ahora también para comprender relaciones de interés público. Varios medios que trabajaron con los documentos de Panama Papers estarán contando lo que hicieron, cómo lo hicieron, y cómo se puede hacer.

Pero las noticias también se gamifican. Se convierten en juegos. Sobre todo desde que se supo que un pasante del New York Times hizo la noticia más vista de 2013 y una de las más vistas de 2014: era un juego que le permitía al “lector” interactuar con un sistema que le decía de dónde era según cómo hablaba. La presencia del desafiante Paolo Pedercini, de Molla Industria, viene a contar cómo un juego, por ejemplo, puede también ser una historia: juguemos a lograr que los pobres se vayan de nuestro barrio, hagamos de la ironía y los fenómenos de gentrificación una lucha de clases virtual. Otro tema fuerte de 2015, sin duda alguna, fue la aparición explosiva de artefactos para mejorar las experiencias de realidad virtual. El fenómeno llegó al audiovisual y aquí en Buenos Aires hay una buena cantidad de exponentes locales jugando con la posibilidad de usar los mundos ajenos para contar historias: a tener en cuenta, en este caso, el trabajo de Dan Zajdband y Martín Rabaglia.

La forma de trabajar está cambiando. Las empresas de medios se están convirtiendo en emprendimientos de tecnología, y sin duda la participación de Lauren Rabaino de Vox Media, medio nativo digital por excelencia y la experiencia de Douglas Arellanes de SourceFabric van a iluminar nuevos caminos. Pero hay nuevos problemas.

Volvamos a la metáfora del kiosco por un momento: imaginemos que un día vamos a leer el diario pero hay cientos de miles de personas queriendo comprar el mismo diario. Eso se llama denegación distribuida de servicios: así se bajan sitios de Internet. Entrando todos juntos. Pero imaginemos que se puede automáticamente imprimir más diarios, o proteger a la gente de que se acerque a los diarios o aún mejor abrir más kioscos en distintos lugares para distribuir el tráfico. Eso, eso también tiene que ver con el periodismo y con tomar decisiones tecnológicas que permitan escalar.

Hay un par de grandes temas sobre los que se hablará unos cuantos años: la Inteligencia Artificial como una forma de aprender sobre comportamientos, y predecir intereses de contenido y, por otro lado, el análisis automático o validado de los comentarios en los portales de noticias. La primera es una temática no del todo explorada en medios en América latina. La segunda es una temática sobre la que New York Times y Washington Post están experimentando gracias a una donación de Knight Foundation de 4 millones de dólares y que lleva adelante la Fundación Mozilla, en formatos abiertos. Todo esto, hace apenas unos años, era un mero delirio: dos grandes diarios estadounidenses liderando un proyecto para mejorar la calidad de los comentarios, hospedando su proyecto en una organización sin fines de lucro y liberando sus resultados con licencias de software libre. Qué diría Randolph Hearst.

Es que el periodismo tradicional está en una crisis económica y necesita de nuevos actores, ha perdido terrenos históricos: perdió los clasificados, las ventas de autos, las sociales del domingo, las necrológicas, y está en la disyuntiva de perder el análisis de su propia audiencia frente a las redes sociales. Los medios se dejaron estar ante la inercia de 300 años de historia, y lentamente se dieron cuenta que tenían que reinventarse. El fenómeno es global. Y podremos verlo en Media Party: los chinos de Initium, los rusos de Meduza, los españoles de Eldiario.es y los australianos de The Conversation crearon nuevos modelos de monetización y participación de los lectores que hoy son estudiados e implementados por los llamados grandes medios tradicionales. Y sí, todos ellos estarán durante tres días en el Konex, hackeando las noticias, tratando de entender cómo hacemos para saber lo que tenemos que saber. Al fin y al cabo, los medios siguen en el negocio de la atención. Y hablando de eso, a prestar atención, que en el Konex hay pokeparada.

(*): Fundador de Media Party, co-fundador de Hacks/Hackers Buenos Aires y ex editor en Página/12.

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